“La mayoría sufrieron abusos de niños y su parte
protectora sintió entonces que quien tenía el poder era el abusador y, para
evitar el dolor de ser abusado de nuevo, ese niño se convirtió en un yo adulto
que quería ese poder, y así interiorizó el impulso de abusar del débil y lo
unió al impulso sexual. Por eso, muchos pederastas se odian a sí mismos y
tienen impulsos suicidas.” ¿Cómo curar a un pederasta? Richard Schwarts,
profesor de Psiquiatría en Harvard.
Todo en la vida tiene explicación.
Una explicación limitada por la cultura y la emoción. La primera (conjunto de
conocimientos, manifestaciones y modos de vida humana) nos permite desarrollar,
expresar y poner en marcha obras, juicios críticos y costumbres). La segunda
(impresiones, efectos y tendencias del ánimo) nos fue marcada por la religión y
enseñanzas de la infancia, hoy influenciadas por otros aprendizajes y hábitos.
Actualmente el clero de la Iglesia católica en España tiene a sus
espaldas casi medio millón de víctimas por abusos sexuales de pederastia; un
delito atroz que la institución cristiana calla, tapa y huele que apesta.
¡Y ya está bien! Ya está bien de
violar a nuestros críos.
¡Ninguno
de sus eclesiásticos ni feligreses ha levantado su voz para denunciarlo!
¿Qué
escándalo no se hubiera producido de haberse perpetrado por componentes de otra
asociación cualesquiera? Se pondría el grito en el cielo y no se ocultaría. Se
pediría justicia y, cuando menos, pasaría por la expulsión de quien hubiera cometido
tales hechos. Sin embargo, a los que tanto hablan del Cielo, ni se les oye,
porque ni temen ni creen en Él. Son los mismos hombres de siempre que nos dan
lecciones de moralidad y la incumplen; los únicos que no están capacitados para
dárnoslas. ¿Dónde están las penas, los castigos, las cárceles para ellos? La Iglesia,
a la que representan, no sabe de perdones para las inocentes criaturas a las
que sus componentes inmolaron, pero si lo hacen silenciando los actos
criminales cometidos, merecedores de toda repulsa e incomprensión.
“¡Dios os los pague!”. –Dicen sus miembros-. Siempre fue así:
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Prefieren un Dios mudo, que no dice nada, y se arrogan su representación interpretando
sus designios y deseos. Un Dios, que de existir, los fulminaría a la primera.
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Renuncian al Mundo, Demonio y Carne, para no pecar; pero no ceden ante los
niños que gimen y no comprometen.
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No se interesan por el amor al prójimo y sí, por el idílico a Dios nuestro
Señor.
-
Son parte y se benefician de un negocio exento de impuestos, cuya mercancía ni merma
ni se pasa de moda, engañando con el artículo de la fe a todo cristiano. Inventaron
la Guerra Santa y la Santa Inquisición; el Santo Pontífice y las Órdenes Guerreras;
la Madre Virgen y los Santos Mártires; las brujas y hugonotes; los milagros y pecados;
el Limbo, Purgatorio, Cielo e Infierno; los Autos de Fe, las hogueras, los ritos
y venenos.
-
Su poder omnímodo continúa en España: Adoctrinando en sus escuelas; imponiendo
fiestas y festejos; mojando con un hisopo de agua las cajas de muertos; mintiendo
con promesas, premios y castigos; siendo amigos de ricos y poderosos; inscribiéndose
gratis los mejores edificios y sus reformas, pagados con los esfuerzos e
impuestos del pueblo; permaneciendo unidos y bien organizados en sus tribunas aplicando
sus criterios; ostentando en procesiones estampas e imágenes de Cristos, Vírgenes
y Santos para cautivar, adueñarse de la Ceca y la Meca, mientras hay gente pasando
hambre
Olvidemos
odios a infieles, moros y judíos. Ya no necesitamos de reyes ni vasallos, ni de
morir siendo achicharrados. Ya no se apedrea a las adulteras, ni los cornudos
tienen derecho alguno para apalearlas. Desprendámonos de toros y fuegos
artificiales, de curas y miedos, de tanta hipocresía. ¡Ya va siendo hora de que
se ajusten o se aclaren cuentas!