“Sin comida no hay paz”.
El dinero produce dinero y este
se convierte en capital, cuya raíz latina, caput, significa cabeza, que
es lo que mantienen las empresas para dominar y explotar a la naturaleza y a la
gente. Carecen de cerebro, pero pueden apropiarse de la riqueza colectiva de la
gente, dado que su finalidad es ganar dinero basándose en subir el precio de
sus productos y servicios y/o en rebajar sus costes de salarios y materias
primas principalmente.
La teoría capitalista es un
axioma del egoísmo, de naturaleza humana, al que hay que combatir. Así se hizo
para protegerse de los derechos de los esclavos liberados en EE. UU.; una idea
por la cual las corporaciones, empresas, sociedades y compañías pasaron a
denominarse “personas jurídicas” como si pudieran votar al igual que las
personas físicas, aunque, como se sabe, influyen decisivamente en las
elecciones políticas con todo tipo con financiación, subterfugios y capacidad
de bloquear leyes democráticamente instituidas.
El capital busca nuevas colonias
que invadir y explotar para ir acumulando riqueza, que llama progreso. Destruye
la Naturaleza (transformadora de la humanidad), disfrazando todo de misiones
científicas y, junto a las religiones, niega a la Madre Tierra sus derechos. La
agricultura natural es como el parto natural de una mujer. Ambos implican:
salud, creatividad, sensibilidad, conocimiento, asociación, participación,
construcción, regeneración, diversidad… En la agricultura industrial solo
cuenta lo que da su explotación. Nada comparable a la ecológica que devuelve al
suelo su regeneración manteniendo su fertilidad: humus de lombriz, retención de
aguas, organismos vivos, biodiversidad, polinizadores, control de pestes…
Las semillas milagro
hibridas no son económicas salvo para quien las tiene patentadas, (empresas
particulares y no gobiernos precisamente), ya que los agricultores tienen que
comprarlas todos los años al no poder guardar ni plantar las que siempre
cultivaron. Es una forma simple de poder dejar al mundo sin alimentos en un
momento dado, o cuando lo deseen los propietarios de las simientes.
¿Sabemos lo que comemos? ¿Tenemos
forma de, por sí mismos, alimentarnos?
Habrá que transitar del ánimo de
lucro individual al espíritu del bienestar general o del bien común y, por
descontado, sin abandonar jamás la segunda opción que es una oportunidad en
defensa nuestra y de los de más seres vivos.
Preguntémonos si en algo, o en
parte, se pueden revertir las Revoluciones Verdes y la Globalidad alimenticia
sufridas. Si, es posible, teniendo en cuenta que:
a)
Los países han de destinar de su presupuesto
ayudas a los pobres para que tengan acceso a la comida y funcionarios que se
ocupen de estos.
b)
Producir en cada país los alimentos básicos para
cubrir las necesidades de sus habitantes conforme a las idoneidades de sus
lugares.
c)
Regular los precios de los mercados si es
menester y razonablemente para agricultores y consumidores, fomentando la venta
directa.
d)
Controlar precios de importación y exportación
que denuncien y castiguen los abusos de donde procedan.
e)
Crear almacenes locales, producciones
nacionales, importar/exportar para conseguir evitar los posibles
desabastecimientos de semillas y alimentos.
f)
Perfeccionar los medios mecánicos y técnicos que
no perjudiquen al medio ambiente, al suelo, … y beneficien a agricultores y
ganaderos.
g)
Suprimir la industria alimentaria causante de
los alimentos químicos y los procesos agrícolas contaminantes del aumento
climático.
h)
Establecer los cauces necesarios para que todas
las partes interesadas en el sector puedan ponerse de acuerdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario