Trato de estar informado, sin embargo, a veces, los medios digitales, la prensa, la radio y, especialmente, la televisión, me desconciertan y no logro comprender por o para qué.
Por ejemplo:
- ¿Para qué pide Ciudadanos en Madrid el voto a sus simpatizantes si piensa donarlos al Partido Popular de la señora Ayuso?
- ¿Para qué pide la Iglesia Católica que marquemos la cruz en el I.R.P.F. a su favor, cuando dicha organización religiosa está considerada un Estado Financiero Opaco por Europa?
- ¿Para qué ciertos medios informativos apoyan campañas de solidaridad sin haber comprobado ni contrastado de antemano la bondad de estas o de quien las provoca?
- ¿Para qué algunas personas como Trump (ex presidente de USA) se vacunan contra el coronavirus si no creen siquiera que exista la pandemia?
- ¿Para qué algunos partidos políticos enarbolan la bandera de España si no es suya, ni les pertenece y no solo a ellos representa?
- ¿Para qué se llenan muchos la boca con la palabra “Libertad” como si la libertad pudiera venderse igual que un calcetín?
- ¿Para qué prometer lo inalcanzable, aquello que no pueden dar o, la Libertad o el Paraíso, algo que no existe o no se puede comprobar?
- ¿Para qué los altos cargos de las empresas o los políticos se suben sus sueldos cuando quieren, arbitrariamente, aunque las circunstancias económicas sean catastróficas?
- ¿Para qué vaticinar, prometer, invitar… una y otra vez, durante cientos de días, meses o años, lo que no pueden saber, dar o cumplir… respectivamente?
- ¿Para qué ponerse de acuerdo en esto o en aquello si cualquiera no está de acuerdo ni consigo mismo?
Les invito a todos a reflexionar sobre la cantidad de contradicciones que ven, oyen y leen cada día. Se reirán para sí de la gran cantidad de elocuentes disparates con que nos brindan ilustres nombres famosos y no famosos. Y, todo ello evidente, sin necesidad de tener que contrastarlo.
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