¿De veras los
habitantes de Cataluña están pensando en
la independencia de ese territorio? ¿Están locos? ¿No se dan cuenta que las personas que lo provocan
ganan 20.000 euros al mes, mientras ellos no pasan de los 700? Acaso, ¿creen
que les subirán el sueldo? Las personas nos ganamos la vida allá donde podemos.
Ya las guerras, el más tondo lo sabe, a pocos beneficia. Tal vez, a los
vencedores, que son muy listos para contarnos lo que les interesa, sin decir
que no les hubiera importado estar en cualquier bando. Pero, ¿quiénes serán los vencedores de esta iniciativa, de esta contienda,
de esta cruzada, de esta rebelión? Llámenla “Derecho a decir” o como quieran,
pero piensen: ¿Quiénes fueron siempre los beneficiados? Desde luego ¡está
claro! Nunca lo fue el pueblo y menos
aún, esas personas de a pié que necesitan de su trabajo (y no de artimañas)
para vivir. A la cabeza me vienen acaecidos pasados, que nos podrían ilustrar y
todos conocen; sin embargo, tengo la sensación que, sencillamente, los que mandan quieren seguir chupando como
sea; poco les importa a ellos la independencia y sí sus intereses o los de su
familia y amigos que, como otros muchos sucesos similares, se arraciman
igualmente a mi caletre.
La verdadera independencia
está en uno mismo y no en la forma política con que se dirige un territorio. Un territorio (sea cual sea) se fue
separando física y políticamente de un todo que a nadie en particular
pertenece. Se han sucedido apropiaciones, conquistas, expolios, pero ninguna
sangre justifica su utilización. Los hombres hemos de tender a caminar
libremente por todos los parajes de La Tierras, sin fronteras y sin
enfrentamientos. Son tiempos de romper muros y no de realizarlos.
Cataluña, ese territorio maravilloso, donde siempre sus gentes me acogieron
estupendamente, como el resto del
planeta, también me pertenece y lo hago mío. Su estructura social no se
diferencia a la del resto de España, ni siquiera a la del resto de Europa (para
la que deseo una ley formal que nos una) debe propiciar la mejora de todos sus
habitantes, pero eso no se consigue separándoles del resto de las personas. Ya
me gustaría a mí no pagar el ascensor porque vivo en un bajo o no implicarme en
mantener la limpieza del mar porque vivo tierra adentro o, ¿qué se yo?, no
asistir a los lamentables espectáculos de Blesa, Pujol, Luis El Cabrón o un
largo etcétera, que ni conozco, pero que he de asumir y luchar porque no
sucedan. Los iluminados que propician la desunión pertenecen a otros tiempos o yerran;
la democracia por ello no está en juego; hay otras cuestiones que si la hacen
tambalear y hemos de mirar más alto. ¿Quién
y cómo económicamente nos manda en Europa? ¿Por qué permiten que los de a pié
nos peleemos? ¿Por qué no anulan el dinero físico y evitan robos, fraudes,
sobornos, mafias? ¿Por qué no quitan el
paro colocando a todos con el dinero del B.C.E. para que puedan subsistir? ¿Por
qué no limitan rentas y cargos? ¿Por qué no dan ejemplo con las prácticas
austeras que predican? ¿Por qué no separan los bienes y derechos de las
personas físicas de los de las personas jurídicas? ¿Por qué no se extienden los
bienes y derechos más allá de la muerte? ¿Por qué no se regulan las malas
prácticas que todos sabemos que existen: la venta de armas, las drogas, la
prostitución, los paraísos fiscales, los intereses espurios? ¿Por qué carecen
de responsabilidad los políticos y sus partidos?. La mayoría de los que
habitan en Cataluña quieren lo mismo que el resto de la gente y ¿por qué? Porque la gente queremos vivir en paz y
dignamente, sin problemas y en armonía, con una educación y una justicia gratuitas, que nos permita
decidir libremente y en igualdad de oportunidades. ¿Quiénes están interesados en lo contrario? Aquellos que ésto
no les interesa y su codicia (de poder o
de riqueza) les arrastran hasta el final, hasta creérselo.
¿Y su usted es tan europeo, qué le importa que Cataluña se dirija desde Madrid o desde Bruselas? ¿no vamos de europeos por la vida? ¿entonces, qué más da? (es que mucha gente de provincias, estamos hasta el moño de Cataluña y de hacer como que "nos queremos todos mucho" y tal y cual. En esta vida, cuando alguien no quiere estar contigo, puerta. Y menos dramas. Los catalanes, una inmensa mayoría, quieren un sistema aparte, por encima de los demás, diferente a los demás, y DESIGUAL a los demás (nada de federalismo), ASIMÉTRICO. Bien, estupendo. ¿Si es así, no es mejor puerta y cada uno por su lado? Seguir con la mentira y la agonía, es jorobarlos a ellos, y a nosotros. Yo lo veo así. Y creo que cada vez más gente de provincias (no de Madrid, ojo, que es otro mundo) empezamos a tirar por ahí.
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