Es
el tiempo de conducirse pacíficamente contra quienes abusan de su situación de
privilegio sin considerar la realidad. A modo de ejemplo y con carácter
general:
Contra los partidos: Votar en blanco o
a un partido moderado que se establezca o que no haya gobernado. No asistir a los
actos propagandísticos de ninguno: son mentiras.
Contra la Iglesia: No visitar ni
monumentos ni iglesias o palacios del clero que cobren. Han sido hechos por el
pueblo y no son de su propiedad. Todos sus servicios los efectúa en negro.
Contra los bancos: Evitar tener cuentas,
cancelando aquellas que cobren por todo. Reclamar. No domiciliar nóminas ni
recibos. No permitir números rojos. Manejar efectivo hasta que éste sea abolido.
Su interés es su beneficio, no el nuestro.
Contra grandes empresas: Evitar domiciliar
pagos, (agua, luz, teléfono, gas, seguro, etcétera) y que vengan a cobrar sus
suministros o servicios a casa. Facilitar sólo datos imprescindibles.
Contra la Administración: No domiciliar
los impuestos. No comprar loterías, ni productos con impuestos abusivos (carburantes,
tabacos, alcoholes). No visitar museos que no sean gratis. No facilitar sus
tareas. Confeccionar la declaración de la renta a mano. No marcar cruz alguna a
favor de nadie. Hacer uso de todos nuestros
derechos. Reclamar y denunciar arbitrariedades. Dar a conocer los abusos que se
conozcan a través de los medios digitales.
Seguros
y otras compañías: No hacer seguros médicos. Ni de defunción. Ni
planes de pensiones. Ni fondos de inversión. Ni plazos fijos. Ni tarjetas de
crédito o débito que cobren.
Televisión: Ni verla. Sustituirla por
libros y otras distracciones. Borrarse de las televisiones de pago y no
contratar sus servicios. Además del fútbol hay otras distracciones.
Ayuntamientos: Enterarse asistiendo a
las deliberaciones de los asuntos que traten. Denunciar a los políticos que
meten a los suyos a dedo, a los que cambian normas en beneficie propio o de sus allegados y, sobretodo, rechazar las
subidas abusivas de los impuestos.
Cuestionar todo. Lo normal no es como
ellos dicen: a todos no les tratan igual. No contratar, ni comprar si se puede
pasar sin ello. No importa quien lo
diga: hay que entenderlo bien. Si no está claro rechácelo. No se preste a
ninguna encuesta y no tenga consideración con quien le llama para molestarle y
sea respetuoso con quien lo sea con usted. No tolere injusticias y reclame. No
ceda por compasión, los asuntos comerciales carecen de ella. Advierta, denuncie
y no se conforme con cualquier cosa.
La Revolución Pacifica es la lucha
consciente y sensata, pese a las
molestias que originen, por insistir y mantener los principios de normalidad sin
permitir que nadie ni nada vulnere impunemente los derechos que nos están
recortando en aras a injusticias y excusas sin sentido.
La Revolución Pacifica puede llegar
hasta la desobediencia civil, el no pago de impuestos, la respuesta decidida
con acciones ante arbitrariedades e iniquidades por parte de los poderes que no
son consecuentes con la situación actual. Es un mecanismo que ya está en marcha
en España y que no ha de cesar hasta conseguir la Honorabilidad, Transparencia y Rentabilidad.
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