domingo, 14 de abril de 2024

PROGRESO

El  progreso para liberarnos, si; pero para atarnos a él, no.

“El progreso ha propiciado beneficios para desmantelar lo conseguido. El peligro del pasado es que los hombres se convirtieran en esclavos. El peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots”. (Erich Fromm).

“El progreso es la capacidad del hombre para complicar lo sencillo”. (Thor Heyerdahl) .

“Progreso es una bella palabra. Pero su motivador es el cambio, y el cambio tiene sus enemigos”. (Robert F. Kennedy

El progreso es la acción de ir hacia delante, evolucionar, avanzar, perfeccionar, crecer... En nuestra historia reciente, pasada la dictadura... ¿Cómo y de qué manera se fue gestionando?

Después de la horrible pesadilla fascista, la transición española fue un gran avance caminando hacía la democracia. Mantenerse en lo contrario me parece irrazonable. Entonces, se pusieron de acuerdo infinidad de ideas distintas y opuestas; se estableció una amnistía absoluta; vimos rostros de personajes en las Cortes que jamás nadie pudiera imaginar; se creció no solo en justicia social sino, además, se confeccionó un sólido raíl que sirvieran de guía: la Constitución. El poder establecido cedió entonces y los españoles sometidos rehusaron vengarse.

¿Se podría haber hecho otra cosa, de otra manera? Por supuesto. Pero ni unos y otros estarían satisfechos. Una reparación perfecta, después de cuarenta años, difícilmente se consigue sin derribar el edificio. Sin embargo, aquellos pactos fueron un auténtico progreso aunque hoy, debido a que la memoria flaquea y se difumina, oscurecen hasta olvidarse. El olvido es perdón y este, únicamente acude a quienes carecen de envidia y rencor. Cierto es que, en aquel tiempo, no existía educación democrática y se tuvo que improvisar aprendiendo sobre la marcha.

Ello me hace resaltar la figura de Adolfo Suárez; un presidente emergido del régimen totalitario que se hizo demócrata en momentos muy difíciles para la convivencia. Fue reemplazado por los suyos, imbuidos del espíritu rancio y falso de Una, Grande y Libre, “por ser poco español”. En ese mismo acto, no casualmente, acaeció el Golpe de Estado de Tejero (otro gran español como Franco) poniendo en riesgo la vida en España. Y es que hay  quienes  se consideran más españoles y Suárez, tal vez no lo fuera. Algo parecido le ocurrió a Casado, muy español por cierto, pero no tanto como Ayuso o Feijó que lo descabezaron del P.P. de manera inmisericorde.

Si los disgustos enferman al organismo humano y las dificultades de los habitantes de España son alarmantes, esta padece, se debilita y cae en la inestabilidad. Hagamos memoria: Dirigida por Felipe González, zozobraron de miedo los ciudadanos, enfrentados Euskadi Ta Askatasuna (ETA) y los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). La gente tembló cuando Aznar atribuyó armas de destrucción masiva a Irak de Sadan Husein y en el 11 M acusó a ETA de la terrible matanza de Atocha. Se resintió también la población cuando la Ley no supo quién era “M. Rajoy”. El que diera ánimos a Bárcenas estando en la cárcel y ordenara romper a martillazos un disco duro para ocultar pruebas, las mismas que trató de obtener un individuo disfrazado de cura para incriminar al preso. El 155, por la independencia de Cataluña que duró menos de un  minuto y todavía colea. 

¿Quiénes, a tenor de estas cuestiones, pueden creer a sujetos que ahora, de vez en cuando, nos dan lecciones de arrojo y legitimidad? Unos individuos, rebosantes de suficiencia, tratando de humillar con su soberbia y méritos de entonces a ciudadanos que en ellos confiaron, creyendo sus mentiras.

España padeció con ministros de ambos gobiernos que durmieron en la cárcel por corruptos y embaucadores. Y hoy, lamentablemente, aún se sigue dando aire a tales delitos exterminadores de la democracia.

¡Cuánta tristeza tener que hablar de ellos convencidos de que no son progreso para España! 

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