“Hoy en día se sabe que no hay
grandes diferencias entre el control de un apéndice y la expresión de una
emoción. Las enfermedades neurológicas y las psiquiátricas no tienen por qué
catalogarse en compartimentos distintos porque no hay dos compartimentos
distintos, solo hay uno, en el que están el cerebro) y todas las propiedades
que de ellos se derivan (la mente y sus efectos). Todo está en nuestro genoma.
Todas las enfermedades sin excepción son biológicas y, en los circuitos cerebrales
que controlan la mente, está la solución”.
El miedo es el enemigo del
conocimiento porque este aniquila a aquel.
“La memoria y la personalidad
inseparables nos hacen únicos. Somos lo que somos gracias a lo que hemos
aprendido y a lo que recordamos. La destrucción de éstas borra nuestra propia
identidad, nuestra propia alma. La memoria, además de almacenar datos, implica
numerosos procedimientos que ejercen las neuronas y sus sinapsis. Adquirir
nuevos conocimientos, utilizarlos y almacenarlos se efectúa mediante la
percepción, la recuperación y el almacenamiento a corto o largo plazo
involucrando a la memoria. Una memoria (implícita, emocional, declarativa,
prospectiva, consciente, motora, inconsciente o automática, semántica o
mnemotécnica, asociativa, social, episódica) no es sino el resultado de
engramas o neuronas interconectadas mediante sinapsis”.
“El alma proviene de cada
neurona, de cada conexión sináptica, de cada circuito, de cada región anatómica
que compone nuestro cerebro y cuyo funcionamiento, como un todo
interrelacionado, permite que seamos quienes somos; por tanto, tratar de
comprender nuestras acciones, lo que llamamos conducta, recuerdos,
pensamientos, emociones sin atender a que somos procesos biológicos, es
una tarea sin sentido. Tenemos ciertos conocimientos, pero aun desconocemos
muchas cosas, por ejemplo: ¿Qué sustenta la autoconsciencia? ¿Qué circuitos
intervienen en ella? ¿Por qué solo está presente en algunas especies? ¿Cómo
se cambian los estados de ánimo? ¿Por qué unos recuerdos persisten más que
otros? ¿Por qué unos tienen más memoria que otros? ¿Dónde residen las capacidades
en las personas? ¿Cómo desvelar los pensamientos de los demás? ¿Cómo mover
con la mente los objetos? ¿De qué forma se puede adivinar el futuro? Para todo
ello sería necesario conocer todas y cada una de las conexiones neuronales y
cuándo y cómo se activan y cambian.
Nuestros pensamientos son el verdadero reducto de nuestra privacidad.
Internet lo intenta cuando uno muestra un deseo, pregunta o se interesa por
algo. ¿Puede saber tu ideología? Ya hay tanta publicidad, encuestas, noticias
que motivan emociones de dolor, placer, miedo… que influyen directamente en
nuestro comportamiento; es decir, el cerebro se modula por la educación, por
la actividad que realicemos, por los medios y recursos en los que nos movemos”.
Y si. El miedo nos atrapa sabiendo nuestro destino: riámonos e ironicémosle desenmascarándolo.