En aras al Movimiento
de la Persistencia hacía la Concordia (MPC) y siguiendo la Guía de grupos
de medidas expuestas, semanas antes, en la presentación del Proyecto de Ciudades Ocupacionales (PCO),
iniciaremos hoy con el segundo de ellos: EL
APAGÓN ECONÓMICO (un amplio conjunto
de medidas varias: a) El dinero físico será
abolido. b) Exclusión de los Paraísos fiscales. c) La emisión de empréstitos y
otros créditos. d) Activos comerciales. Bienes útiles para la explotación. e)
Otras cuestiones de interés: Adelgazamiento de la administración pública y
otras. f) Regularización de las herencias), con el que gran parte de las penurias económicas y las
continuadas crisis desaparecerán.
a)
ABOLIR EL DINERO FÍSICO
Nuestra actual tecnología se lo puede permitir. Existen
sobrados medios de pago (tarjetas de débito o crédito, cheques, pagarés,
transferencias y otros independientes a los usuales billetes y divisas) con que
suplir el dinero que manejamos. Temporalmente, al inicio, conviene dejar en
circulación la “calderilla” o moneda
metálica para transacciones domesticas o de pequeños importes.
El objetivo
es claro: quedará rastro o pistas de todas y cada una de las operaciones que se
realicen. La exigencia de sus justificantes, en su caso, evitará hechos delictivos,
de sobra conocidos, e implicará
tenerlo en entidades de crédito, con lo que le facilitaríamos liquidez al
sistema de la que ahora no goza. Se evitarán sobornos, chantajes y otros
delitos eludiendo los pagos en efectivo (drogas, favores, etc.) y el dinero
negro verá la luz, enriqueciendo contratos, impuestos y una transparencia que actualmente
brilla por su ausencia.
La manera de realizarlo es bastante simple y no es preciso extenderse en ella.
b)
ELUDIR LOS
PARAÍSOS FISCALES
Las operaciones comerciales, financieras, traspasos
de fondos y demás transacciones entre personas (físicas y/o jurídicas)
residentes en España y otros territorios conocidos como Paraísos fiscales han
de ser evitadas o suprimidas. Cabe la posibilidad de contemplar alguna excepción
necesaria, en la que el detalle, finalidad,
motivo u origen de la misma, justifiquen o no, su autorización previa.
Las formas de llevarlo a cabo pueden ser sencillas y
variadas, pero todas ellas pasan por una voluntad
política que debería tomarse de inmediato. Ningún gobierno se atreve a
tomar tal iniciativa, temiendo perder empresas y posibilidades de negocio,
cuando en realidad no es así, ya que depende de cómo se ordene o regule (lo vimos[1]y
lo veremos más adelante). Se produciría
además un efecto dominó y los gobiernos de países civilizados, seguirían el
ejemplo. Éstas son dos medidas que
proporcionarían un alto volumen de ingresos, evitación de delitos y
transparencia. Nuestra Administración no debe ni está en condiciones de renunciar
a ellas.
[1] Ya hemos
hablado en la Teoría de los números primos, que la empresa determinará sus
costos laborales
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