En estos momentos de impotencia y
rabia, que en el corazón de sus gentes España siente latir, no son los mejores para
que el pueblo tome decisiones de las que mañana se pueda lamentar. No ha de
olvidar, sin embargo, su vergüenza. Unas circunstancias desconocidas, pero
previsibles, dadas la complacencia con que España, desde hace tiempo, viene
siendo un lupanar de lujo, con proxenetas cobrando. ¿Quién no exigirá pagar los delitos de robo como los de sangre? ¡Qué la pasta, cuanto menos, la
devuelvan! Pero no. Tiempo habrá para que las aguas se calmen. Ya algunos listillos
se han llevado su tajada y el Gran Patrón, continuando con su avidez
y anonimato, encontrará cuadrillas con serviles políticos que les cuadre. No
es de ahora cuando clamo por la conveniencia substancial de acometer cambios
profundos en el Sistema social, político y económico de España; un Sistema tildado de “cueva de ladrones”, “mediocre”,
“corrupto”, “consentidor de estafadores”, “deporte nacional de golfos” e
infinidad de cosas más y ninguna bonita. ¿No
sería conveniente intentar cambiarlo? Alguien me apunta que proponer es
fácil y llevarlo a efecto lo complicado. No obstante, quien haya leído el
presente blog desde sus inicios, habrá observado que con las soluciones puestas de manifiesto, se
han citado las formas de hacerlo. En algunas de ellas, la innovación es
necesaria; en muchos casos, comenzar de nuevo es lo apropiado, sin necesidad de
hacer borrón y cuenta nueva, sino teniendo presente lo acontecido para evitarlo
¡El pueblo ha de saberlo!
Por ejemplo[1].
Uno. Los políticos no regenerarán nunca
la vida política si no se anulan de un plumazo los beneficios que se han dado, aumentados en grado extremo a
la media de la ciudadanía. No es de recibo que se haya auto-atribuido unas
prebendas, unos privilegios, unos derechos desproporcionados y amorales con
respecto a la conducta que la gente espera de ellos. Por tanto, están y han de
estar descalificados para legislar en asuntos que les afecte. Ya va siendo hora que se realice una
Legislación laboral única flexible, para que lo público y lo privado sea
estable, determinándose las diferencias de ingresos y de rentas. Dos. La economía actual nos lleva
inexorablemente a la desaparición del hombre como persona, implantando
individuos fantasmas a las sombras de las empresas y prójimos en guetos de
pobreza abrazando la miseria y excluidos de los enormes beneficios que la
Naturaleza-Vida nos depara. Tres. La
democracia no existirá mientras el Sistema de elecciones continúe limitando al ciudadano
a participar, únicamente, con su voto cuando se le requiera, sin que cualquiera pueda auparse a
liderar un proyecto o para eso sea necesario de un partido político, un poder hegemónico, un magnate, un
padrino o un rico heredero. El hombre ha
de ser el principal protagonista, eslabón de una cadena, y su existencia se ha regir por la premisa de
que aquí estamos de paso, para entregar lo recibido. Una lista de
candidatos de un partido político, que a nadie representa, salvo a ellos
mismos, no es sino el propio partido que los ha designado y no
personas-aspirantes. Cuatro. Las
administraciones del Estado han de ser ordenadas y regularizadas ampliamente; con
seguridad, su adelgazamiento se hace imprescindible. Todas, formando parte
del Estado, han de contribuir al progreso del mismo, con su propio
engrandecimiento. Los poderes facticos siempre estarán presentes. Y como
resulta democráticamente imposible anularlos, el anonimato en el que se encierran infinidad de cuestiones de relevancia, deberán despejarse avanzando hacía el conocimiento de que la
identidad y la soberanía de hombres y
pueblos, no son sino la educación que procura nuestra convivencia. La política
es respetable como lo es la libertad, si se hace con H.T.R.
[1] Véase:
La Teoría de los Números primos, la Teoría del Cuadránculo, el Apagón
económico, la Transición personal y el Pleno empleo, los cinco grupos de
medidas desarrolladas en el presente blog el 29/01/2012
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