domingo, 10 de noviembre de 2024

ANOTACIONES A PRESTAR ATENCIÓN

 

Cuando llegan catástrofes como la recién ocurrida en nuestra España querida, nos damos cuenta de que lo verdaderamente importante es la vida. Sin ella, ni fama ni dinero ni nada, merecen la pena. Una tumba o un recuerdo vienen a significar lo mismo que la huella de un zapato.

Las cosas han de servir para hacernos felices, no para esclavizarnos: Saluda. Charla. Pasea. Regala flores. Lee y entretente en ver qué dicen algunas ideologías o entendidos al respecto.

Filosofías, religiones y formas de vida surgidas son algunos factores físicos (trabajos, medios económicos y climáticos) y anímicos (instintos, sensaciones y sentimientos) cambiantes como el Sistema Capitalista en el que estamos y del que seguiremos hablando. Uno más que, tarde o temprano, cambiará como todo cambia. Hoy nos toca apuntar cuestiones a las que prestar atención.    

Si se rompe una norma de conducta y se explica el motivo, normalmente, siempre o, en cualquier caso, es perdonado.

Todo o casi todo se puede arreglar mediante la palabra. La violencia a nada conduce.

No se ha de pedir; antes, se ha de ofrecer.

Las mujeres son perfectamente capaces de arreglárselas con el dolor, pero no con las emociones. Los hombres justamente al revés. ¿Consideras ciertas estas afirmaciones?

No hay que sacar conclusiones precipitadas; antes, sigue las pruebas. Estas, te conducirán a los hechos y los hechos a la verdad.

Hablar sin pensar es una manera segura de errar.

Hay sacerdotes que son guías de la comunidad, aunque a veces su orientación sea nefasta.

La vida de la humanidad no es otra cosa que el enfrentamiento entre el bien el mal. 

Todos, de alguna manera, estamos sometidos a alguna clase de opresión

Demos respaldo a los derechos y libertades individuales, pero no olvidemos las comunitarias.

Norma básica liberar: “Si toda la humanidad, menos una persona, fuera de una misma opinión, y esta persona fuera de opinión contraria, la humanidad sería tan injusta impidiendo que hablase como ella misma lo sería si, teniendo poder bastante, impidiera que hablara la humanidad”.

Cuatro libertades de Franklin D. Roosevelt: Libertad de expresión, libertad de creencia, libertad para vivir mejor, libertad para vivir sin miseria. Y yo me pregunto: ¿Acaso el pobre, el indigente, el mendigo gozan de libertad para dejar de serlo?

Es muy importante la libertad y los derechos individuales, pero aún lo son más aquellos colectivos que velan por la solidaridad, el bien común de todo ser vivo y el medio ambiente.

No cabe entablar una lucha entre lo público y lo privado: todo tiene su espacio. Pero ¿es justo, acaso, que un individuo consuma lo de cien o, por heredar, tenga resuelta su existencia, al menos económica, de por vida? ¿No merecería la pena tener una cobertura pública que nos ampare ante un desastre o calamidad antes que depender de la caridad privada?

Antes de hablar o actuar tendríamos que ponernos en la piel de los demás; ya que “no es lo mismo predicar que dar trigo” y “el primero que esté libre de culpa que tiré la primera piedra”.

Piénsalo,  TODO es igual a NADA: una contrariedad que solo depende de afirmar o negar.

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