No hay que desesperar: este es el mensaje. Siempre merecerá la pena
un pequeño esfuerzo adicional por lograr lo que uno considera beneficioso para sí
y para los demás.
Es la tenacidad la que debemos
mantener a toda costa. No hay cosa peor
que abandonar. Y menos aún sabiendo, que la razón está de parte de quien emplea
la moderación y atiende los puntos de vista de las partes que configuran la
mayoría de la sociedad. Comprendo que tirar la toalla lleva a la inanición, al
descanso, a eludir preocupaciones, pero eso es precisamente lo que desean quienes
están interesados en que la gente de a pié no nos pongamos de acuerdo.
A veces, resulta insufrible machacar
en hierro frio, predicar en la soledad del desierto o insistir ante oídos
sordos. Pero no es menos cierto, que una de las dos tendencias políticas más
numerosa de España trata de imponerse sobre la otra, sin más argumentos que
considerarse poseída de la verdad, cuando (que se sepa) ésta no es absoluta. Ninguna parte quiere ceder. Ni siquiera
abrir los ojos ante opiniones distintas a las que mantiene como propias o
exclusivas, aunque conscientemente sepa, que
ni todo es blanco, ni todo es negro.
Algunos seguidores de mis
comentarios en este blog aducen, que la causa principal de la pasividad en la
gente es asumir su ignorancia sin inquietarse. Manifiestan que, inexplicable,
aún en nuestros tiempos, creen en curanderos, santones, charlatanes asistiendo
a sesiones de esoterismo o dando crédito
a la tele, a la publicidad o a los políticos, que les hablan de lo que desean
oír, sin reparar en las trolas que meten,
sin cuestionar un ápice lo que escuchan. La cultura es muy importante, pero
no definitivo. Otros me indican, que aplicar
algunas de las fórmulas que vengo proponiendo en el P.C.O. (Proyecto de Ciudades
Ocupacionales) es un paso utópico o inalcanzable: “El paso más grande –dijo
uno- es para muchos, el creer que somos capaces de instaurarlo”. No obstante, (pienso
yo) que para superar ciertas carencias bastaría con recapacitar un poco lo que
se escucha. Por ejemplo: “Te ayudamos a
controlar tu dinero”. “Confía en España
dándonos tu voto”. “Te rebajaremos
los impuestos” o, “Dios ha dispuesto
el cielo para ti”, ¿no sería motivo
de analizar mínimamente tales frases?
En 5 Fórmulas para el bienestar de España (un libro que se regala
comprando la novela ESCAPE) se establecen medidas concretas y la forma de
llevarlas a cabo. Es un hecho, que
podemos, que todo se puede llevar a cabo, que muros más sólidos han caído.
¡Hay que seguir insistiendo! El tiempo no se impacienta. El germen prenderá en
el momento oportuno.
No se trata de clases o profesiones sociales es cuestión de personas.
La cabra cambia de pelo, pero no cambia
de leche. La honradez no se corresponde con tener unas ideas u otras.
¿Quién no conoce, entre sus amigos o familiares, personas queridas con
distintas tendencias? La codicia, la
envidia o la corrupción se pueden superar. Habrá que poner los medios
necesarios para erradicarlas. ¿Cuáles
son los medios que tú instaurarías en cada caso? Cada uno de nosotros entendemos
de materias diversas. ¿Por qué no
aportar algo que resulte positivo para el bienestar de las personas en España
que, en definitiva, será para el desarrollo y beneficio de la humanidad? Algo,
sin duda, podrás aportar. Probablemente para eso, también, habrás nacido. A
ciencia cierta, tendrás algún remedio que puedas compartir: siempre existe una
receta favorable para una dolencia y ninguna idea, por simple que parezca, es
fútil. Al contrario, es admirable y ha de considerarse.
Espero pues vuestros pensamientos
y todos ganaremos. Mi más sincero reconocimiento.
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