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“Un literato solo soporta la conversación de los
que se interesan por la literatura, pero no de los profesionales, sino de los
laicos. Los de su mismo oficio le aburren”. (Baring).
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“Razón que aún anda buscando mi alma sin haberla
podido descubrir; porque entre mil hombres hallé uno y ninguna entre todas las
mujeres”. (Eclesiastés).
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“Es preciso entre amar a las mujeres o
conocerlas; no hay otro medio”. (Chamfort).
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“Un pariente pobre es siempre un pariente
lejano”. (Elisabeth de Bellegarde).
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“Gran ventaja lleva el necio al hombre de
talento; aquel está siempre contento de sí mismo”. (Napoleón I).
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“Donde existan muchas máquinas para reemplazar
al hombre, habrá muchos hombres que no serán más que máquinas”. (Luis Gabriel
conde de Bonald).
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“La censura es la hermana menor de la
inquisición. El censor es un lápiz hecho hombre o un hombre hecho lápiz”.
(Johann Nestroy).
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“Los malos temen siempre que los demás les hagan
aquello que creen merecer”. (Nicolas Maquiavelo).
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“La vida nos enseña a ser menos rigurosos con
los otros y con nosotros mismos”. (Johann Wolfgang von Goethe).
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“El niño deja entrever al hombre como la aurora
al día”. (John Milton).
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“Nadie puede ser perfectamente libre hasta que
todos sean libres; nadie perfectamente moral hasta que todos sean morales;
nadie perfectamente feliz hasta que todos sean felices”. (Herbert Spencer).
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“Presta dinero a tu enemigo y lo ganarás a él;
préstalo a tu amigo y lo perderás”. (Benjamín Franklin).
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“Me convencí de que dudar de todo es carecer de
lo más preciso de la razón humana, que es el sentido común”. (Balmes).
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“La experiencia es un billete de lotería
comprada después del sorteo. No creo en ella”. (Gabriel Mistral).
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“A Picasso, hasta los que le detestan, le
soportan, porque nunca usa el talento. Solo usa el genio. Sus obras nunca son
pensamientos. Son actos”. (Cocteau).
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“Es bueno reaccionar contra el deseo de brillar,
de revelar al hombre superior que lleva nuestro nombre y cuyos méritos
excepcionales solo nosotros conocemos”. (Duhamel).
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“Sin haber sido nunca ni felices ni buenos,
hemos de amarnos los unos a los otros o morir”. (Auden).
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“Las preocupaciones acaban por comerse las una a
las otras, y al cabo de diez años, se da uno cuenta de que se sigue viviendo”.
(Anouilh).
