El Sistema capitalista económico
actual, trascendental motor social, precisa de un cambio para no descarrilar
por su excesivo ánimo de lucro, que mantiene como único fin. Éste es, sin duda,
un medio forzoso para su negocio, aunque su verdadero y autentico objetivo ha
de ser el bien común, que nos permita a todos vivir en una sociedad más justa e
igualitaria, sin las diferencias abismales existentes.
Las personas físicas hemos de ser
el centro de la vida y no el dinero. La salud, el conocimiento y la seguridad
son valores máximos, por encima del poder y la riqueza. Las personas jurídicas,
reguladas por las leyes y las normas establecidas, se calificarán no por sus
beneficios sino por lo que aporten al bienestar común con mejores precios y
calidades, excelente trato y comportamiento, condiciones y pagos justos a sus
operarios, cumplidoras de sus compromisos y demás asuntos.
Cuando lo apuntado se cumpla o se
regule con medidas oficiales propuestas a continuación, mediante consulta
democrática y vinculante a la población, la ciudadanía transformará a positiva
la opinión que le merecen las empresas y los empresarios considerando sagrados
sus bienes y derechos privados, aunque sobre éstos, en determinados casos,
tengan que prevalecer los comunitarios.
1- Controles
ejercidos por las autoridades para que funcionen las buenas prácticas y la
competencia comercial sea efectiva.
2- Revisar
los epígrafes empresariales (organizaciones con y sin ánimo de lucro) y
estudiar con detalle su forma de actuar.
3- Aplicar
y actualizar los márgenes productivos y de negocio necesarios para la
subsistencia de empresarios y trabajadores por cuenta propia y ajena.
4- Anular
el dinero físico para que toda transacción deje su huella y no eluda los
impuestos con los que pagar sanidad, educación, seguridad, funcionarios...
5- Pagar
sueldos con los que, el más ínfimo de los obreros, pueda vivir de forma digna,
a lo que seguirá la democratización de las empresas.
6- No
esquilmar más los recursos naturales y medios vitales (agua, aire, medio
ambiente, naturaleza…) por un crecimiento insostenible.
7- Regular
impuestos directos, indirectos y especiales; herencias y privilegios que anulen
las abismales diferencias sociales, económicas y de poder.
8- Establecer
en toda empresa un sistema de convivencia democrática para el reparto justo de
beneficios entre el capital, directivos y trabajadores, sugiriendo la
conveniencia de un sistema cooperativo donde todos puedan ser propietarios y
responsables de las mismas.
9- Control
exhaustivo de las cuentas de las sociedades sin ánimo de lucro (asociaciones en
general, iglesias y demás entes creados al efecto).
10- Reconocer el derecho a la vida para poder respirar y alimentarse con salud, educación, seguridad, ocupación, buen medio ambiente y naturaleza que respondan al bienestar común y, en su defecto, sea cubierto por el Estado.