En el mundo vegetal y animal el
engaño es un motivo para la supervivencia. Ni qué decir en el mundo humano
(homo erectus, habilis, heidelbergensis, nadeli, neardertalensis, sapiens) una
vez fue incorporado el dinero físico como medio de cambio para ser canjeado por
salud, alimentos…e, incluso, por favores, traiciones y fortunas tan amargas, a
veces, como una venganza.
El Sistema Capitalista potenció
el dinero físico y, aunque éste vaya en retirada, va siendo hora de que el homo
sapiens se inicie en el camino hacia el hombre razonable (homo
rationabile), capaz de ponerse en lugar del otro (potes pone te
in alio loco) y modificar el fin empresarial del “ánimo de lucro”
por el del “bien común” en contra, por supuesto, de la voluntad de los
hombres más ricos.
En la actualidad, Elon Musk, no
solo está revirtiendo la idea citada, sino que con el poder de su riqueza
tiende a imponer gobiernos conservadores de extrema derecha en el orbe mundial
por el simple hecho de ganar todavía más. Por igual razón lo hará Mark
Zuckkerberg de Meta y muchos más. En EE. UU., esto es un hecho que ya ha
comenzado. Mañana lo harán en otros países que les plazcan y así sucesivamente
hasta que suceda lo inevitable y la democracia se destruya, dado que el bien
general de la gente les importa un bledo y amasar más dinero y poder no les
harta.
El Sistema Capitalista alimenta
la inflación como si fuera un criado al que cuidar de forma imparable y son los
negocios los que encarecen sus productos o servicios haciéndolos exclusivos
bajo el lema de “renovarse o morir”, ya que su propia identidad se basa en
progresar, crecer y derribar a sus competidores, salvo que se unan con ellos o
lleguen a un acuerdo.
Las personas
jurídicas, carentes de sentimientos, a diferencia de las personas físicas,
merecen ser tratadas únicamente con argumentos fríos y calculadores, si bien,
la confianza, hoy asentada en la publicidad y la agresividad de estas y
empleadas en su provecho, ha de cambiarse por las diferentes opiniones de sus
consumidores y usuarios: ello es lo importante.
Los clientes
deberán otorgar su confianza en base a la calidad y precio de los productos o
servicios adquiridos, a la consideración y amabilidad con que son tratados, a
la eficacia y acompañamiento del personal que les atiende y otros aspectos
relevantes, por lo que sugerimos sea implantado “El Buzón de Confianza”
(responsabilidad de la Administración de Consumo), en el que los consumidores
depositen un boleto (facilitado por el establecimiento) señalando un solo color
de los cuatro existentes con el que evaluar la confianza de éste, de forma que
marcando Boleto Verde denotará confianza absoluta; Boleto Amarillo confianza
media; Boleto Rojo poca confianza; Boleto Negro ninguna confianza.
Comencemos a
pensar, pues, que el dinero no lo puede todo y, poco a poco, el Sistema
Capitalista se puede ir mejorando ¡claro que sí! y lo seguiremos intentando.
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