El Sistema capitalista actual
encabezado por multinacionales y grandes empresas privadas, con el que la
humanidad ha alcanzado los mayores logros económicos de su historia, está
consiguiendo grados de perversión tales, que hay que rebajar y detener su único
objetivo: su ánimo de lucro desmedido a costa de lo que sea.
La posición dominante de las
citadas compañías, acaparando el mayor volumen de negocio y empleando a mucha
gente, las permite pagar menos porcentajes de impuestos que al resto de
negocios adhiriéndose a todo tipo de bonificaciones y exenciones estatales o
creadas a su medida, cambiando el domicilio social a su conveniencia,
conminando a las autoridades con crear o abolir empleos, corrompiendo a algún
político de turno, buscando o exigiendo la condonación de pérdidas y haciendo
lo que les viene en gana mediante prácticas mafiosas.
Pese a lo dicho, existen otros
sistemas comerciales económicos y financieros de gran trascendencia para la
población (menos libres, dirigidos, autárquicos) que son mucho más peligrosos
que el capitalista citado, aunque a este haya que frenarlo.
La CEE tiene mucho que hacer al
respecto y los países que la forman deben de ponerse de acuerdo para abolir los
paraísos fiscales de sus territorios, establecer una sola ventanilla fiscal
para recaudar los impuestos de estas sociedades, estén donde estén ubicadas,
prescindir de las mismas si abusan de su posición y, en su lugar, suplantarlas
por otras públicas de ser imprescindibles.
No obstante, deseo en voz alta
formular dos preguntas:
1)
¿Qué es lo que los humanos deseamos?: a)
¿Poder y riqueza? b) Felicidad y acomodo?
2)
Y, en cualquier caso, cómo implantarlo?: a)
¿Por las autoridades b) Por los ciudadanos?
No vale elegir ambas cosas, solo a)
o b).
Mi intelecto viene a plantearme,
antes de responder, otro par de preguntas.
Una: ¿Para qué estamos los
humanos ocupando La Tierra?
Dos: ¿Cuál sería el objetivo que
deberíamos plantearnos con carácter general?
Nuestros instintos de
conservación y procreación son muy elocuentes: Vivir bien y tener descendencia.
Por ello hemos de procurarnos placer y evitar el dolor, pues somos mortales e
ignoramos cuando abandonaremos este único mundo conocido.
Ante tales premisas me decidiré
por la b) en uno y otro caso: felicidad y acomodo establecidos por los
ciudadanos. Además, abogo por la democracia, la libertad con responsabilidad y
respeto, la igualdad de oportunidades y una larga lista de derechos con la
obligación de estar ocupado para poder vivir dignamente, pues para ello se
necesita de bien poco.
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