Asistí a una conferencia sabiendo
que era patrocinada por Podemos.
Tenía interés en saber cómo iban a resolver el tema de la Deuda (de alcanzar el
poder) ya que trataba sobre la misma. He de confesar que me sorprendió, no
respecto a lo que consideran, no sin razón, Deuda Legítima (cuyo engorroso destapar
generará, de llevarse a efecto, verdadera cazas de brujas o conflictos
irreparables, nada comparable al proceso islandés) sino a que su programa
político, como el resto de los programas, omite o no contempla abolir el dinero
físico. Y, ¿por qué no?
Me choca que uno de los medios más eficaces para controlar los desmanes
opacos, los negocios de las mafias, la venta
de armas, drogas, trata de personas, chantajes, evasión de capitales, corrupciones,
etcétera, no quieran establecerlo. ¿No será porque también dejarán huella las
connivencias entre empresarios y políticos y las trazas de prevaricación y
cohecho podían ser fácilmente descubiertas? Bastaría un simple seguimiento, a
través de un extracto bancario para descubrir a los impostores. (Difícilmente habrían
descubierto el entramado de las tarjetas de Caja Madrid y Bankia, si el dinero lo
hubieran repartido en sobres, bolsas de plástico o deportivas como dicen
sucedió en el PP, en el caso Malaya o Pujol respectivamente).
Privar de libertad o de iniciativa para emplear el medio que la gente
estime oportuno es una de las explicaciones que esgrimen para su no
instauración. Y tendrían razón en tiempo
pasado no en el actual, donde las técnicas a nuestro alcance (y me refiero a
España y otros países avanzados) no
causarían problemas y la decisión particular no estaría cercenada porque lo
está ya. ¿Acaso, podemos pagar los impuestos, los recibos de luz, gas,
teléfono, la cuota de la hipoteca, etcétera o cobrar casi la totalidad de nuestros
ingresos y rentas en efectivo, sin que medie una cuenta corriente? ¿A quién le interesa que no se suprima el
dinero físico?
Otra razón aducida, que también oí, es que al suprimir el dinero físico,
los medios de pago serían monopolizados por entidades bancarias (hoy por
cierto, y no sin motivo, perversas, denostadas
y criminalizadas) y me pregunto, ¿la fabricación de moneda, tanto en metal como
en papel, no está monopolizado? Otra cosa sería, que el Estado no ponga freno a
los abusos de gastos de mantenimiento de cuentas, expedición y uso de tarjetas,
etcétera. ¿A quién o quienes les
interesa que el dinero físico no sea abolido?
No se esgrimió en la charla otros inconvenientes para no erradicar el
dinero físico, pero yo apuntaré alguno. Me refiero a transacciones de pequeños
importes (compra de pan, pago de una consumición, un préstamo súbito a un amigo
u otros) que pueden temporalmente realizarse de no erradicar la moneda o
calderilla y que a nadie perturbaría. ¿A
quién le interesa permanecer en el anonimato para cobrar y pagar? Desde luego
no a la gente que nada tiene que ocultar. No a los trabajadores, ni a la clase
media y sí a superiores intereses. Desde luego a los que no les interesa quitar
el dinero físico son a los señores de la “casta”.
¿A qué teme Podemos? ¿Por qué no
establecer el medio más eficaz de seguir la pista a los defraudadores? Bien que alardean citando que las
inspecciones fiscales sacarían a la luz unos 40.000 millones de euros. ¿Cómo
quieren hacerlo si no tapan el principal agujero por donde se escapan? ¿Creen
que los inspectores tienen en su poder
un recurso tan poderoso como este para controlarlo? ¿Por qué no lo llevan en
sus programas el resto de los partidos? ¿Acaso, no están interesados en acabar
con el dinero negro, las estafas, los chanchullos o es que convivir entre
mangantes impunes les pone? Mi voto cambiará a favor del partido que se
comprometa a que deje de existir el dinero físico. El resto de medidas las
iremos debatiendo.
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