jueves, 23 de diciembre de 2021

UNA ÚLTIMA RECOMENDACIÓN LABORAL

 

Las medidas propugnadas hasta ahora en la reforma laboral, dadas a conocer en el presente blog, consideramos que benefician a las empresas y trabajadores, al Estado o la Sociedad y a los diversos Sindicatos.

Las empresas tendrán las cuestiones que desde siempre han reivindicado: Despido libre, contrato único y menor intervencionismo. Una vez clarificados los costes laborales de producción,  despido, salario mínimo y otros establecidos de antemano por el Estado en colaboración con los sindicatos. (Véase, no obstante, en este mismo blog, la Teoría de los Números Primos, al respecto)

Los trabajadores se aseguran un trabajo estable, cobrando un salario digno para cubrir sus necesidades básicas (comida, cobijo…) y las perspectivas de obtener una pensión con arreglo a sus cotizaciones, olvidándose de la precariedad e ingresos mínimos vitales que desaparecerán al no ser necesarios. (Tratamiento aparte merece la inmigración).

El Estado recaudará más. La hucha de la seguridad social aumentará, dado que serán más las personas que coticen y las pensiones se verán revitalizadas. Se evitarán los fraudes de empresas y de trabajadores, ya que no podrán pagar en negro, ni trabajar sin ser dado de alta en la seguridad social. La Sociedad se verá libre de ayudar a parados que no existen, salvo que haya personas que prefieran ser mendicantes.

Los Sindicatos limitaran sus funciones aunque se potencien otras como las de asesoramiento a empresas, a trabajadores y la Administración con relación a la problemática laboral que se origine (salario mínimo, despidos, convenios, derechos y obligaciones) y aquellas otras que representen un detrimento para el mercado cuando el mercado está dominado por acuerdos u oligarquías empresariales.

Todo cuanto hemos escrito en este blog respecto a los temas laborales los consideramos de importancia vital, posibles de establecer, dadas las tecnologías administrativas actuales, y considerablemente beneficiosos. No obstante, hoy mismo, las noticias nos informan que se ha llegado a un acuerdo interesante en este sentido entre las partes y nos alegramos de ello. Por tanto, no avanzaremos en más cuestiones al respecto, ni siquiera las económicas, excepto en la imprescindible necesidad de que se acometa una vigilancia a los mercados regidos por intereses particulares, a las empresas esenciales para los ciudadanos (salud, enseñanza, alimentación, vivienda, energía), a los grupos de poder con capacidades por encima de gobiernos y el encarecimiento de sus servicios y productos sin razones lógicas que los avalen.

 

martes, 14 de diciembre de 2021

ENTIDADES OCUPACIONALES

En entradas anteriores de este blog hemos desarrollado aspectos a reformar en el mundo del trabajo con la idea puesta en acabar con el desempleo, la miseria, el desamparo de la gente. Capítulo aparte merece la emigración forzosa imprescindible de regular en infinidad de casos (como un sinfín de cosas más) para un mejor desarrollo de determinados países en aras a un mundo más rico e igualitario.

Un mundo de todos en el que hay que ser intolerantes con la ignorancia y la pobreza, pero comprensivos con la incultura y la riqueza. Pobres de aquellos que no pueden ir a la escuela o son indigentes sin saber la capacidad de aprendizaje que atesoran en su interior, sin posibilidades de emerger o ganarse la vida. Debemos aprender a escuchar a la gente mayor, sus adagios, refranes, historias, porque en ellos se halla la experiencia y sabiduría colectiva.

Hoy, nos adentraremos en la ocupación para todos, constatando que para constituir, desarrollar y mantener una Empresa, creadora de empleo y riqueza, son precisos  el Capital y la Mano de obra (inversión, socios, accionistas y trabajadores, cooperativistas, colaboradores) y, en su caso, una Idea inicial (proyecto) y una normativa (legislación) que la lleven a cabo, así como un Ejecutivo que la dirija (equipos directivos, consejo de administración). Motivo de estudio será cómo repartir los beneficios.

Los fines del capital residen en el ánimo de lucro y reparto de beneficios a sus participes o accionistas. Las cooperativas se basan en mantener el empleo de sus socios. El Estado en procurar el bienestar de sus ciudadanos. Ninguno, sin embargo, con la capacidad de eliminar la precariedad de la gente. Aspecto este del que venimos hablando y que ha de realizar el Estado creando las “Entidades Ocupaciones” sin que ello suponga un detrimento a la Sociedad, si no al revés, dado que, además de la eliminación del paro  (esa lacra generadora de angustias, desánimos, indigencias generadoras del mayor índice de mortandad en España como es el suicidio), tenderá a la obtención de beneficios.

La idea gravita en que el espíritu de tales entes, donde toda persona sin empleo sea ocupada, ha de conseguir, al menos, los costos que originan. Serán empleados principalmente en la actividad que sepan o dominen y en los lugares donde residan. De no poder cumplirse, estarán obligados a aceptar el empleo que surja, si bien, de carecer de hospedaje digno, el patrón deberá proporcionárselo. Considérese que quien no tiene un lugar donde vivir, es un ser desprotegido, indefenso, precario. Facilitárselo es ineludible. Obtenerlo es fácil de estar ocupado: cobrando parte mediante pagos en especie, avalando su compra o alquiler, exigiendo alojamientos a los pagadores…

Para esta nueva actividad empresarial del Estado, sobre todo inicialmente, se necesitará de más recursos por lo que tanto las personas físicas como las jurídicas deberán implicarse. La sociedad adolece de gente que se ocupe de las personas mayores e incapacitadas, de visitar a enfermos y animar con actuaciones a la apatía que nos embarga. De sustituir a empleados de otras empresas, de socorrer en catástrofes, de mano de obra en las diferentes cosechas del campo. De aunarse para crear nuevas empresas,  aprender un oficio, obtener una preparación, dar clases a los demás, hacer chapuzas, recados y ocuparse de lo que sea menester. Eso y más, es lo que hará, acabando con el pago a los parados (no existirán), el ingreso mínimo vital, las subvenciones de caridad, las peonadas y otras retribuciones estatales difíciles de justificar, dado que la ocupación dignifica y con ella toda persona ha de vivir dignamente. 

jueves, 2 de diciembre de 2021

HAY QUE OCUPAR A LA GENTE SIN TRABAJO

Con la ocupación para todos, de la que escribimos, (véase entradas anteriores de este blog) el Estado, o quien designe, se convertirá en Empresa de trabajo o Agencia de colocación para que nadie se quedé sin empleo, diga adiós al desamparo y pueda vivir dignamente.

Si a nuestro hijo no le faltara trabajo para con él poder comer, nos sentiríamos más aliviados al no tener que preocuparnos de su porvenir, excepto ante un infortunio e imponderable que le pudiera surgir ajeno al trabajo, dado que nunca sería un indigente al no existir el paro. Tampoco necesitaría enchufe alguno para poder obtener un empleo con el que vivir. Después, su esfuerzo haría posible su desarrollo y escalar hasta donde se propusiera. La educación como padre se podría limitar a que fuera buena persona, honrado y cabal.

Si los costos (entre los que se halla el gasto laboral) y amortizaciones de las empresas fueran mayores que sus beneficios, estas abandonarían su actividad. El autónomo haría lo propio. El accionista no invertiría. El empleo no se daría. Premisas para entender que el interés por las ganancias es común, su obtención mutua y difícilmente conseguible sin la cooperación de unos y otros. Todos nos necesitamos.

El Estado debe ser árbitro imparcial, proteger y mantener un justo equilibrio. No obstante, a las personas jurídicas no se las puede, por la razón que sea, obligar a mantener empleado a nadie, pero sí a pagar el salario y el correspondiente devengo estipulado por despido. Deberá, pues, permitirse el despido libre. Entonces, a las personas físicas sin empleo (dispuestas y no impedidas) las ocupará en tareas propias de las administraciones, en darles formación, en las  campañas que surjan o  en aquellas que, aun en competencia con las ya establecidas, puedan crearse (cooperativas, sociedades, entes) olvidando el ánimo de lucro por los imprescindibles beneficios sociales que aporta la ocupación previsto en el justo equilibrio del que hablamos.

Bastará un solo contrato laboral en la seguridad de que la ocupación estará garantizada sin que ello suponga perdidas de derechos adquiridos del trabajador (antigüedad y otros) además del salario que le permita su sustento y cobijo, más una reserva para su pensión y la garantía para adquirir una vivienda.

Los convenios se encargarán de regular los importe mínimos del precio de la hora trabajada, el seguro médico, el plan de pensiones, el salario extra, la incentivación empresarial, los convenios, el aprendizaje, la conciliación familiar, las bajas y accidentes laborales, los salarios, los despidos y las rentas en general, vistos en este blog con la Teoría de los Números Primos, el reparto de beneficios, los impuestos, el tiempo libre, las formas de pagos, jornada, horarios, turnos, funciones y demás condiciones  que serán resueltas de  conformidad entre las partes, nunca perores a las del resto del sector.… La mediación de la Administración será en último extremo inapelable. Podrá, según las circunstancias, anular temporalmente los beneficios de huelga o despido libre de las partes e, incluso,  expropiar recursos para ser aprovechados, en su caso, considerando que el interés común prevalecerá sobre el privado.

El despido será un divorcio entre empresario y trabajador sin que ninguno de los dos tenga que salir perjudicado. Ante tal supuesto, intervendrá el Estado si no hay acuerdo de las partes. Examinará y actuará en consecuencia fiscalizando las decisiones tomadas. Lo normal es que el trabajador sea ocupado de inmediato por el Estado y la empresa continúe. Si existe dolo, la suerte no tiene por qué ser compartida. El Estado puede decidir quedarse con la empresa para mantener los puestos de trabajo, mientras se resuelve su viabilidad, unas indemnizaciones razonables, evitar un posible litigio y la desaparición de puestos de trabajo y empresas.

Las presentes ideas de reforma laboral están realizadas de la forma más objetiva posible, aun reconociendo lo arduo que esto resulta. Por tanto, propugno una consulta con  los diferentes puntos de vista que contemple la acción de las partes intervinientes. Llegar a un acuerdo será espinoso (las perspectivas de los que cobran cinco mil euros al mes y los que no  alcanzan la décima parte, en el mismo periodo, es bastante distinta), pero una vez acercadas las  posiciones el máximo posible, el Estado limará asperezas estableciendo las normas definitivas.

Hay dos clases de almas en las personas: las de los pobres y las de los ricos. La de los buenos y los malos. Los generosos y tacaños. Los conservadores y liberales. Los trabajadores y gandules. Unos y otros se oponen entre sí aunque sus objetivos sean los mismos y complementarios como en un matrimonio.

Finalizaré sentenciando que el Ejecutivo será culpable de no dar ocupación a la gente sin trabajo. La sociedad no tiene por qué confiar sus impuestos a un Gobierno que no los emplea en ello, permitiendo que haya gente obligada a delinquir o mendigar para poder comer como si fueran alimañas.