Aquí, en España, existen fuerzas (partidos y sindicatos, sectas e iglesias, fundaciones y
demás entes conocidos o no), además de nuestros tres poderes constitucionales,
con capacidad para reorientar un sentimiento popular hacia donde les interese
sin ser ellas, aparentemente, las que azuzan a la gente con el “divide y
vencerás”. Una ira y rencor que despoja al individuo de personalidad inhibiéndolo
de criterio y juicio propios. Se le
infunde falta de libertad (aunque al tiempo la esté ejercitando), se le proporciona
causas falsas que le afecte, se le adoctrina con mensajes emotivos y se le
augura un porvenir nefasto acercándole a los fines que persiguen para que no
decida libremente, en especial, su voto.
Un Gobierno no se ha de erradicar con un Golpe de Estado, ni con el
ordeno y mando impuesto por los más fuertes. Tampoco ha de servir una moneda al
aire para que sea el azar quien lo decida, ni la arbitrariedad de unos pocos
intolerantes, como está sucediendo, minando continuamente una democracia
libremente elegida. Un Gobierno se eliminará con los votos de la gente en una
democracia firme, cuando la gran mayoría de los partidos políticos que la
invocan, después de unas votaciones libres, así lo decidan. Son actos de confirmación
pública en pro de la Democracia, recogidos en nuestra Constitución, que se han
de practicar con los votos de cada uno de los grupos políticos constituidos
(crean o no en ella) que, además, valen lo mismo, independiente de sus orígenes
o pensamientos. Cámbiese la Carta Magna y confieran, si es el caso, otras fórmulas
legales de convivencia. Mientras tanto, guste o no, toda alianza entre los
grupos, es tan legal y mucha más respetuosa
que el ejercicio de libertad utilizado por los que claman lo
contrario.
La
Democracia es el Sistema político de España y de sus habitantes. En las
escuelas se ha de enseñar respeto a la misma y al resto de las ideas, en lugar
de la Formación del Espíritu Nacional de otra época, para que los futuros
ciudadanos sepan que todos los pensamientos son posibles, incluso los de los
Antitodo e independentistas, pero no las acciones ilegales que agreden a los
que no piensan como ellos e incitan con malas prácticas a constituir un “Singobierno”
o un “Gobierno independiente”.
¿No
sería mejor implementar soluciones y que el ideario de los grupos políticos se confrontara
para el mejor bienestar general?
¡Qué
trabajen y no chillen! ¡Qué aporten y no escandalicen! ¡Qué no alarmen a la
gente con tanto horror y vaticinios imposibles!
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