jueves, 28 de enero de 2021

FACILITAR CASA

 

PARA BENEFICIAR AL CIUDADANO, es el título genérico de la serie de entradas publicadas en el presente blog que tratan de:

1 – Generalidades (30-11-2020).

2 -  Dos pilares importantes (17-01-2020). Anular dinero físico.

3 - El Estado crea ocupación (07-01-2021). Proporcionar ocupación.

Hoy (28-01-2021) continuaremos con la número 4 - Facilitar casa.

Es preciso que el hombre (hombres y mujeres) tenga un lugar propio donde refugiarse. Un sitio suyo, que le pertenezca, en el que pueda ser él mismo sintiéndose libre, independiente, aislado y protegido de los demás. Un espacio que reúna, como mínimo, lo necesario para que cuerpo y alma puedan asearse, tranquilizarse y cumplir con sus tareas biológicas en paz y armonía. Una casa propia a conseguir (por obligación o no) con los  recursos que obtenga merced al trabajo que realice, de cuya nómina se detraerá el importen necesario (un mínimo estipulado) para hacerse con ella. Un hogar donde forjar una familia y experimentar los sagrados vínculos de ser padre, madre o una feliz pareja. Un domicilio personal con el que mejorar la vida, sin la cual nada se puede crear, y menos, de ir arrastrando ánimo y  figura por territorios que nunca serán su patria ni la de los suyos. 

Es imprescindible tener siempre un sitio donde poder volver. Volver a sus principios y valores, a aquellos grabados en su infancia sana, imborrable y feliz. Y, lo más importante y vital: el Estado  ha de garantizar que ninguna persona quede atrás o pase calamidades físicas, salvo que lo desee o quiera ser un mendigo. El Estado pues, no dejará a nadie, absolutamente a nadie, morir de hambre o en la indigencia, facilitando ocupación a todo ciudadano que la precise. (Véase las medidas indicadas en la serie del presente blog). Este se hará con una casa, sabrá que no está solo y conseguirá lo que se proponga, siempre y cuando trabaje honradamente, allá donde toque, en su beneficio y en el de la comunidad que se lo exige.

Cuando el ciudadano comprenda esto, es decir, esté en disposición de servir a la sociedad a cambio de una remuneración digna que le permita vivir libre, (de no tener otro empleo con el que ganarse la vida), las recomendaciones, los enchufes, los puestos a dedo, los hijos pródigos, los chantajes, las injusticias, las trampas… dejarán de estar de moda. Entonces entenderemos que, todos y cada uno de nosotros, gozamos de un pedazo de igualdad de oportunidades, de un medio de vida o una mínima seguridad  brindada por el Estado, a través del empleo con el que cada cual, con arreglo a su esfuerzo y talento, marcará las diferencias.

Que no se entienda que solo nos referimos al empleo u ocupación pública. También se facilitarán colocaciones en empresas u organismos privados y de hecho, todo el desarrollo del que hablamos puede ser efectuado por sociedades particulares con ánimo de lucro; si bien, donde estas no lleguen, será preciso que tal cometido corra por cuenta del propio Estado (que somos todos) y acabemos en parte con la voracidad del modelo económico en el que vivimos.

Se hace imprescindible acometer una reforma profunda en la Administración para que esta, en algún momento dado, ya no solo se convierta en el principal mercado laboral como hemos apuntado en nuestra anterior entrada, sino también en un regulador del mercado inmobiliario facilitando hogares (mediante facilidades de compra/venta, cesiones, opciones, permutas,  alquileres con derecho a compra…) a quienes lo necesiten, una vez los mismos hayan concluido la edad escolar o formativa, deseen emanciparse o independizarse y pretendan elevarse socialmente.

 

jueves, 7 de enero de 2021

PARA EL BIENESTAR CIUDADANO. 3.- El Estado crea ocupación.

Un año aproximadamente será necesario para que se consolide el primer pilar social (EXTINGUIR EL DINERO FÍSICO) tal como indicábamos en nuestra anterior entrada. Un tiempo en el que las Cortes de España podrán promulgar y desarrollar una Ley de Ocupación para lograr el Pleno Empleo, obligando al Gobierno a movilizar a todos los habitantes que, en edad laboral, no tengan trabajo. Es decir, exigir el cumplimiento constitucional que fuerce al Estado a crear ocupación en la que se asiente el segundo pilar social (EXTINGUIR EL DESEMPLEO) más importante para el bienestar ciudadano.

El Estado, en el menor tiempo posible, tendrá que establecer una oficina local (distrito, barrio, aldea, municipio, ciudad) con medios técnicos y humanos necesarios que lleven a término y con seguridad la Ley expuesta para que el demandante de empleo, en un máximo de seis días, esté ocupado en la empresa pública o privada y cuyo salario le permita vivir dignamente. La Administración tendrá un censo diario permanente de las personas sin empleo, con sus datos personales, características, experiencias y demás particularidades de cada uno de ellos. Personas que dependerán del Estado (o quien este designe) mientras la iniciativa privada no les coloque directamente.

El Estado se convertirá en el principal Mercado Laboral ante la ausencia privada, incapaz de dirigirlo e imponerlo, y porque, por sí solo, ni se regula ni se normaliza. Retendrá un 10% a cada perceptor para cubrir parte de su pensión u otra contingencia.

Por el hecho de ser ciudadano español o habitante legal en España nadie quedará atrás o desatendido. Este estará dispuesto a ser útil a la sociedad ocupándose (trabajando o formándose) allá donde sea necesario. El Pleno Empleo será una realidad y todo el mundo tendrá un salario digno para poder vivir.

Las Administraciones (todas) revisarán cuantas prestaciones económicas desembolsen  (subvenciones, retribuciones y demás caridades) y dejará de pagarlas, salvo las excepciones de fuerza mayor que se contemplen. El Estado proporcionará ocupación que no podrá ser rechazada repetidamente, en cuyo caso, de no justificarse satisfactoriamente, quedará sin emolumentos públicos y al albur de sus circunstancias personales. Las administraciones públicas serán solidarias, pero no caritativas: remunerarán a quien trabaje con un sueldo que se abonará en la cuenta bancaria del ocupado.

La abolición de los trabajos físicos irá en aumento. Los trabajos para la comunidad se  extenderán hasta el punto de que el Estado copará la mayor parte de las tareas: seguridad, sanidad, educación, atención social, intermediación de medios laborales… Los emigrantes encontrarán  trabajo o formación de igual manera. Se necesita mucha mano de obra allá donde la empresa privada no llegue, en la vendimia de La Mancha y la Rioja, en la recogida de la cereza en Huelva y la aceituna en Jaén, en las tareas de la huerta de Murcia, los naranjos de Valencia y los frutales de Lérida, en los chiringuitos de Andalucía y hoteles de Canarias o Mallorca, y en otros lugares que el Mercado Laboral habrá de satisfacer, siendo imprescindible habilitar, en su caso, instalaciones decentes para que cuantos trabajen puedan vivir honradamente (descansar, socializar, educarse, respetar leyes y normas tanto españolas como extranjeras).