Situémonos: El dinero físico no
existe (temporalmente puede manejarse únicamente la moneda) y la totalidad
de los movimientos económicos pasan a través de cuentas bancarias. Ya todo el mundo tiene trabajo y a nadie le
ha de faltar donde ocuparse, si quiere ganarse la vida. A cambio percibe un
salario mínimo de subsistencia, que le cubre la salud, alimentación, educación,
cobijo y vestido; suficiente para vivir dignamente, sin rebuscar en cubos de
basura, implorar a la caridad o recurrir a la mendicidad. Esta fue la primera medida puesta en marcha (Ver
SI DE MÍ DEPENDIERA (I), entrada de hace quince días) para cambiar el mundo innovando el sistema económico. A nivel de Estado, procede pues, controlar gastos
(equilibrar los presupuestos) y acometer ajustes:
CUALQUIER INSPECCION PASA POR VER
EXTRACTOS BANCARIOS Y ADIÓS A LAS SUBVENCIONES, A LOS SUBSIDIOS, A LAS PRESTACIONES
POR DESEMPLEO, A LA CARIDAD Y A OTRAS AYUDAS
RELACIONADAS CON LA FALTA DE TRABAJO, QUE NO SON SINO EL FRACASO DE LA SOCIEDAD
LIDERADA POR EL GOBIERNO Y PERMITIDA POR TODOS NOSOTROS.
Ya fueron abortados los caraduras que trabajando cobran el paro y quitan empleo a otros
trabajadores; los que pagan sueldos miserables, aprovechándose de la situación
actual, como si la gente fuera esclavos, convirtiendo a muchos estupendos
empresarios en malhechores; los que eluden pagar a la seguridad social o
escaquean impuestos porque no creen en la sociedad, ni confían en que
revertirán en sus propio beneficio y los otros bandidos ocultos. Ya va siendo el
momento que el Estado, ante el nuevo
escenario producido, establezca controles, arbitre medios y ejerza su autoridad
sancionadora, a fin de lograr ingresos que aminore el excesivo endeudamiento ocasionado,
que se ha visto obligado a asumir. La eficacia para que se ejecuten las medidas
dependerá, no sólo de la Administración sino de terceros (con intereses
desconocidos) por lo que la vigilancia de ésta es fundamental.
Mientras se desarrollan las acciones emprendidas, si de mi decisión dependiera, anunciaría a bombo y platillo, una nueva
medida: Independencia y potenciación
para las personas jurídicas y regulación de las rentas para las personas
físicas.
Para cumplir con la primera, a las
empresas se les facilitará el despido libre y la propia elaboración de sus
costos laborales (en determinadas condiciones generales, que daremos a
conocer en próxima entrada). La partida de Gastos de personal en toda empresa
es de las más importantes; en ella se incluirían, naturalmente, pagos a la
Seguridad Social y Retribuciones (dietas, representación, alimentos, viviendas,
planes de pensiones, seguros, participaciones, acciones, comunicaciones, formación,
etcétera; así como los emolumentos, primas o sueldos pagados a los miembros del
consejo de administración, considerando a todos ellos empleados de la misma).
La empresa es una de las personas
jurídicas más importantes para la creación de empleo y riqueza y, por tanto, reforzarla y favorecerla para su desarrollo
es de todo punto vital, incluso, hasta la anulación del pago de sus impuestos por
crear trabajo y fortuna, por reinvertir en investigación, generar confianza
apostando por las cosas bien hechas y una producción de calidad y rendimiento, antes que
cantidad y precio. La empresa, sin
embargo, no puede servir de tapadera para el enriquecimiento privado, ni para
el ocultamiento de bienes y derechos, ni para, desde ella, cometer
ilegalidades. La persona jurídica ha de ser independiente, a todos los
efectos, de la persona física. Similar a lo público de lo privado.
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