Si se
estableciera el pleno empleo, cosa que puede conseguirse como hemos
comentado reiteradamente en este blog, los ingresos de las personas en paro
darían lugar no sólo a más consumo sino a que el PIB aumentara. Mayores
ingresos en personas con rentas sobrantes para nada sirven, al contrario, sus
perceptores se apalancan entre la avaricia y el temor (altamente dañinos para
la psiquis) lejos de producir riqueza al país. Es
decir, mejorar económicamente a las clases pobres y medias potencia el
crecimiento. Por tanto, es muy conveniente que las rentas entre las
personas físicas no se distancien excesivamente y, además, de igual forma que
se ha de erradicar el empleo pirata, las ventas y servicios en negro, la
corrupción, etcétera, se hace imprescindible que ningún colectivo permita la
utilización de sus bienes, realice traspaso de fondos o facilite donaciones
graciosas en favor de personas físicas, a fin de no incrementar más la
precariedad del sistema productivo, la evasión de impuestos y la ausencia de
valor.
“La desigualdad
reduce las posibilidades de los hogares con
bajos ingresos de mantener la salud de
sus miembros y de acumular capital físico y humano. En la práctica eso puede
traducirse en una peor educación de los niños que proceden de esas familias.
Eso, a su vez, desemboca en una productividad laboral inferior a la que habría
en un escenario más justo”, según la OCDE. La pobreza ha crecido desde los años
90 en la UE y el modelo económico de crecimiento a costa de lo que sea, ha sido
incapaz de acabar con las crisis que cada cierto tiempo asolan a débiles y no
preparados. Concluirán arruinando la estabilidad de la vida saludable por la
que todos deberíamos de transitar.
Esa vida saludable se
puede lograr con muchas renuncias, esfuerzos y compromisos. Será cuestión de
sopesar pros y contras de las fórmulas o medidas dadas a conocer en este blog
como fieles creyentes, calibrando sus sacrificios. Imprescindibles serán las amputaciones para: separar poderes
(Legislativo, Ejecutivo, Judicial); separar los intereses
públicos de los privados; separar, claramente, las rentas y los gastos de las
personas físicas de las jurídicas; lo religioso de lo razonable; la información
de la opinión… hasta conseguir la igualdad de la ley para todos.
Miedo me dio escuchar, con motivo el caso griego,
que ningún país podría salir de la UE o del euro; sobre todo, después de haber
leído a Thoreau: “La única obligación a la que tengo derecho de asumir es la de
hacer siempre lo que creo correcto. Se dice muchas veces, y es cierto, que una
corporación no tiene conciencia; pero una corporación de personas conscientes
es una corporación con conciencia”. Lo que Henry Thoureau no podía saber, es que el sistema económico, el arte del
negocio y el lucro, llegaría a extremos
tales que dominaría la política, el arte de la palabra y el acuerdo, sin que ésta
y los políticos sean nada sin aquél, salvo detentar y ser protectores del
capital.
Hay que
frenar al sistema capitalista. Innóvese.
Reflexione leyendo el libro 5 Fórmulas
para el bienestar de España (que se consigue comprado la novela Escape) y evitemos
que los bancos exploten empréstitos soberanos, ante la razón de no permitir que
país alguno contraiga déficit (salvo hecatombe, en cuyo caso la emisión de
deuda correspondería al B.C.E.). Adiós a las primas de riesgo. Al desarrollo apalancado
que origina desigualdad. Al estímulo del dinero, que sólo sea un mero
instrumento de cambio. Que bienes y obligaciones privados se extingan con la
muerte de su propietario: potenciando los valores de cada cual y renunciando a las
herencias. Que nuestros hijos no sean ricos de cuna y experimenten el hervor
necesario para la vida, sin enchufes, con sus actitudes y capacidades, con
esfuerzo y honorabilidad. Que nadie carezca de la bondad, de la educación y la
oportunidad necesarias para saber que todos somos iguales.
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