miércoles, 8 de septiembre de 2021

HACER LO CONVENIENTE

 

Cada uno de nosotros, seres libres e inteligentes, formamos parte de una humanidad cuya razón de ser consiste en conservarnos y crecer aun siendo aisladamente distintos los unos de los otros. De tal suerte, que existen tantos caracteres como personas habitamos sobre la Tierra. La homogeneidad es una entelequia como lo será el conservadurismo, la no superación o, por mejor expresarlo, la inmovilidad por principio. Todo se mueve, todo cambia, la vida no es una reliquia, una estatua, una moneda, un deseo o una intención. Es un ente material e inmaterial con particularidades generales y privadas, pero únicas al fin y al cabo. Ponerse de acuerdo entre nosotros, por tanto, no resultará fácil precisamente, aunque se diga o se piense lo que se quiera. Esto es inevitable, en especial, para proteger y salvaguardar la especie.

Reducido el plano, podemos observar que las dudas en nosotros mismos es una constante. Muchas veces nos resulta difícil tomar una decisión propia, incluso aunque solo a nosotros nos concierna por lo que, a medida que ampliemos el espectro más dificultades encontraremos. Sin embargo, es un hecho que unos se dejen llevar por la inercia y otros la superen con su proceder: ir al mismo compás solo las máquinas pueden hacerlo.

Quiero dejar constancia que todos somos prescindibles. Nadie es ni ha de sentirse superior a nadie. Todos y cada uno de nosotros tenemos un cometido que hacer. Lo importante, aunque imposible, es realizar lo que convenga y por quien mejor esté facultado. Esa es una prueba a la que el azar nos somete y que habrá que intentar encontrar para superarnos.

Nos entrenamos corporalmente para tener más musculatura, más flexibles los tendones, con menos colesterol los conductos sanguíneos, más amplitud pulmonar, ser más esbeltos, agiles o guapos; sin embargo, le prestamos menos atención a nuestro espíritu que es tanto o más importante que el cuerpo. En muchos casos, solo o exclusivamente nos ejercitamos en la educación que el Estado nos exige, que es bien poca comparado con cuantos adiestramientos son necesarios para fortalecer el control de nuestros deseos; la voluntad para no ser víctima de ninguna dependencia; el libre albedrio de distinguir el mal del bien para decidirse; la armonización, el respeto, la tolerancia, la comprensión, la urbanidad… Para instruir ambas partes, es necesario comenzar poco a poco hasta convertir su ejercitación en un hábito necesario como el comer o el beber, hasta que su práctica llegue a ser tan vital como respirar o defecar y, entonces, la suerte o el azar apenas si tendrán cabida en nuestras vidas, si bien serán aburridas privándonos de asombros, ya que todo dependerá de nuestro propio control.

Actualmente en la sociedad española vuelan problemas importantes, entre otros, en orden a la independencia de Cataluña, a la inmunidad del Rey, a la renovación del poder judicial… Todos dependen de la Soberanía del Pueblo que reside en el Congreso de los Diputados. Un Congreso en el que ponerse de acuerdo en pleno, es prácticamente imposible, por lo que los actores principales de los mismos, tendrían que salir a la palestra y anunciar voluntariamente que:

a)      El Gobierno de Cataluña somete la independencia de su territorio a la decisión de todos los españoles.

b)      La continuidad del Rey dependa del refrendo popular que se convoque al efecto.

c)       Los componentes Magistrados de los Órganos dimiten en pleno a fin de su renovación.

Avancemos sabiendo que el futuro se encamina hacia la armonía, la tolerancia y el acuerdo en los principios esenciales que han de regir nuestra continuidad, nuestros espíritus y cuerpos.