domingo, 22 de septiembre de 2024

EL SISTEMA CAPITALISTA I

 

El Sistema capitalista actual encabezado por multinacionales y grandes empresas privadas, con el que la humanidad ha alcanzado los mayores logros económicos de su historia, está consiguiendo grados de perversión tales, que hay que rebajar y detener su único objetivo: su ánimo de lucro desmedido a costa de lo que sea.

La posición dominante de las citadas compañías, acaparando el mayor volumen de negocio y empleando a mucha gente, las permite pagar menos porcentajes de impuestos que al resto de negocios adhiriéndose a todo tipo de bonificaciones y exenciones estatales o creadas a su medida, cambiando el domicilio social a su conveniencia, conminando a las autoridades con crear o abolir empleos, corrompiendo a algún político de turno, buscando o exigiendo la condonación de pérdidas y haciendo lo que les viene en gana mediante prácticas mafiosas.

Pese a lo dicho, existen otros sistemas comerciales económicos y financieros de gran trascendencia para la población (menos libres, dirigidos, autárquicos) que son mucho más peligrosos que el capitalista citado, aunque a este haya que frenarlo.

La CEE tiene mucho que hacer al respecto y los países que la forman deben de ponerse de acuerdo para abolir los paraísos fiscales de sus territorios, establecer una sola ventanilla fiscal para recaudar los impuestos de estas sociedades, estén donde estén ubicadas, prescindir de las mismas si abusan de su posición y, en su lugar, suplantarlas por otras públicas de ser imprescindibles.

No obstante, deseo en voz alta formular dos preguntas:

1)       ¿Qué es lo que los humanos deseamos?: a) ¿Poder y riqueza? b) Felicidad y acomodo?

2)       Y, en cualquier caso, cómo implantarlo?: a) ¿Por las autoridades b) Por los ciudadanos?

No vale elegir ambas cosas, solo a) o b).

Mi intelecto viene a plantearme, antes de responder, otro par de preguntas.

Una: ¿Para qué estamos los humanos ocupando La Tierra?

Dos: ¿Cuál sería el objetivo que deberíamos plantearnos con carácter general?

Nuestros instintos de conservación y procreación son muy elocuentes: Vivir bien y tener descendencia. Por ello hemos de procurarnos placer y evitar el dolor, pues somos mortales e ignoramos cuando abandonaremos este único mundo conocido.

Ante tales premisas me decidiré por la b) en uno y otro caso: felicidad y acomodo establecidos por los ciudadanos. Además, abogo por la democracia, la libertad con responsabilidad y respeto, la igualdad de oportunidades y una larga lista de derechos con la obligación de estar ocupado para poder vivir dignamente, pues para ello se necesita de bien poco.

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