domingo, 9 de marzo de 2025

EL SISTEMA CAPITALISTA XX Y ÚLTIMO

 

Los humanos pasaremos de especie dominadora del planeta llamado Tierra a ser subyugados por ella, por su medio ambiente y por otros nuevos pobladores, salvo un grupo selecto de personas ricas y poderosas que, en algún momento, saldrán al espacio exterior con destino desconocido.

Debido al excesivo número de pobladores que quedaron, éstos tuvieron que ingerir alimentos generadores de un semen estéril a fin de reducir su incremento. Los seres u organismos híbridos que surgieron, conforme a su evolución, gobernaron a la raza humana inclementemente, sin miramientos, ni posibilidades de que esta pudiera revelarse para así los recién llegados convertirse en los nuevos dueños de la Tierra.

Todo sucedió lentamente, aunque el dilema atávico entre ciencia y fe nunca fuera resuelto. Luego, en otro tiempo, cuando la rapidez de las comunicaciones, la informática y la Inteligencia Artificial superaran con creces a la inteligencia humana, tuvo lugar, como hemos dicho, a que otra civilización se adueñase del Planeta Azul. Entonces, la vida de humana, mediante la ingestión de fantasiosos e inéditos alimentos no naturales, cuyos átomos pseudo beneficiosos la hicieron retroceder e ir en declive, fue evolucionando y poniendo de manifiesto que el crecimiento eterno no existe y menos aun cuando los recursos materiales, merced a la vorágine del homo sapiens, secaron sus prístinas fuentes. 

Acaeció pues, a partir del atávico egoísmo de la gente rica y poderosa que jamás comprendió que en realidad no hay vida sino seres vivos, dado que, en definitiva, nada se crea ni se destruye, sino que la temperatura, productora de una variabilidad, transforma la energía provocando una cambiante entropía en los sistemas vitales de los seres vivos.

El poderoso y salvaje Sistema Capitalista existente no fue capaz, pese a estar informado, de modular la agresividad de las sociedades bancarias, aseguradoras, energéticas y demás negocios privados por cooperativas y compañías éticas, negándose a cambiar su objetivo principal de ganar dinero a costa de lo que fuera por el del bien común de la gente, que era primordial. Ello colapsó el Sistema convirtiendo el Planeta Azul en un auténtico desastre, agotadas sus materias primas y los alimentos imprescindibles para la supervivencia. Y el mundo dejó de funcionar.

De haber cambiado el beneficio individual por el general y acortado las abismales diferencias económicas, sociales y políticas entre las personas, la cooperación y la confianza de la especie humana se hubieran ampliado hasta conseguir un amor mutuo, comprensivo de un sentimiento más superior, jamás experimentado. Pero no fue así. Y la dura avaricia de unos pocos ricos y poderosos rompió el saco destruyendo la vida conocida, sin pena ni gloria, cayendo en manos de terceros: organismos inteligentes e híbridos, contra los que el hombre nada pudo hacer.

De nada sirven los deseos.  Los humanos, sometidos al destino de la muerte, pronto agotarán su ciclo de vida, sean acaudalados, poderosos y dirigentes políticos: un trío inseparable que encaja a la perfección con el dinero efectivo para chantajes, sobornos y corrupciones.

La Naturaleza a través de la entropía tiende al equilibrio y continuará su camino sin saber nada de los masoquistas seres humanos que la destrozaron. A éstos, se les extinguirá la memoria de sus grandes éxitos y fracasos, las enormes diferencias entre ellos, los funestos resultados que llevaron a la humanidad a desaparecer.

Hoy y ahora, todavía estamos a tiempo de orientar el camino hacia el amor, el supremo hacedor de la vida perfecta, aunque para conseguirlo habrá que transitar antes por los caminos del bien común que satisfagan a todas las personas ocupadas, conforme a sus aptitudes, en el bienestar general de la humanidad. Se tardará, sí; pero habrá merecido la pena, sin duda.

A menudo, me hago preguntas como las que siguen: ¿Es mejor dar que recibir? ¿Somos los seres humanos el término de la evolución?

Pese a cuanto antecede, no consigo hallar una respuesta definitiva y acepto ser lo que soy. Entre otras cosas porque no me queda más remedio; si bien, mi propósito consiste en ser mejor persona para que, en tal sentido, se orienten los cambios a realizar en mí mismo y en el Sistema Capitalista salvaje del que tanta tinta hemos vertido últimamente en el presente blog.

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