domingo, 17 de agosto de 2025

SOCIALISMO


Un conservador radical, amigo mío, sabiendo que abrazo teorías distintas a las suyas, cuando Trump ganó su segunda presidencia, quiso impresionarme enviándome un WhastsApp de Tik Tok donde se le preguntaba a un venezolano qué era el socialismo para él. Su respuesta afirmaba que socialismo era un sistema disfuncional, difícilmente realizable en un mundo consumista como el que conocemos (supongo que se referiría al de España, pues ambos hablaban un perfecto español) para añadir que, aquellos que se consideren socialistas viajen, se documenten y reflexionen de lo que ocurre en los países socialistas cobrando el salario mínimo, tratando de obtener papeles y nacionalizarse. (Visualizó, me imagino, su país: Venezuela). Deduje, por las imágenes del video, que era el barrio de Salamanca en Madrid, una de las zonas más caras de la capital, donde el entrevistado, culto y elegante, debía de residir. Tenía razón. Ningún pobre en ningún sitio puede vivir; sea en Venezuela, EE. UU. o en España, donde millones de ellos pasan hambre.

No hay mayor desgracia que la de ser pobre.

Me limité a contestar a mi amigo escuetamente lo siguiente: Muy buen mensaje. Me gusta. Tiene razón el consultado. Y, a propósito de lo que responde, te haré un símil. Hay quienes dicen ser cristianos y no siguen la vida que Jesús propuso. Para lograr un verdadero socialismo es necesario que no existan las abismales diferencias económicas; que toda su población tenga la misma igualdad de oportunidades; que la miseria y la pobreza se erradiquen; que la libertad sea absoluta y se ejerza con responsabilidad y respeto; que el poderoso no humille ni abuse de su estatus social; que todos acatemos la ley y se utilice la palabra para revocarla si es preciso; que su consigna sea el bien común  y no el particular; que nadie se tome la justicia por su mano; que se combatan las injusticias protegiendo a los más vulnerables y menores, sean de cualquier lugar y condición; que se antepongan los intereses públicos a los privados; que se respete y no se minusvalore a los demás pues todos somos hijos de la madre Tierra;…

De inmediato, como yo hice, mi amigo me contestó: “Acabas de describir porque el socialismo nunca podrá ser posible en el mundo. Solo lo será por imposición como pasa en las dictaduras, que tampoco es posible”. No hubo respuesta por mi parte que ahora, abiertamente, se la doy: “Efectivamente, es imposible ser Jesucristo, pero vamos a intentar imitarle al menos”.

El sistema capitalista desbocado actual colapsará de continuar con tal agresividad.  (Puedes leerlo en este blog). La fórmula para que no suceda será modulando las herencias y los beneficios, hasta que los impuestos nos equiparen. Las primeras, limitándolas al valor de dos millones de euros para cada heredero legítimo, salvo las acciones que permanecerán en favor de la propia empresa y sus beneficios repartidos en partes iguales entre el capital y el trabajo. Lo que supere dicho importe será para la Sociedad de todos como tributo. ¿Alguien puede aportar algo más? Hablando se entiende la gente.

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