domingo, 13 de octubre de 2024

MEDITEMOS HUMANAMENTE ¿O SE PUEDE MEDITAR DE OTRA FORMA?

 

Hoy no me ocuparé escribiendo sobre el Sistema Capitalista para irrumpir en dos temas de actualidad en España, pero antes dejaré constancia de frases atribuidas a alguien a quien admiro y os remitiré a ellas para que vosotros, amigos lectores, saquéis conclusiones al respecto. A mi juicio, lo mire por donde lo mire, no queda más opción que ponerlas en práctica para convivir en paz y en beneficio del bien común. Estas frases citadas, entre otras que también serían oportunas, son:

“El que se humilla será ensalzado. El que perdona será perdonado. Haz el bien y no mires a quien. Antes que te aboceten ofrece tu otra mejilla. Por sus obras los conoceréis. Obras son amores y no buenas razones”.

Asunto uno. Sobre la independencia de Cataluña soy muy contrario, convencido de que los independistas que la invocan no tienen razón; sin embargo, ¿merecería la pena que unos y otros entráramos en guerra y confrontación, odios y enemistades por ello? Sencillamente no. Entonces ¿por qué demorar la solución del problema? Acometámoslo ahora, que parece haber vuelto las aguas a su cauce, para convocar el referéndum de independencia participando todos los habitantes que hemos contribuido con nuestros impuestos al engrandecimiento o no de España y por tanto de Cataluña. Determínense unas normas, plazos, fechas, circunstancias… que se han de dar y votemos. La decisión mayoritaria será la acertada sin duda: no hay otra manera. Perfeccionemos el tránsito hacia una democracia mejor. Pasamos de la Dictadura a una Transición (el acuerdo de una liberación) y de esta a una incipiente Democracia que se ha de mantener y hasta habituarnos a ella.

El otro tema es ETA. ¿Qué humano -y más si fue afectado- no querría para los asesinos etarras el mismo trato que ellos infringieron a sus víctimas o que jamás salieran de las cárceles? Por supuesto, es un sentimiento complaciente y humano, pero como humanos no deberíamos dejarnos llevar por el salvajismo, la crueldad, la venganza, el ensañamiento... y convertirnos en inhumanos como lo fueron ellos para llevarnos a una espiral criminal de unos contra otros que a nadie beneficia.

No nos dejemos engañar por la iniquidad imitando la maldad de quien la hace. Padeceríamos castigo doble siendo miserables y perdiendo la razón, aunque creamos que esta nos asiste cuando no es así. Todo crimen carece de justificación salvo si, al instante, se evita la muerte propia o la de otra vida. La víctima no se puede resucitar, ni es posible siquiera evitar el daño producido a cualquiera de sus dolientes, sin embargo, aunque sea muy difícil solo cabe la denuncia ante la Justicia para que intervenga y se trate de olvidar antes de caer en la tentación de tomarse la justicia por su mano (ojo por ojo y diente por diente) y caer en la espiral sin fin antes comentada. Hay que dejar que sea la Justicia la que actúe.

Aplíquese para ambas cuestiones alguna de las frases expuestas. Convendrá tenerlas en cuenta para acometer algún acto en toda profesión y, especialmente, en la práctica política, una de la más importante si no es la principal.

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