BREVÍSIMA HISTORIA DEL TIEMPO de
Stephen Hawking. Un relato corto para aprender de científicos que nos
ilustraron con sus descubrimientos y teorías. Merece la pena leerlo por su
sencillez que nos hará comprender, de manera fácil, cuestiones inimaginables y,
además, adquirir ciertos conocimientos de interés.
“Nadie ha podido predecir cómo se
inició el universo, ni cuando concluirá. Ni siquiera se sabe si es o no
infinito o, pese a nuestros avances científicos, cuál es su estado”.
¿Y qué decir de Dios?
“Un vaso de agua contiene más de
10 elevado a la 24 potencia (un uno seguido de 24 ceros) moléculas, por lo que
es imposible saber en cualquier momento cuáles son cada una de ellas”.
No obstante, hay hombres
(todavía) que aseguran la existencia de Dios (eso sí, cada uno a su manera) y
nos lo hacen creer como una verdad incuestionable. ¿No es algo raro? El truco
está claro: despertar interés, mantenerlo y luego desconectar la expectación
que pueda albergar logrando lo aparentemente imposible. Por eso, hay gente que
necesita de religiones para dar respuesta a sus temores, sin percatarse que la
libertad o el consuelo están en su cabeza.
Hemos de educarnos para la
convivencia y la igualdad - ¡qué no se pierda un solo talento por falta de
oportunidades! – y adquirir la conciencia de la justicia - “¡qué se sepa la
rabia que da el hambre!”-. En qué crees más: ¿en la justicia o en la caridad?
Hay que defenderse de la política
y creer más en la educación y la equidad dedicándose con afán a la profesión o
actividad que realizas. Respeta a los demás y trata de comprender a los otros.
Reconoce que, entre competidores, es mucho mejor colaborar mutuamente a ser
adversarios. Antes, ser amigos que enemigos. La enemistad es inútil y
destructiva, malgasta las fuerzas, las energías y los talentos de ambos
contendientes.
“El tiempo no es absoluto ni
único, depende del lugar del observador que lo mide. Es, como el espacio: curvo,
cerrado y, ambos, imbricados”.
“Las teorías no pueden ser
demostradas y en todas se han dado el principio antrópico”. “No es posible
demostrar aquello que no existe”.
“El principio de incertidumbre de
Heisenberg tiene implicaciones en la manera de ver la realidad y es motivo de
controversias. No se puede predecir acontecimientos futuros con exactitud ni
precisión en el estado actual del Universo salvo, claro está, que haya un ser
sobrenatural que, a diferencia de los hombres, pueda observarlo: algo que no es
cosa de mortales.”
“El Universo simplemente es.
Carece de fronteras y bordes, sin origen ni final, por lo que el papel de un
Dios creador no resulta obvio”. Y a propósito de Dios, ¿cuántas religiones
fueron inventadas y aún existen? Muchísimas, sin duda. Es lógico que en todas
no se puede tener fe por lo que cualquiera, se supone, es ateo de todas
aquellas en las que no cree.
En el mundo en que vivimos todo
cuanto ha sido descubierto, inventado, imaginado, contado por los hombres, se
ha efectuado por su conveniencia y convencimiento, bien por antojo e interés,
bien por espurio o verdadero. Nada existe sin que le asista una razón o
justificación. Los seres vivos no solo debemos interpretarlo sino argumentarlo
con pruebas.
Reflexiona y piensa en
Empédocles, Aristóteles, Ptolomeo. Kepler, Galileo, Copérnico, Newton,
Einstein, Hubble, Friedmann… En tu mente descansa todo cuanto, existiendo o no,
cabe en tu imaginación.
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