Pocas son las personas que pueden
desasirse de la ideología que, a través de los años, se le ha impregnado en las
costuras de sus neuronas. La objetividad en las opiniones es tan difícil de
conseguir como el cero absoluto en la temperatura. Se puede intentar tratar de
comprender al otro e incluso ponerse en su lugar sin perder la compostura durante
un periodo corto, pero de ninguna forma suplantarle o pensar como él. Todos y
cada uno de nosotros, por suerte, somos diferentes. Sin embargo, ello (lo de
pensar de una u otra manera) cambia como cambia el clima dependiendo de las
circunstancias que son variadas y caprichosas que obedecen al momento, lugar,
perspectivas, intereses, predisposición, adoctrinamiento, ánimo, sistema…
Somos muchos los que nos
atrevemos a escribir sobre cómo perfeccionar las realidades existentes en
beneficio de los hombres y la sociedad. En ellas coincidiremos la mayoría, no
así en la forma de hacerlo. No obstante, y limitándonos a España, hecho en falta
el discurso de aquellos que pretenden dirigir este país, a través de sus
partidos, sobre los puntos comunes y vitales más importantes para el conjunto
de los ciudadanos tales como:
1) SALUD
(Centros hospitalarios).
2) COBIJO,
ALIMENTACIÓN Y VESTIDO (Viviendas, mercados comerciales).
3) EDUCACIÓN
Y FORMACIÓN (Guarderías, escuelas, talleres).
4) IGUALDAD
DE OPORTUNIDADES Y JUSTICIA (Leyes, juzgados).
5) TRABAJO
Y CULTURA (Medios, recursos, disposiciones).
6) SEGURIDAD,
LIBERTAD Y DEMOCRACIA (Principios, valores).
7) PENSIÓN
Y BIENESTAR (Residencias, viajes).
Cada uno de nosotros puede pensar
en las distintas etapas de la vida por las que discurrimos. A saber:
a) Nacer
y vivir. Y para vivir de manera digna es imprescindible el alimento, el
vestido, el cobijo y, además, hoy en día, también otras necesidades con las que
relacionarse. Para conseguir estas, el trabajo nos proporcionará los recursos
con que poder hacerles frente. Obtener dicho trabajo dependerá de la salud, la
formación, las oportunidades que tengamos y las exigidas por las leyes y normas
establecidas.
b) Crecer
y desarrollarse no es baladí; incapaces que somos de valernos por sí mismos. Se
precisa de cuidados y educación para llegar a la adolescencia. Una etapa esta
sin duda, trascendente que marcará el devenir personal de cada uno de
nosotros.
c) Ser
adulto o animal político con criterios individuales y definidos. Un período
definitivo para que el hombre pueda realizarse. Su salud, su cultura, su libre
decisión, su respeto a las leyes establecidas democráticamente, su seguridad
física y jurídica, su esfuerzo y voluntad, entre otros, serán elementos nada
desdeñables, dignos de elogio.
d) Llegar
a la vejez y morir. Pocas necesidades materiales, pero si las necesarias para
no ser una persona decrepita. Una pensión digna que permita no tener que pensar
en ella.
Puntos y etapas en los que todos
los partidos políticos podrían ponerse de acuerdo. Con seguridad, no tendrían
dificultades para ello, independiente al orden de importancia en los que fueran
catalogados. Luego, cada grupo, daría a conocer sus soluciones más convenientes,
las fórmulas y medios con las que llevarlas a cabo. Más tarde, por último, a la
vista de tales informaciones, la ciudadanía votaría con su mejor juicio y su
ponderado criterio.
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