domingo, 26 de mayo de 2024

DUDAR ES INTERESANTE

 “A palabras necias oídos sordos”.

¿Quién no ha oído difamaciones, embustes e, incluso, verdades que a nada conducen? ¿Quién, por el solo hecho de satisfacer su ego, sin pretenderlo, irrita y molesta a los demás? ¿Quién no ha dicho alguna gracia y, de inmediato, se arrepiente de haberla pronunciado?

Por lo general, se cargan las tintas en favor o en contra de los grandes o famosos lideres de la historia que, por muy diversas razones, destacaron o fueron importantes: bien por sus bárbaros actos o atroces crímenes, bien por sus bondades o comportamiento tolerantes con sus iguales. Sin embargo, apenas si nos fijamos en sus segundos o terceros, los que instigan y promueven en los medios y en las formas empleadas, ni en los que dañan o benefician a los seres vivos y sus  recursos, imprescindibles para la vida.

La política, principalmente, ha de ser el arte que se ocupe de tales asuntos.

Ser como somos debe o no importarnos; no obstante, si convendría cuestionar cuantas cosas damos por sabidas. Escribiendo o en voz alta, esforcémonos preguntando y contestando sobre nosotros mismos: ¿De qué manera aprehendimos nuestra identidad, ideología y forma de pensar? ¿En la calle?  ¿En la escuela? ¿En la infancia con la familia? ¿Por imitación, hábito, costumbre, tradición? ¿Qué sistema político imperaba entonces? ¿Qué religión practicábamos? ¿De qué nivel de renta gozábamos? ¿Cómo eran los amigos con los que porfiábamos, sufríamos o disfrutábamos? ¿En la ciudad? ¿En el mundo rural? ¿Cuál era y es la fuente de información recurrente? ¿Qué periódico, canal de televisión, lecturas, redes sociales? ¿Nos consideramos receptivos,  creyentes, confiados, tolerantes..? Muchos más interrogantes y respuestas nos harían comprender lo que buscamos hasta descifrar la pista, los orígenes de nuestras maneras de significarnos y pensar. Nadie mejor que nosotros para reafirmarnos o invalidar los criterios que se imponen en nosotros. De hacerlo sin engañarnos, sinceramente, alguna sorpresa nos llevaríamos con seguridad. La premisa pasa por no dar nada por sabido y cuestionarlo todo, aunque haya cosas que las consideremos de cajón, incluso las creencias de fe que en España nos vienen impuestas desde siempre. Dudar es docto y prudente; no hacerlo, es necedad e insensatez. Dudar es emocionante e, indagar en ella, mucho más.

“Ojos que no ven, corazón que no siente”.

Es más cómodo, si; pero menos interesante y más aburrido. Resignarse es una forma simple de ir muriendo y, a ciertas edades, tal conformidad, parece sabiduría o no conduce a ninguna parte; sin embargo, muchas veces, aún aceptando por principio las cosas como vengan, hay que rebelarse, asir energía con rabia y no tolerar las intolerancias ni las injusticias.

Los humanos, nacidos todos iguales, de forma aleatoria y en un medio propicio, formamos parte de los demás seres vivos (vegetales y animales) con características únicas, propias y, como todos, muy diferentes (ni mejor ni peor) que hemos de aceptar. 

Aprendamos contrastando las mismas materias, divulgadas por hombres de distintas tendencias. Olvidemos el respeto humano y la opinión ajena. Aniquilemos el miedo a contaminarnos. Domeñemos los complejos adquiridos, las prohibiciones o censuras dictadas y no demos por validas las teorías estudiadas, sean económicas, políticas, religiosas o de otro tipo, por mucho que las consideremos legitimas y respetables. Establezcamos nuestro criterio mediante la duda y la reflexión; sin afirmar ni asegurar hasta no estar convencidos. Recelemos y desconfiemos de cuanto escuchamos hasta estar seguros de nuestra postura; tiempo habrá para consolidar y defender nuestras ideas.

Desentrañemos los misterios que portamos en las profundidades de nuestras almas. 

domingo, 19 de mayo de 2024

SI YO FUERA...

Si yo fuera:

 ...Sánchez propondría a los míos que solicitaran a las Cortes Generales un referéndum, a nivel nacional, para ratificar la Ley de Amnistía, antes de ser publicada en el B.O. E.. Y, por supuesto, la apoyaría, aunque, bajo ningún concepto, propiciaría que Puigdemont gobernara en Cataluña, en detrimento de Illa, por mucho que el citado separatista afirme y amenace con no apoyar al Gobierno de España. Y, por qué no, preguntar también a todos los españoles que voten, con un si o un no, si quieren la independencia de algún territorio de España. El resultado nos orientaría.

...Puigdemont pediría perdón a mis votantes por no haber sabido convencer a ningún catalán más para que me votaran, a fin de conseguir la Presidencia de la Generalitat y regresar triunfante a Cataluña: esa maravillosa parte de España. También lo haría en nombre de los que insultaron y dijeron al resto de españoles que “España nos roba” cuando fue Pujol, su familia y el 3% quienes arrasaron con cuanto pudieron, según cuentan las malas lenguas.

...un independentista (catalán, vasco, mallorquín, valenciano, andaluz, manchego...) pondría en valor mi preferencia separatista y me lo pensaría. Llegaría a la conclusión, no me cabe duda, que mi deseo por ser independiente es consecuencia de vivir en un sistema totalitario, dictatorial, autoritario o de partido único, pero nunca si pertenezco a un sistema democrático en continuo perfeccionamiento. Pues la idea final del demócrata es que en el mundo rija un único Gobierno con medidas adecuadas para la conservación de la vida de los seres vivos, en paz y armonía, dirigiendo a la infinidad de gobiernos nacionales, territoriales, locales..., y la libertad perdure. 

... el Rey de España propiciaría un cambio en la Constitución, al menos en el Título II, referido a considerarme igual a todos lo españoles y mi sucesor, hijo o hija, sea el/la primogénito/a.

... el responsable de pagar a los Partidos Políticos, retendría la totalidad de los importes que  corresponden a tales partidos, hasta que el CGPJ se renovara de acuerdo con la Constitución. Llegado el caso, renovado dicho Consejo, devolvería el dinero retenido menos un cinco por ciento por cada año o fracción al partido culpable que se hayan demorado en hacerlo. Tal medida serviría de revulsivo y puede aprobarse en en Congreso con el voto en contra del causante.

... Dios, diría a los jueces españoles que dejen de imitarme: lo hacen muy mal. Que son mortales y no eternos como yo. Se equivocan, yerran y actúan de forma parcial en infinidad de ocasiones. Olviden ser omnímodos. Pues la sociedad solo espera que apliquen la Ley de manera “limpia y transparente”, al margen de su forma de pensar. Y bajen al suelo de una vez, eviten caer del guindo ya que, cualquier caída, puede ser muy dolorosa. 

... el Papa, reconocería el gran negocio que maneja el Vaticano del que soy el jefe. y, eso sí, no haría lo mismo que hacen los políticos para justificarse, diciendo:“¿y las demás religiones, qué...?

... un hombre valiente, no me limitaría a escribir leal y sencillamente lo que siento, denunciando lo que considero una injusticia e inclinándome por lo que se ajusta a lo que pienso. Debería pregonar a los cuatro vientos que soy pusilánime y conformista por no poner al descubierto, con nombres y apellidos, a los que atentan contra otros seres vivos, de forma cruel y discriminatoria, o promueven falacias e injurias sobre ello, de manera repugnante.

Sí. Antes de completar una línea pienso que no pienso como ellos. Y sé que sus ideas, posiblemente razonadas como las mías, responden a parámetros distintos por haber recibido en su infancia una educación diferente o, por otros motivos, que serán tan respetables como los míos. Cuestión de genes y memes, sencillamente. Entonces me pregunto: ¿por que no entendernos desandando los caminos, repasando lo bueno  y lo malo sucedido, eligiendo un tercero, lo mejor de cada uno, por el que juntos caminemos? 

domingo, 12 de mayo de 2024

ESCUELA PARA POLÍTICOS

No estaría mal pensado que los políticos elegidos en las distintas y numerosas convocatorias electorales (municipales, comunidades y nacionales), previo a la toma de posesión de sus cargos, se sometieran, por obligado cumplimiento, a un curso educativo básico que versara sobre valores humanos (respeto, honestidad...), igualdades de nacimiento y libertad; derechos elementales de los seres vivos y los medios para llevarlos a cabo. El enorme grado de responsabilidad e influencia que la función política genera ante la gente, así lo aconsejan. Sería una mera instrucción, un recordatorio o una unificación de criterios. Encontraríamos en sus señorías, en virtud de su herencia e infancia, identidades diferentes y convendría tener claro los conceptos expuestos y los principios democráticos recogidos en la Constitución Española actual e, incluso, en otras leyes recomendables para leer como las que siguen:

La Constitución de los Estados Unidos de 1787.

La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789.

La Constitución española de 1812.

La Carta de las Naciones Unidas de 1945.

La Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948.

Además, las clases podrían tratar sobre qué prohibir o no prohibir, qué considerar  delito o no, las diversas corrupciones, calumnias, bulos, medias verdades, insinuaciones, triquiñuelas, verdades políticas, promesas, vaticinios, cumplimiento de la legalidad, ataques furibundos a los demás,   desconsideraciones a oponentes o en general,..., y, por supuesto, en la medida de lo posible, sentar las bases para llegar a acuerdos, sean sobre honestidad y libertad, lealtad y  disciplina, igualdad de oportunidades y desigualdad, derechos de opinión y manifestación, paz y guerra, lo profano y lo divino, lo prometido y lo no cumplido, lo público y lo privado..., e igualmente, sobra las cosas que priman y más importantes: el poder y el dinero; el dinero y el poder.

Una instrucción que puede ser impartida públicamente (al menos la exposición y las conclusiones finales) por personas de reconocido prestigio y formación hasta el punto de conseguir que la audiencia se enamoré de la política (como forma de vivir de los hombres y los pueblos) y posibilite una discusión sosegada y no de enfrentamiento, toda vez que cualquier ley, medida o acción política nos puede afectar a todos los ciudadanos. Ciudadanos que su principal deseo, en su mayoría, es vivir en paz y no tener que pasar calamidades; lo que no significa dejar  de trabajar y pensar para su sustento y engrandecerse moral y económicamente.

Una participación mayoritaria demostrará a la gente que la regeneración democrática, de la que actualmente se habla, es posible, si se posibilitan y adquieren métodos de conducta y actitud positivas al respecto. No se trata de ninguna ciencia en la que impere la duda o se necesite de una evidencia palpable; bastará por rememorar historias, hechos y acontecimientos que ejemplaricen aptitudes a seguir. Por supuesto, cada uno puede creer lo que considere y tener a gala su propia verdad; pero los instintos, sentidos  y sentimientos se equivocan también y, a veces, peligrosamente.

Una escuela gratuita donde poder hablar absolutamente todo, sin necesidad de enfrentarse ni insultar, sería todo un acontecimiento. No estaría de más una asignatura para recordar a los poderosos (políticos, jueces y otros) que son hombres mortales no exentos de ideología, aunque como todos de procedencia salvaje animal y, por tanto, yerran y mueren como los demás. ¡Qué se lo  miren! Ante de responder, dejen pasar conscientemente cinco segundos. No se confundan: “cabrones” o “hijo de puta”, ni son “melones” ni “me gusta la fruta”, ni tampoco píllerías inocuas. 

domingo, 5 de mayo de 2024

ACEPTACIÓN

Lo esencial de la Vida es, lógicamente, la vida del hombre, aunque nada sería sin el resto de los demás seres vivos y la totalidad de los elementos o componentes necesarios para su existencia y transformación a través del tiempo, conforme a la Ley de la Evolución.

Al hombre le basta con respirar y alimentarse para poder vivir; sin embargo, sus características humanas lo condicionan a desarrollarse, mejorar y domeñar, si es posible, su propia Naturaleza para convertirse o a, su través, formar una nueva especie con los medios y recursos a su alcance o los proporcionados por ulteriores descubrimientos científicos y sociales. Nadie hoy, por otra parte, puede saber cómo hacerlo o cómo ocurrirá, salvo imaginar, elucubrar y, sobre todo, acertar en las ideas precisas, que surgirán sin duda, culminando en otro ser o ente cuyo intelecto sea superior al de los humanos. Estos, entonces, limitaran o frenarán sus avances y dejarán de ser los seres superiores de la creación, sustituidos por otra especie de luz y amor. 

Siempre, desde los primates y en la actualidad de cada momento, los hombre se han guiado, por convencimiento o casualidad, hacía metas aleatorias, aunque por la proliferación de las mismas, cada cual las haya elegido diferentes. Ni mejor ni peor: distintas. Por supuesto, al día de hoy, continúan sucediéndose formas de convivencia dispares, resultado de múltiples razones. En el transcurso del tiempo se han ido y se irán (supongo) modelando todas las especies, tanto física como intelectualmente, debido al medio ambiente, alimentos, costumbres y circunstancias.

De lo que no hay duda, es que el organismo humano (cuerpo y alma, materia y espíritu, masa corporal y energía vital,...) responde ante sus movimientos físicos y conductas emocionales relacionados y dependientes entre sí, por lo que, inevitablemente unidos, durarán tanto como se cultiven hasta alcanzar y compartir el mismo destino.

La prolongación de la vida pende, pues, del nivel físico y psíquico del ser humano. El primero, es consecuencia de una buena salud, una adecuada alimentación, un ejercicio moderado, un descanso habitual que permiten mantenerlo en optimas condiciones. El segundo, origen del intelecto y funciones emocionales, es la parte cerebral  y menos conocida aunque igual o más importante que el anterior, se resiste a mostrarse desnuda. Por tanto, habrá que profundizar más en sus causas de las que tanto nos habló Cristo, través de los Evangelios, o los grandes hombres de todas las latitudes (filósofos, pensadores, iluminados...) tratando de buscar, para sí mismo y los demás, soluciones para  la convivencia pacifica. A propósito, cabe destacar las meditaciones sobre nuestro comportamiento o los ejercicios cerebrales al respecto, ajenos a intereses oscuros, religiosos, políticos o sectarios, para comprender y tolerar, para que el alma nos proporcione calma y serenidad, bienestar y fortaleza, bondad y empatía. Nada mejor que acometer su práctica aunque suponga un sacrificio, dado que nadie nos conoce tan bien como nosotros mismos.

Admite como eres: no te rechaces. Eres único, distinto a todos los demás. Imponte la obligación de aceptar las cosas como vengan sean o no beneficiosas, pienses lo que pienses, ya que aceptar a los demás como son y aceptarte, no significa humillarse o rendirse, es constatar, tan solo, algo que podrá o no ser modificado o intentarlo al menos.

Ejercicios, pues, para el cuerpo y para el alma siempre vendrán bien. Utiliza las partes corporales y anímicas más necesitadas hasta conseguir una completa armonía que te haga sentirte bien contigo mismo y con los demás. La voluntad, que en ello se ponga, producirá los resultados satisfactorios que deseas. 

Tal vez hablaremos de ello más adelante e improvisemos las escuelas del respeto y la comprensión, especialmente para políticos, periodistas, otros divulgadores y gentes inquietas como tu y un servidor.