“Te ganarás el pan con el sudor
de tu frente…” pero hay quien en el teatro de la vida no transpiran como
brujos, religiosos, aristócratas y demás personas ineficaces.
Unos dominaban el mundo y la
esclavitud. La ocupación liberó al cautivo que, con sus ansias por vivir mejor,
convirtió el trabajo en una necesidad.
Ocupar el tiempo en lo que se
desea teniendo las necesidades cubiertas es ganar más, sentirse feliz
olvidándose de la competencia y la agresividad.
Todo cambia. Acaeció con la
rueda, la máquina, la industrialización, la tecnología, la comunicación, el
bienestar común, el conocimiento y, siempre, con la duda.
Se comenzó a cuestionar
fantaseando, filosofando con lo ocurrido, con lo que está por llegar y,
augurando malos presagios, olvidaron vivir y la muerte los sorprendió.
El capitalismo no vino a
sustituir a la religión, aunque su poder y dinero se hizo con un dios que no
convirtió el agua en vino, pero aprovechó la ingenuidad de la gente.
Pregonaron acabar con el hambre y
la miseria y fueron aumentando sus diferencias. Crecieron exponencialmente sin
que pudieran divisarse y los más ricos se hicieron más ricos y los más pobres
acapararon más pobreza y, entonces, el caos comenzó.
Volvieron los elegidos, los
profetas, los nuevos gobernantes predicando contra las atrocidades de los
herejes. Hoy, unos y otros, se miran en el espejo y detectan las vetustas y
rancias arrugas de sus rostros.
Se extendió y continúa
divulgándose por el mundo siendo el temor de una creencia. Una entelequia
causante de misterios, guerras y problemas que no responde a ningún bien
material de la gente. Las religiones son pues, aporías y negocios.
La supla conciencia se impondrá
con la meditación diaria e individual de cada uno. Permitirá al hombre conocer
y ejercitar sus sistemas físicos (nervioso, circulatorio, respiratorio,
digestivo, excretor, endocrino, inmunológico, reproductor, muscular, esquelético,
tegumentario, límbico) y también sus cuitas psíquicas.
Todo regresa. Las circunstancias
se repiten, aunque se envuelvan en un disfraz que las disimule. Moros y judíos
(no conversos) fueron expulsados de España. Negros, prisioneros como animales,
fueron llevados en galeras para ser esclavos en América. Los emigrantes no
hallan sitio donde ampararse. Los imperios opresores serán derrotados. Hombres
de piel fina están inmóviles en la selva en la que viven.
Las costumbres de trabajar para
vivir, ir a la escuela para saber, asearse para no oler mal, rezar para eludir
el miedo y otros consuelos habrán de mantenerse; no así las que dañan o son
crueles: corridas de toros, bromas
pesadas que hacen llorar, …
Las personas para no repartir
beneficios a sus trabajadores crean fundaciones, patronazgos, … para fines que
el Estado debería acometer con lo que recauda.
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