PAZ Y FELICIDAD EN 2016 PARA TODOS LOS HOMBRES HONRADOS
Con el deseo de que los pobres,
que somos más en La Tierra, no seamos idiotas y que de ellos no se aprovechen los
listos, comienza el año y mi mayor aspiración.
Mi primer anhelo será para que seamos conscientes de que hemos de
educarnos, cultivarnos y estar informados, cueste lo que cueste. Que no hagamos
el primo lamiendo el culo a los ricos.
¿Qué algún pobre quiere hacerlo? Allá
él, pero no hay hambre en el mundo que lo merezca.
Ansío, en segundo lugar, mandar al carajo a las Monarquías, a las
Iglesias, a los poderes y a cuantos no dejan de reírse de la pobreza desde su
posición más absolutista. Gracias a ella hacen sus campañas de caridad
falsa que nadie merece, porque para nada sería necesaria si los bienes y dones
existentes estuvieran medianamente repartidos entre todos los hombres.
Cabe destacar, en este comienzo
de año, que suspiro por mantear y de palos llenar a los chorizos que se lo llevan crudo; a los políticos, empresarios,
famosos y demás getas que estorbando, ni dimiten ni se van a sus casas. A la
gente de arriba que hacen daño: ignorantes, vanidosos, capullos que no saben
que la pobreza ni se pega ni se transmite como una enfermedad, pero que en
ellos puede aparecer de improviso como surge una catástrofe
Avisemos por último a los de
arriba que son crueles y hacen daño, que comprendan que parte de mis ambiciones
pueden hacerse realidad, si algunos de los partidos nuevos en España se unen
para poner en marcha dignamente sólo algunas de sus anunciadas políticas: poner la economía al servicio de los
hombres, remediar a los pobres lo imprescindible, evitar las prebendas y
privilegios de unos pocos, cortar radicalmente los lazos con que se unen los
poderes que nos sustentan, aligerar de gastos superfluo y tantos chocolates del loro, dejando atrás lo que les separa.
Les puede ayudar la lectura del
compendio 5 Fórmulas para el bienestar
de España.
“Los seres humanos somos víctimas de una
asimetría en la percepción de los sucesos aleatorios. Atribuimos nuestros
éxitos a nuestras destrezas y nuestros fracasos a sucesos externos que no
controlamos, concretamente a la aleatoriedad. Nos sentimos responsables de todo
lo bueno, pero no de lo malo”.
Para esto último que, a toro
pasado, siempre tenemos justificación, un llamamiento final a los diputados
recientemente elegidos: no dejad pasar la
ocasión política que brinda el momento actual para otra coyuntura, las
circunstancias son propicias si se olvidan egoísmos personales u objetivos
imposibles.
Nada existe que los hombres no puedan
conseguir, sólo depende de las personas honradas. Juntos se creará una tierra
diferente, aislando a mandatarios, obispos, empresarios y demás gentuza
corrupta, desgraciados y miserables ladrones que merecen cárceles de terrones
de barro ni no de azúcar como ahora para ellos se construyen.
Un buen 2016.
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