viernes, 29 de marzo de 2019

MENTIRAS Y SECRETOS


La infalibilidad del Papa es semejante a la inviolabilidad de nuestro rey. Es decir, ambos pueden hablar y hacer lo que les venga en gana, lo que les apetezca, por muy disparatado que sea, sin tener ningún tipo de responsabilidad. Ellos saben que ni en las alturas, ni el ámbito de este planeta está nuestro Creador y debemos conformarnos con los que mandan en las religiones y en los países representando, en este caso, a dos instituciones que no vienen del Más allá, pero que son tan antiguas, obscuras y secretas como el Dios que nos encomiendan.

Franco, en su día (como también podía hacer lo que quisiera) unió la religión católica con su política, tal como muchos antes lo hicieron. Nombró obispos para que perdonaran sus crímenes y pecados, así como para ir al cielo cuando muriera. Ahora los políticos designan a los jueces del poder judicial que les eviten, a muchos de ellos, ir a la cárcel. Son compensaciones que siempre han existido y con las que nos dicen hemos de estar contentos y seguir con las tradiciones que tanto benefician a los que mandan, para los que tanto nos piden respeto y amor.

La iglesia nos vigila y cuida con celo nuestros valores materiales aquí en la Tierra. Y continúa con las elecciones de santos y patronos que velarán de nuestros espíritus cuando nos muramos. Por consiguiente, es poco defendible que la gente muestre su descontento con los enormes beneficios recibidos y que recibiremos sin saber ni cuándo, ni dónde, ni cómo.

Cambian los modos, las formas, los tiempos, pero no varían los interiores del forro de los hombres sujetos a sus intereses y limitaciones. Se dice que “la cabra cambia de pelo, pero no cambia de leche”. No obstante, el paso del tiempo se aparta, en numerosos ocasiones, de quienes se consideran benefactores. La sociedad compungida por ello se halla en una soledad y abandono que tiene merecidos. Y así retornan los hábitos saludables y se vuelve a confiar en el Papa, en el Rey, en Franco, que lo nombró. Los jueces, los santos, los políticos son capaces de hacer milagros para que la gente se arrepienta de su despego. Las trazas marcadas en su día surgen y dan un paso al frente abordando las tareas que dejaron olvidadas. Surgen banderas y signos victoriosos de antaño y el Cid Campeador, el mercenario más autentico que tuvimos, es imitado en los diversos partidos, buscando el honor y la pasta que tanto interesa.

Y sueño. Sueño con un amanecer que nunca llega. Con la igualdad de oportunidades que los hombres reclaman desgañitándose sin que jamás la consigan. Atisbo, sin embargo, las ruinas de las desigualdades que aplastarán las altas almenas de los majestuosos castillos de hoy. Tal vez (no lo recuerdo) sean parte del sueño, del mismo que añoro y no llega.

¿Para qué seguir viviendo de recuerdos si estos fueron testigos de guerras y hambres, de inculturas y miserias? ¿Para qué mantener a esos reyes, religiones,  falanges,  casas del pueblo, surgidas en defensa de machos bravíos y mujeres subyugadas por el sexo varonil? 

Sin olvidar, miremos hacia adelante sacudiéndonos el polvo que llevamos pegado en nuestras ropas. Hacen falta nuevas ideas e innovados principios que cumplir reconociendo que el pasado no fue mejor. Tengamos valor en eludir a los profetas que hablan mal de los demás sin saber lo que ellos harán: políticos, agoreros, pájaros del mal agüero, que solo espolean al son de sus ladridos. Es como si la vida careciera de sentido. Como si algo horrible fuera a pasar. Como si Dios no hubiera existido. Como si fuéramos pompas de jabón.

Nos asustan hasta límites inimaginables, haciendo uso de mentiras y secretos.



martes, 19 de marzo de 2019

CATALUÑA, UNA VEZ MÁS


Harto de escuchar o hablar siempre de lo mismo y pretendiendo concluir con el tema del Proceso Independentista de Cataluña que tantas páginas ha ocupado, hago acopio de voluntad para romper mi auto-promesa de no volver a escribir sobre el tema y sí anotar determinados apuntes que he tenido el placer de considerar, después de más 350 entradas en este blog.

Nacionalismos. Independentismos. Anarquismos. Extremismos. Comunismos. Capitalismos… no tendrán cabida en un mundo global donde la soberanía local apenas si existirá en beneficio de la libertad, la democracia y la solidaridad. Sería un gran error pensar que la vocación catalana es anarquista y subversiva del orden social, aunque haya quien lo crea.

“El miedo y el egoísmo (dos debilidades humanas) han sido las causas del sentimiento religioso al ser el hombre más débil que la Naturaleza. De haber sido más fuerte, jamás hubiese acudido al cielo”. Un pueblo catalán pobre nunca hubiera iniciado un proceso de separación de España.

“Nacimiento, desarrollo, apogeo, decadencia, fin: todo cuanto ha existido, existe y existirá en el Universo está encadenado a seguir este curso o ley natural de las cosas. Nada escapa a este destino”. Cataluña no es una excepción. Cataluña es España y a ella, como ésta a Europa, está encadenada o mucho han de cambiar las cosas.

Se suele decir que el catalán es, en su mayoría, un ser eminentemente separatista. Error. Lo que es, en su minoría, es esencialmente fanático, que no es lo mismo. Y su fanatismo es tanto mayor cuanto menor es su cultura. Es la educación (y no el fanatismo) la energía que eleva a los hombres a entendernos. Valga el símil para afirmar que la emigración no existe: lo que en realidad existe, es la pobreza, la miseria, la guerra, sin las cuales nadie migraría.  

Inventar es más fácil que explicar. Por tanto, la fantasía que espolea es favorable, y la razón, que ha de explicarse, es adversa. De ahí, que los dirigentes tergiversen conceptos con el ánimo de hacer historia y entrar en ella viviendo lo mejor posible, a costa de ideas equivocadas.

En Cataluña, el independentismo, lo mismo que “la religión, nació en lo más fértil del campo de la imaginación; abonado por la ignorancia y regado por la fe para ser, rápidamente, en el bosque de los errores, el árbol más frondoso”. De éste surgen frutos mentirosos concebidos por dirigentes, provechosos para ellos y los interesados en la independencia; no así para los seguidores, por amplio que sea su número. Igual que sucedió con el culto religioso estableciendo un verdadero comercio de cosas materiales, aunque sus mercancías fueran, y sigan siendo, simplemente, promesas e ilusiones.

¿Cuántos políticos independentistas son adivinos augurando lo que les interesa? ¿Por qué no renuncian a ser diputados de España si ésta “les roba, los somete y no es democrática”? “Los no agradecidos son malnacidos” y falaces los que dicen cosas horribles por lograr un fin que a pocos favorece. Solo buscan el voto aunque sepan que sus partidarios no mejorarán sus vidas.

Todo bastante claro. Tanto como lo es el independentismo para quienes quieran entenderlo. No es posible la idea de vivir al margen del resto de las naciones y menos aún como ellos quieran. Eso no deja de ser una entelequia, un despropósito, una vanidad in solidaria. Algo que solo puede mantenerse con una moral alta como la del Alcoyano C.F., confiando en remontar un seis cero en el último minuto del partido. La fe ciega en un proyecto carente de oposición. Uno mismo. Un único habitante en un lugar sin obstáculos con los que estrellarse.