jueves, 17 de diciembre de 2020

PARA EL BIENESTAR DEL CIUDADANO. 2.- Dos pilares importantes

 Uno: La abolición del dinero físico. Dos: La ocupación (o el trabajo).

El primer punto, del que hoy nos ocuparemos, está a punto de conseguirse. Apenas si el dinero en rama se mueve, salvo en contadas excepciones donde se impone “la calderilla” (pagos corrientes o de actividades comerciales de pequeños importes) y el “dinero negro” (transacciones para evitar el pago de impuestos. Comisiones por favores prestados. Operaciones en general que no dejan huella y cuya mayor parte va encaminado a beneficiar corruptelas particulares en detrimento del beneficio general…).

La no utilización del dinero físico dará lugar a:

-          Evitar robos, hurtos o pérdidas irrecuperables.

-          Dejar traza en todo tipo de movimiento comercial y especulativo.

-          Conocer el origen y destino de los fondos que se manejan.

-          Descubrir negocios delictivos, tramas peligrosas, ilegalidades.

-          Prescindir de gastos de fabricación, almacenamientos y traslados.

-          Poder efectuar controles imprescindibles:

- Probatorio de gastos e ingresos.

- Donaciones, transmisiones y herencias de efectivo.

- Inspecciones o registros de pagos y cobros por cualquier motivo.

- Blanqueo de capitales.

- Turismo y emigración.

- Personas físicas o jurídicas que pagan o cobran en negro.

- Competencia desleal.

Mientras oficialmente no se instaure la abolición del dinero en rama y en su lugar se empleen los medios de cobros y pago que dejen trazas, ciertas corrupciones serán difícilmente erradicadas. Las organizaciones mafiosas, los sobornos, las coacciones, las estafas, de mayor o menor cuantía, se continuaran produciendo sin que puedan comprobarse. El dinero es un medio de pago o mercancía comprometida que se hace aún más peligrosa cuando se trafica en efectivo, con billetes y monedas (al portador, no nominativos) que no dejan huellas.

¿A quién puede interesar no perseguir, descubrir y eliminar las corrupciones; las ventas y consumos de drogas; los beneficios e ingresos de todo tipo que no se declaran; los cientos de miles de personas estafadas por empleos miserables de esclavitud que muchos practican; las mordidas que influyentes realizan con informaciones desleales; la evasión de impuestos a través de testaferros y sociedades interpuestas; la trata de blancas, de armas o de mercancías prohibidas; la emigración descontrolada, la prostitución encubierta, los negocios abusivos…?

Todo ello, no usando dinero en rama y sí otros medios de pagos y cobros, se puede frenar. ¿A a usted le interesa que se pueda impedir?

Otra cuestión será el abaratamiento, la gratuidad del empleo de tales medios (de lo que podemos hablar otro día). En ambas cosas en Estado puede intervenir e influenciar para conseguirlo y presionar en la Comunidad Europea para que lo imponga.

    

lunes, 30 de noviembre de 2020

PARA EL BIENESTAR CIUDADANO. 1.- Generalidades

 

¿Queremos una España sin pobreza y sin paro con la que poder estar orgullos? ¿Sí?

Uno. Anular la corrupción será la clave creando el hábito de la honradez.

Dos. Aumentar el espíritu cívico y social respetando a los demás, es otra alternativa.

Comencemos dando pequeños, pero significativos pasos.

Desterremos el dinero físico para todas las transacciones. Que solo “la calderilla” quede en circulación y cualquier operación monetaria deje sus trazas. Hablemos impecablemente.

Confinemos la profesionalidad del político e ideemos las fórmulas para que así suceda.

Determinemos los principales problemas analizando cómo remediarlos. Enumeremos uno a uno hasta que la solución surja para todos y cada uno de ellos: corrupción, paro, hambre, educación, política, separación de poderes, tolerancia, modos de vida, fiscalidad, desinformación…Llevemos a feliz término la igualdad de oportunidades y la libertad.

No nos apartemos de los valores humanos básicos, ni de aquellos en los que se sustenta la vida con un desarrollo armónico entre lo público y lo privado. Valores como la salud y la educación, la cultura y el trabajo, la tolerancia y la libre decisión, la individualidad y la propiedad privada, la libertad y la responsabilidad, las obligaciones y derechos, los diferentes sistemas políticos y la sociedad, la rentabilidad y el crecimiento, la innovación y la investigación, la gestión y la satisfacción, la imposición y los acuerdos...

Pensemos, no obstante, que la vida es lo más importante y vivimos en uno de los mejores territorios de la Tierra, en la Comunidad Económica Europea, que goza de una política democrática en continuo proceso de perfección, donde priman la libertad y la ley por encima de todo lo demás y, por supuesto, con un orden establecido en su discurrir mientras la vida económica y social de las naciones que la componen pueda permitírselo.

sábado, 3 de octubre de 2020

ESPAÑA

España solo es un nombre, una denominación. Mañana podía llamarse de otra manera. Sin la identidad de un territorio, sin su gente, nada sería.

España no significa patriotismo, heroicidad, valentía, coraje o lo que se quiera; ni denota que por ella se ha de luchar, sacrificarse o sacar pecho. Todo es de boquilla. ¿Qué importa hacerlo por España? ¿Morir por España? ¿Proclamar viva España? España ni siente ni padece. Mejor hacedlo por la gente física, de carne y hueso, que sufren y mueren. Por esas personas que no son trapos de banderas o estandartes, ni símbolos de himnos o epopeyas con las que alardear o ufanarse.

La historia nos habla que entre españoles hubo una guerra sangrienta al estar España fragmentada. Pero no había dos Españas por mucho que lo dijera Machado. Eran españoles divididos. Gente, como ahora, pensando de distinta manera. Gente que pena y pasa hambre, soportando infortunios y enfermedades, que tiene sentimientos de los que España, carece. Gente triste y descreída, apenada y confundida, dirigida y encauzada por intereses partidistas de unos insensatos que quieren llevar razón e imponer sus propias ideas.

Y todo empezó como pasan estas cosas. Con la lacra de la corrupción que acaba con todo. Con una clase dirigente, poderosa, incapaz de ponerse de acuerdo y ceder parte de sus privilegios en pro de la gente que en las urnas los vota. Una casta acomodada que acostumbra a deleitarnos con un espectáculo esperpéntico, El tú más, en Cortes y Tribunas,  en lugar de crear y fomentar con su ejemplo el hábito de la honradez y la tolerancia. Ya, antes de esa guerra salvaje y fratricida, creadora del pensamiento único, un rey, una republica, dejaron de serlo por la ingobernabilidad de España.

¿A la mierda las ideas y los políticos que nos gobiernan? No. Pero si evitemos otra dictadura que escudriñe el color de nuestros genes. Ni todo es blanco o negro. Hay otros colores que también entonan: casi todo tiene arreglo. Ideas y políticos son precisos y no se necesita de gente brillante sino voluntariosa, solidaria, dispuesta a entenderse y lograr acuerdos. Un líder y su equipo, en un gobierno establecido conforme a las leyes que tenemos, han de ceder y admitir otros pensamientos. Morir por las ideas o las políticas que nos implantan, es lo peor de lo peor y no merece la pena. Que sean otros, o ellos, los que mueran por España, que nosotros no somos borregos para que nos conduzcan al matadero. 

sábado, 26 de septiembre de 2020

COMENCEMOS CON UN PEQUEÑO GRANO DE ARENA: LA CONSTITUCIÓN

Admitamos la opinión de cada cual. Puntos de vista, colaboraciones, iniciativas, sugerencias, remedios… a considerar sin desdeñar ninguno. No vale querer que ganen los tuyos, por mucho que lo desees o por muy simpáticos que sean y, menos aún, si son derrotados por goleada en el encuentro o en las urnas. Que las diferencias estriben en el camino a transitar y no en el destino conocido al que los españoles deseamos llegar. 

Procuremos presentar el mejor equipo o el programa con respeto y dignidad, concreto y no de boquilla, sin  vaticinios ni promesas.  La democracia no da derecho a que los partidos políticos hagan lo que quieran en su propio provecho o en el de sus militantes. Esto convendrá mirarlo bien igual que siempre se ha de contar el dinero en efectivo.

Ratifiquemos que la Democracia es el mejor Sistema político conocido y pongámonos de acuerdo para revisar y actualizar las estructuras legales de las que disponemos empezando por La Constitución.

Una tarea, sin lugar a duda, ingente. Artículo por artículo La Constitución ha de consensuarse con los ciudadanos, sometiendo cada uno de ellos a su aprobación y, una vez sancionados, de igual manera, se solicitará la conformidad de la gente para las leyes más importantes derivadas de la misma.

Mientras esto llega, por civismo y respeto, las personas y grupos deberían abstenerse en sus actos particulares de usar banderas u otros símbolos que a todos nos representan, usando sus propias enseñas únicamente.

Procúrese evitar que la ley diga que alguien, al mismo tiempo, pueda ser arte y parte, patrón y obrero,  arrendador y arrendatario, defensor y atacante, persona física y persona jurídica o, al unísono, atribuirse logros  contrarios. Que lo privado y lo público convivan y todas las cuestiones se debatan, aunque solo sea para llegar a la conclusión de que el alcalde o su partido no designen sus propios sueldos o retribuciones.

Cualquier poder (Legislativo, Ejecutivo, Judicial) ha de tener controles a los que someterse estableciéndose la forma de cómo y por quién hacerlo. Igualmente, el resto de Gobiernos autonómicos, locales, entes y demás Organismos públicos, más o menos básicos o decisivos, estarán supeditados a inspecciones en aras a una mejor convivencia ciudadana.

sábado, 12 de septiembre de 2020

DOS APUNTES A CONSIDERAR

 ¡Qué difícil resulta cambiar de ideología, de religión!

Y, más aún, si la religión e ideología forman parte de uno mismo o de su entorno. Las costumbres adquiridas desde niño, “lo mamado” (clima, educación, creencia…) es tan adherente como son los genes heredados.

Hoy en día se habla más de política y menos de religión, pero a mi juicio, prácticamente, vienen a ser lo mismo. Ambas doctrinas forman parte de la identidad de cada uno de nosotros. Normas, compromisos, actividades… establecidas en los estatutos o en los catecismos se corresponden, parcial o en su conjunto, a las ideas que cada cual lleva en su interior; solo las diferencias entre afiliados y simpatizantes, entre religiosos y seglares (practicantes o no) son las que nos distinguen.

Los órganos de dirección de afiliados y religiosos emprenden pautas y promesas en beneficio de sus organizaciones y en aras a conseguir un mayor número de adeptos. Provocan, para ello, enfrentamientos entre los fans y laicos de unas y otras agrupaciones políticas y creencias religiosas.

La vocación arrastra a una persona a la política o a la religión, pero no a ser profesional de las mismas. No obstante, aunque no exista profesión alguna que lo acredite, hay inmensidad de políticos y religiosos “profesionales” de lo que viven durante toda su vida. Los conocimientos que tengan son un añadido y carecen de valor porque la importancia vital es conocer los reglamentos y dogmas o, lo que es lo mismo, seguir las instrucciones que, en cada momento, surjan de arriba. Además los hay que, desde sus poltronas, obtienen buenos “oficios” para familiares y amigos, para fieles trepadores, cortesanos y palmeros, gocen o no de vocación o saber, hayan sudado o no la camiseta: basta con mostrar gratitud y corresponder, en su caso, cuando llegue la ocasión.

Hay políticos y religiosos que tiran con pólvora ajena. Despilfarran el dinero como algunos ciudadanos arrojan la basura: sin responsabilidad e incívicamente. Son arte y parte de los problemas. Patronos y obreros estipulando sus propios cometidos, sus propios sueldos: cuestiones educacionales (*) que convendría valorar por la gente que los vota y elige.

No hay religión ni partido político que sea imprescindible. Al parecer, se dice, que sin tales organismos la humanidad no podría vivir; sin embargo, cualquier humano es prescindible y, por ellos, la sociedad fue creada; eso sí, con mucha imaginación y mayor violencia. (**)

El ciudadano de a pié continua siervo de castas con las que se identifica (comunismo, fascismo, capitalismo socialismo…) transformando la palabra de Dios, carente de certeza,  por palabras sin respuestas que encierran promesas de los mentores políticos y religiosos que nos gobiernan. Y así nos va: una ideología que impone costumbres, normas y, apenas, sin llegar a acuerdos, solo en beneficio de una parte social por encima de los intereses generales de la totalidad.


(*) Duración de sus cargos. Informar de cuanto hacen. Responsabilidad y compromiso de sus actos y promesas. Elogiar y alabar lo bien hecho y contrastado. Evidenciar con pruebas lo mal que lo hacen sus oponentes. Justificar hasta el último duro sus ingresos y gastos. Mostrar su patrimonio antes y después de su “profesión”. Gozar de los mismos privilegios y obligaciones que el resto de los habitantes….   

(**) De la misma forma que se crearon los Tribunales dictatoriales de los pueblos (la Santa Inquisición o el Ordeno y mando) y las leyes que nos damos en aras a una libertad que no respetamos: infinidad de víctimas siguen cayendo en la desgracia y el oprobio.

lunes, 24 de agosto de 2020

UN SEÑUELO IMPRESCINDIBLE

 

Muchas son las personas que se preguntan por la existencia de Dios y, en su caso, por su poder. ¿Acaso su existencia o inexistencia nos hace o nos hará ser de otra manera?

Su ausencia es un hecho y su presencia una imaginación y no sé si ello puede o no hacernos más bondadosos, más honrados, más sinceros o, por el contrario, más egoístas, más corruptos, más hipócritas.

¿Cómo distinguir objetivamente el bien para con nosotros mismos y para con los demás? ¿Qué importa o no la existencia de Dios? ¿Con Él o sin Él viviremos de igual manera?

La vida, nuestra vida, en cuyo origen animal ni entramos, se forma, desarrolla y culmina en virtud de infinidad de genes (replicación de unidades de información orgánica heredados de nuestros padres) y de memes (replicación de unidades de información cultural como  los alimentos, climas, modos de vida…) que, al morir, carecen de replicaciones solo detectadas por elucubraciones atribuibles a religiones, visionarios o espiritualidades imaginarias

Tolo lo que sabemos es que los hombres vivimos, han vivido y vivirán en continuas contradicciones entre el bien y el mal de acuerdo con los genes (recibidos) y los memes (adquiridos) de cada uno de nosotros. Difícilmente genes y memes son exactos en dos personas y, a cada instante, proliferan ideas propias o ajenas que dan lugar a nuevas políticas y poderes, a nuevas creencias y religiones, a nuevas costumbres y economías.

Cada día, Dios, es más un estigma, una entelequia, una ficción… en las mentes de quienes aceptan o cuestionan su existencia y presencia, dependiendo del lugar donde habiten, dado que nada (ni siquiera Él) es inmutable y todo se altera o modifica con arreglo a ignorados inventos por llegar, al agnosticismo en alza o a la omnisciencia y omnipotencia, cada vez más discutidas.  La retorica de la memoria, el maniqueísmo y el sincretismo se observan desde puntos de vista diferentes dando lugar a contradicciones e ignorancias que se rebelan contra las evidencias de los nuevos conocimientos y tecnologías.

Si Dios existe, ¿qué quiere de nosotros?, se preguntan los cristianos ¿Por qué permite nuestro mal? Los budistas afirman que el sufrimiento existe y se interrogan cómo poder liberarse del mismo. Unos y otros han de aceptarlo, si bien, discrepan del origen se resignen o mediten.

Pronto a las religiones de nuevo cuño, establecidas sobre sistemas, normas y valores humanos como el liberalismo, nacionalismo, comunismo, nazismo, socialismo, capitalismo…, se le unirán otras por llegar que, como cada una de las nombradas, se apoderarán de las mentes de unos y otros en base a sucesos para los que la humanidad carece de explicación lógica o científica, sin que ninguna de las anteriores sea abrogada. La idea del progreso se basa, cada vez más, en invertir en investigación con el fin de derogar el viejo eslogan “de donde no hay no se puede sacar”, anunciando perspectivas y beneficios para ganar la confianza de un público que no entiende del crecimiento hacia ninguna parte, ni de los fundamentos de la ficción e imaginación en los que nos sustentamos tal y como, desde el principio de la humanidad, se ha hecho. Nada que ver, sin embargo, con la negación de lo evidente que causa la muerte como el Covid 19, manteniendo una verdad que, aunque lo sea, nada resuelve y es poco práctica.

El futuro, que no veremos, tal vez conciba individuos que se arroguen la condición de dioses o referencias superiores de una raza humana decadente, pero necesitada de un señuelo.

sábado, 15 de agosto de 2020

NO MIRAR A OTRA PARTE

Hay que ser malas personas para augurar maldiciones a otros y beneficios para ellos mismos. Predicar sin dar ejemplo y  denigrar a los demás. Sí. Existen organismos importantes al frente de los cuales hay verdaderos expertos en la cuestión. 

Presagios que casi nunca se cumplen, pero que asustan y, entre entras cosas, realizando, sin responsabilidad, el trabajo que les toca hacer. Si aciertan se ponen las medallas; en caso contrario, si te he visto, no me acuerdo. Su nulo compromiso es manifiesto. Ejemplos vemos en declaraciones políticas tanto en el Congreso como en el Senado, en miembros de  Cámaras, Federaciones Sindicales, Banco de España, Centro Nacional de Inteligencia, Comisión del Mercado de Valores y… otros organismos.

Así que disfrutamos de una élite de personas que parecen ser inmunes al error. Ejecutivos que, gozando de sueldos escandalosos, se permiten, en un segundo plano, alertar a la gente que la clase media y baja mayoritaria, (económicamente hablando: pensionistas, funcionarios, trabajadores con salarios mínimos o rentas básicas), son los culpables de que el déficit se dispare, sin darse cuenta que son ellos, con sus altas remuneraciones (injustificables a todas luces), los que se las debían recortar para equilibrarlo.

Veamos, ciñéndonos a España, algo que acontece:

El salario mínimo está cifrado en 950 euros que por 14 pagas resultan 13300 euros al año. Lo que supone que, con tal cifra, ha de vivir una familia o un adulto, cuanto menos.

¿Cuánto ganan las educadas personas a las que nos referimos? Sencillamente unas 10 veces más. Pues bien, la economía es fácil: Los gastos no han de superar los ingresos. El desequilibrio no es porque los primeros, al ser muchos más que los segundos, deban de ingresar menos, sino porque éstos cobran en exceso, fuera de lo corriente.

No creo en la pobreza que tiende a la igualdad, sin embargo, sí en el esfuerzo y la honradez, en el ahorro y la inversión y, sobre todo, una vez que todo el mundo goce de un soporte vital, en la libertad que nos permita, en buena lid, alcanzar cualquier meta y las diferencias sean loables.

Lo segundo, no consiste en acudir a lo fácil y obviar el problema en su extensión limitando sueldos a la clase empobrecida o aumentando la Deuda nacional. Hay otras medidas y las cantidades fijas, no los porcentajes, logran  que las diferencias no se distancien cada vez más entre unos y otros.

Lo tercero,  me pregunto, es por qué no hablan y tratan la corrupción; los sueldos de los altos cargos o directivos de empresas públicas y privadas; las duplicidades de organismos y entes públicos; la cantidad de subvenciones y ayudas administrativas sin control; el gran número de asesores de los políticos; las comisiones que algunos se llevan sin comerlo ni beberlo, es decir, por la cara; las evasiones de capitales e impuestos; los dineros negros; las donaciones a  Iglesias, fundaciones, partidos, sindicatos…; las rebajas impositivas a empresas, especialmente a las de mayor tamaño; los gastos y gastos sin fundamento que, ni el más avezado, es capaz de enumerar. Pero no. Lo hacen fácil: impuestos contra los débiles.

¡Y se dicen economistas! Pues bien, piensen y cierren el grifo del agua que se escapa.

Por último, reconocer lo triste de la historia por la que el dinero llama a dinero, la pobreza a la pobreza, la educación a la educación, la ignorancia a la ignorancia y las víctimas, que son la mayoría, volverán a ser las mismas otra vez.

Invéntese la Ocupación. Con ella, y otras pequeñas medidas más, cabe remediar cuanto antecede y denunciamos. Es cuestión de acometerlo y no mirar a otra parte.

lunes, 27 de julio de 2020

LA TEORÍA DE LOS NÚMEROS PRIMOS (2)


El pasado 18 escribíamos sobre el Pleno Empleo y el Despido Libre, dos procesos vitales de una posible reforma laboral que puede acabar con la lacra del desempleo, amparando a los trabajadores a no tener que mendigar para vivir, y permitiendo a los empresarios decidir sus costes laborales, ausentando ciertas incertidumbres; todo ello, mediante la intermediación de la Administración.
Hoy, tratando de establecer un Marco Laboral estable y necesario, continuaremos hablando sobre una reforma de importante alcance: La Teoría de los Números Primos.

- TEORÍA DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Cada empresa determinará libremente sus costes laborales en base a establecer:

1         - Un sueldo mínimo de 14 pagas mensuales de 950 euros cada una, lo que supone 13.300 euros año.

2        - Un sueldo máximo de 17 veces el mínimo, es decir (950 euros al mes por 14 pagas, por 17 veces) un total de 226.100 euros al año.

3        - Un único modelo de contrato entre empresa y trabajador dentro del Marco Laboral, elaborado por la Administración de acuerdo con los Sindicatos .

4        - Cada año, un sueldo mínimo por el Gobierno, de acuerdo con los agentes sociales.

5         - Una indemnización de Despido Libre para el trabajador que se calculará con arreglo a su edad (ET) y a su antigüedad reconocida (AR); componentes cuya media determinará el número de días (ND) a percibir, con un mínimo de 7 días,  de acuerdo con el siguiente cuadro de números primos: 

        ET                  AR                    ND

                    Hasta…                                17                      1                             0            
                                                                    23                     7                             1
                                                                    41                      23                          7                            
                                                                    47                     23                          13
                                                                    51                      23                          17
                                                                    53                     29                          19          
                                                                    59                     29                          23
                                                                    67                     39                          29
                                                                    71                      41                           31
               
Ejemplo: A un trabajador de 25 años le pertenecen……….  7 días
                   Si su antigüedad es de 3 años le corresponde….   1 día, cuya media será de
 4 el número de días a percibir por despido. En este supuesto, sería el mínimo: 7 días.

6        – Un trabajo inmediato. La Administración ocupará al trabajador en no más de cinco días, desde que se produjo su baja en su trabajo anterior.

7         - Las rentas totales de las personas físicas se limitarán a: 53 veces el salario mínimo, es decir a 704.900 euros anuales (dividendos exentos de tributación). Todo lo que exceda de tal cifra, pasará directamente a pagarse como impuesto.

8         -Los  sindicatos vigilarán tales cumplimientos. Los convenios colectivos desaparecerán. Se reducirán gastos y subvenciones no imprescindibles. Se controlarán fraudes fiscales. Se eliminará el dinero físico. Dejará de existir el paro.

9         - Jubilación se producirá a los 71 años. Excepciones a considerar.

10      - Mercado laboral flexible. Menos cargas burocráticas. Regulación absoluta de los recursos necesarios o vitales.

viernes, 17 de julio de 2020

PLENO EMPLEO Y DESPIDO LIBRE


Parece un contrasentido hablar de PLENO EMPLEO en los tiempos que corren en España con infinidad de personas en el paro, pero considerando la conveniencia de implantar  estímulos empresariales con motivos de Covid 19 y sin dejar a nadie morir, no está loco quien lo plantea ni cuerdo el que, sin continuar leyendo, lo rechaza. Sinteticemos conceptos y recordemos:

INGRESO MÍNIMO VITAL.- Importe implantado por la Administración para que una persona evite ser indigente y/o mal vivir, a fin de que pueda comer, vestir, cobijarse…

PARADO.- Toda persona que, queriendo, no encuentra donde trabajar. La Administración ha de ayudar a procurárselo e, incluso, en situaciones extremas, como las de ahora, a crearlo.

DINERO SOCIAL.- Medio de pago (vales, dinero en especie, anotaciones en cuenta) que la Administración implantará,  sin recurrir a la Deuda, por un plazo determinado, y  retribuir a  sus ocupados que lo canjeen por bienes en establecimientos con los que mantenga acuerdos.

DEUDA PÚBLICA.- Obligación de la Administración por el efectivo conseguido con anterioridad.

EL PLENO EMPLEO.- Es EL OBJETIVO. No es un sueño como tampoco lo será el DESPIDO LIBRE y ha de ser una realidad, como en su día lo fue la HUELGA.

Para el logro del PLENO EMPLEO, la Administración local (como si de una  empresa o gestora se tratara) ocupará y controlará a los parados conociendo y tramitando su situación al día. Estos se sentirán útiles y cumplirán como cualquier trabajador para asegurarse una retribución digna para vivir. La Administración y ellos (sus ocupados) fomentarán el desarrollo de nuevas actividades y sociedades (cooperativas, compañías, asociaciones…). Estos serán dirigidos a tareas adecuadas a sus cualidades, al cuidado de mayores, al arreglo de campos y mares, a formarse, a leer la prensa, si es menester,... El pase de ser un PARADO a estar OCUPADO y viceversa, no se demorará más de seis días, para evitar la inactividad y que los salarios, aunque varíen, nunca pasen a ser ninguno, sirviendo además para computar en su jubilación.

LA HUELGA.- Un medio extremo de defensa del trabajador.

EL DESPIDO LIBRE.- Un medio extremo de defensa del empresario.

SINDICATOS.- No será necesaria la intervención sindical (obrera y patronal) para contratar o despedir: un único contrato (modelo expedido por la Administración) será suficiente, pero si intervendrá en los procesos de asesoramiento, vigilancia y denuncia ante incumplimientos palpables, motivos de desamparo, causas inaceptables de cese, abusos  e información formal de las diferentes cuestiones que se susciten. Darán lugar a sanciones, nuevas iniciativas y demás ajustes. Todo un proceso para acabar con la lacra del desempleo y que nadie tenga que mendigar para vivir. Que las empresas decidan sus costes laborales, desaparezcan las incertidumbres, aplicando la Teoría de los Números Primos para su regularización (de la que hablaremos en otro momento) y no retribuyan salario alguno con dinero físico.

Una parcela de la Administración se convertirá en el principal Mercado Laboral para regular sueldos, situaciones, deslocalizaciones, temporadas y campañas de manera legal, en condiciones adecuadas, sin dinero negro, ni explotación posible por ninguna de las partes. 

Nada mejor que emplear los impuestos en idear ocupaciones para quienes las necesitan.

jueves, 9 de julio de 2020

UNA FORMA DE SER


Lo que el ruido esconde, es el título de un artículo de Rosa María Artal que leí en el que se indicaba: Desmond Tutu, decía: "si eres neutral en situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor". Y, precisamente, el héroe de los derechos civiles Martin Luther King, nos lo seguía recordando: "No nos parecerá lo más grave las fechorías de los malvados, sino el escandaloso silencio de las buenas personas".

Nos parece de relevancia aceptar que la evidencia no supone ni significa que, entre dos partes, se pueda dar el acuerdo. Tampoco la educación de las partes nos descubrirá el porqué el acuerdo no se realiza. Menos todavía, cuando las afinidades e identidades son distantes. ¿Qué es, entonces, lo que falla?

Nos falla, indudablemente, tiempo para practicar el juego del cambio de bando. Un tiempo que transita lento, sin prisas, con paradas o acelerones que, la mayoría de las veces, viene determinado por causas naturales, ajenas a la propia voluntad humana.

La senda principal por la que caminar en dirección al acuerdo es, sin duda, el respeto. La educación y cultura, tan manidas como la tolerancia no expresan, más allá de una actitud o un comportamiento en un momento dado, no es más que una forma de ser que solo el paso del tiempo, modulado por costumbres que desaparecen y gestos que se olvidan, trasforman las manadas y tribu de las que formamos parte.

La historia, a veces, vuelve y se estanca en principios del mismo cuño de antaño, aunque la vestimenta sea diferente. Somos los mismos y, enseguida, nos reconocemos. Poco a poco, sin embargo, los de a pie iremos consolidando los éxitos de la inconformidad, la tenacidad por el bien común, la insistente consecuencia final que es la dignidad por la que el hombre es hombre y no otra cosa.

Los bandos son indignos cuando no consideran a los otros, dejando de ser hombres para convertirse en bestias, por mucho que a eso llamen identidad o forma de pensar cuando solo es su propia forma de ser. 



martes, 30 de junio de 2020

LO QUE LA GENTE QUIERE


Soy ciudadano español, europeo y, además, me siento orgulloso de serlo. Sin embargo, no sé a qué esperamos los habitantes para reivindicar una integridad política única, legal y universal para que la Europa comunitaria sea una identidad común en todos sus ámbitos: ejecutivo, legislativo y judicial; educativo, sanitario y  militar; religioso, económico y de relaciones exteriores.

La política ha de ser el enlace que trace las formas de armonizar las distintas ideas (aunque no siempre lo consiga) y, por tanto, una Constitución Europea, con supremacía a las del resto de los países que la forman, será la fórmula para volver a iniciar la que quedó pendiente desde hace tiempo. Repetiremos el proceso procurando no errar  hasta alcanzar el consenso; si bien, el marco de libertad habrá de mantenerse para, en su caso, llevar a cabo, rápidamente, una adaptación flexible. Un nuevo intento que el paso del tiempo y el coronavirus pueden conciliar.

Posiblemente se necesite de gente comprometida con la colectividad europea y menos antieuropeos que, empleando argumentos de anarquía o exclusión individual (caducos en los tiempos actuales), son contrarios.

La mayoría abogaremos por el respeto e igualdad de oportunidades de los pueblos que componen Europa. El nacionalismo excluyente que discrimina y conduce al desgobierno y al desorden, será empujado hacia uno de los dos Grupos principales y mayoritarios de ciudadanos que deseamos una Europa unida.

Conviene elegir, decidirse e izar el Sistema Democrático para ceder cada uno de los países miembros más soberanía a esa Europa que nos mira con recelo y  desconfía de los egoísmos que unos y otros albergamos para sí y los nuestros. Dejemos de mirarnos al ombligo y consintamos en beneficiar a los europeos que más lo necesiten, entre los que nos encontramos. Accedamos, igualmente, a que un Gobierno de Europa ordene a los gobiernos de las naciones que la componen, por muy poderosos que sean. Sigamos los pasos correspondientes hacia la Unión Política para que, definitivamente, no nos separemos. Dejemos que el liberalismo político y el control social pugnen y compartan los proyectos con que los ciudadanos viviremos mejor.  ¿No es eso lo qué la mayoría de la gente quiere?

sábado, 20 de junio de 2020

FORJEMOS LA CONVIVENCIA


“Cuando apenas comenzaban a cicatrizarse las profundas y cancerosas llagas que abrieron el cuerpo político del Estado y los desastres revolucionarios de los años 1820-1823, y mis vasallos amados conseguían las ventajas de las importantes mejoras que a beneficio de la paz se han ido sucesivamente introduciendo de todas las ramas de la administración pública, vuelve la facción rebelde e incorregible, que tiene jurada la desolación de su Patria, a alarmar y conmover el Reino, asomando por las gargantas de nuestras fronteras de tierra y preparando incursiones por las de mar”. (Fernando VII Decreto 1º de octubre 1830).

¿Merecerá la pena saber que este Rey prohibió el hecho de gritar “Viva la Libertad”?

Debemos forjar una convivencia basada en no culpar al contrario.

Esto no va de disputas partidistas, ni de símbolos, colores o banderas (liberales, conservadores, socialistas, fascistas, comunistas…) ni tampoco de intuiciones, presagios o  de aquello que no requiera reflexión. El sentimiento, la experiencia y la memoria histórica han de considerarse sabiendo de antemano como acabaron sus actos. 

Unos usaron la desinformación, el odio y miedo para hacer suyo el sentir de las masas y eliminar a los otros. Los de a pie, siempre ocurre y causa pena, no aprenderemos lo suficiente para evitar un nuevo estalinismo o un cuarto Reich. Tales cosas sucederán si nos dejamos instrumentalizar, una y otra vez, por gente que vive de los miedos e incapacidades de los demás para resolver sus problemas. La historia nos demuestra que la dictadura, la radicalidad, la imposición, no los soluciona, sino que los agrava. Y aún peor, las mentes de nuestros niños vendrán a colorearse del color del vencedor, carente del espíritu crítico que la democracia alienta, dominadas por los pensamientos que el poder les imponga como aspecto normal y frecuente hasta que sean capaces de considerarlo.

Lo importante es crecer con un espíritu crítico propio. La práctica se irá potenciando en favor de la mayoría y del bien común. Y, sobre todo, con el absoluto convencimiento de que es el acuerdo el que nos beneficia, aunque a nadie satisfaga plenamente. El miedo y el descontento nos pueden llevar al enfrentamiento e, incluso, a la dictadura, caldo de cultivo para  sumir a la gente en las profundidades de una oscuridad aberrante, producto del pánico, el dogmatismo y la ignorancia.

“Antes de denunciar reconcíliate primero con tu vecino y este hará las paces contigo naturalmente, no sea que el juez, ante la acusación, no considere que aportas la verdad. Por eso no devolváis el mal por el mal, sino buscad lo que es noble ante todos los hombres” (San Mateo).

¿No será más aconsejable seguir la presente cita que la del rey con la que empecé la presente crónica?

lunes, 1 de junio de 2020

LA CODICIA DEL DINERO Y EL PODER (Una enfermedad que nos persigue)


Rogaría encarecidamente a los que accedan a estas líneas que repasen la historia de España. Que escudriñen objetivamente el pasado, desde finales del siglo XIX, y comprueben si un caldo de cultivo, similar al de entonces y hasta el comienzo de la Guerra civil y fratricida, se está urdiendo entre los españoles para que se vuelvan a enfrentar. Entonces, como ahora:

.  Se cuestiona la legitimidad del Gobierno.

. El fracaso y la radicalización de la clase política parecen evidentes.

. La discordia entre bandos políticos no cesa alterando la convivencia ciudadana.

. Ostentar el poder político, económico, social… se codicia, sea como sea, por los partidos.

. Los ciudadanos comienzan a tomar posturas y se les nota más intolerantes.

. Alguien está interesado en volver a las “andadas” empleando medios inaceptables.

Hoy, parece que se está tratando, sin pasar por las urnas, de derrocar al Gobierno basándose en: despotricar la función del Ejecutivo; atribuir la crisis económica que se avecina; culpar la gestión de la pandemia y los muertos causados, incluso los de ETA;  acudir a la justicia por una mayoría de cuestiones, aunque queden en nada; por nombramientos afines o por cualquier tema que se le pueda sacar punta envenenando a la población con infinidad de bulos, insultos, mensajes destructivos que repiten y repiten hasta hacer creer que son verdad siendo mentira.

Tal vez, la historia deba repetirse: me aterra. Igual, supongo, les ocurriría a aquellos que con sus reenvío de whastsapp (inocentes o no) echan leña al fuego. Solo con pensar en el cruento y pasado acaecido, “de cuyo nombre no quiero acordarme”, me pongo a temblar.

Sé que los hombres ni hablan, ni sienten, ni actúan de la misma manera y ninguno escarmienta en cabeza ajena; sin embargo, insistiré hasta la saciedad para que la guerra no vuelva y el hambre no llegue. Por eso, desde estas líneas, pido a los partidos políticos que se pongan de acuerdo ya que hemos de convivir en el mismo territorio: España. Ella, por muchos intereses o privilegios que se arroguen, a todos pertenece y nadie ha de ser más que nadie.

Hoy la incultura no está tan generalizada como ayer y las almas de las Fuerzas Armadas, que antaño confrontaron con su fuerza bruta, debatirían intelectual y razonablemente, pues,  de no ser así, el peligro se repetiría y eso es inadmisible y no se puede repetir en una España civilizada. La clase política ha de aunarse y erradicar las desconocidas fuerzas o enfermedades del mal de aquel tiempo, que hoy son totalmente conocidas incluso por analfabetismos del que carecemos, si bien, la pobreza se resiste a desaparecer por la codicia que nos arraiga.

Eleven los ciudadanos sus espíritus para gozar con la inspiración de las artes y las ciencias. Identifíquense con ellos y expresen, como ahora hago yo, sus puntos de vista. Que no sean encuentros insoportables como hacen los tertulianos  en la noche del sábado en la Sexta televisión, descubriendo las debilidades humanas con sus extremados criterios. Olviden la ira.

Aceptemos vivir con el germen de la diferencia que no se podrá desterrar como la cabeza del resto del cuerpo: es preferible ser un cornudo vivo, que no dejar de serlo y morir en el intento.

¡Qué la sangre caliente de los españoles se aplaque como el frió aplaca el humor de la gente nórdica! El Pueblo español, consciente, se ha de aprovechar de la luz y la fuerza que lo iluminan.

sábado, 30 de mayo de 2020

SIN IRA NI RENCOR


Aquí, en España, existen fuerzas (partidos y  sindicatos, sectas e iglesias, fundaciones y demás entes conocidos o no), además de nuestros tres poderes constitucionales, con capacidad para reorientar un sentimiento popular hacia donde les interese sin ser ellas, aparentemente, las que azuzan a la gente con el “divide y vencerás”. Una ira y rencor que despoja al individuo de personalidad inhibiéndolo de  criterio y juicio propios. Se le infunde falta de libertad (aunque al tiempo la esté ejercitando), se le proporciona causas falsas que le afecte, se le adoctrina con mensajes emotivos y se le augura un porvenir nefasto acercándole a los fines que persiguen para que no decida libremente, en especial, su voto.
Un Gobierno no se ha de erradicar con un Golpe de Estado, ni con el ordeno y mando impuesto por los más fuertes. Tampoco ha de servir una moneda al aire para que sea el azar quien lo decida, ni la arbitrariedad de unos pocos intolerantes, como está sucediendo, minando continuamente una democracia libremente elegida. Un Gobierno se eliminará con los votos de la gente en una democracia firme, cuando la gran mayoría de los partidos políticos que la invocan, después de unas votaciones libres, así lo decidan. Son actos de confirmación pública en pro de la Democracia, recogidos en nuestra Constitución, que se han de practicar con los votos de cada uno de los grupos políticos constituidos (crean o no en ella) que, además, valen lo mismo, independiente de sus orígenes o pensamientos. Cámbiese la Carta Magna y confieran, si es el caso, otras fórmulas legales de convivencia. Mientras tanto, guste o no, toda alianza entre los grupos, es tan legal y mucha más  respetuosa que el ejercicio de libertad utilizado por los que claman lo contrario.
La Democracia es el Sistema político de España y de sus habitantes. En las escuelas se ha de enseñar respeto a la misma y al resto de las ideas, en lugar de la Formación del Espíritu Nacional de otra época, para que los futuros ciudadanos sepan que todos los pensamientos son posibles, incluso los de los Antitodo e independentistas, pero no las acciones ilegales que agreden a los que no piensan como ellos e incitan con malas prácticas a constituir un “Singobierno” o un “Gobierno independiente”.
¿No sería mejor implementar soluciones y que el ideario de los grupos políticos se confrontara para el mejor bienestar general?
¡Qué trabajen y no chillen! ¡Qué aporten y no escandalicen! ¡Qué no alarmen a la gente con tanto horror y vaticinios imposibles!

miércoles, 27 de mayo de 2020

RESPETO, POR FAVOR.


¡Qué impotencia escuchar las insultantes palabras de nuestros representantes!

Más parecen gorrinos hambrientos berreando por salir de su cuadra a conseguir comida, que políticos dignos de un pueblo civilizado y democrático tratando de lograr el poder.

Alguien que necesita del insulto, de señalar lo que fue o dejó de ser el padre de un oponente, de  enervar a la atenta población que votó  o no a su partido, es lo mismo que una serpiente venenosa, de colmillos afilados, dispuesta a engullir su presa ante los estoicos espectadores que la contemplan.  Una víbora merecedora de estar en una jaula encerrada por el peligro que constituyen sus letales palabras, más violentas que el coronavirus.

Ni cerdos, ni serpientes, necesita las Cortes.

¿Alguno de los allí sentados sabe lo que es el Respeto?

Sería un gran acontecimiento cerebral que los políticos lo supieran.

Lo que sucede no es nuevo. Improperios, descalificaciones, temeridades, es el pan de cada día.  

Ignoran, sin duda, que el respeto es una defensa creada por el alma para preservar el cuerpo de uno y el de los demás.

Pero no, prefieren campar por sus respetos, que no es lo mismo, tratando de conseguir lo que más les preocupa: los votos.

Y así nos va a los españoles con su ejemplo.

Gente aburrida, tratando de redimir a los españoles con sus fracasos. Incapaces de sembrar esperanzas con sus vulgares e insustanciales discursos. Saben prometer y vaticinar lo que sus seguidores y estómagos agradecidos desean oír. Vivas a la Patria que nadie puede rechazar. Vivas a la vida maravillosa que les pertenece. Pero el respeto brilla por su ausencia.

Una pandemia como la que estamos atravesando sería suficiente para que todos a una aportaran su saber; sin embargo, o no saben nada, que es lo más posible; o su ambición por mandar es de tal magnitud, que ven la miel en su labios o, al menos, se la imaginan.

martes, 19 de mayo de 2020

¡Qué peleen sus padres!


¡Qué listos somos los españoles! ¡Sin duda los mejores contando nuestra historia sin cordura!

Pasamos un siglo XIX nefasto con guerras y sublevaciones, con el despotismo más absoluto del rey Fernando VII (felón, asesino, tirano, ladrón donde los haya), la triste Primera República que el azar impuso y una fallida regeneración social con la que comenzar el siglo XX. Tampoco este fue  ejemplar. Alfonso XIII estableció una dictadura al margen del pueblo español, analfabeto y religioso, tragicómico y milagrero, dirigido por trepas y caciques, cuya huella de identidad solo sabe de hambre y miseria, de honrar a los muertos y despreciar a sus vivos. Un Golpe de Estado dio comienzo a la más horrorosa guerra de nuestra Historia acabando con la Segunda República y creando otra dictadura, que volvería a implantar la monarquía. ¡Pobre  pueblo el español! Callado y dormido largo tiempo, obligado a obedecer un único pensamiento. Pagó un alto precio sin duda por conseguir su libertad, aunque hoy algunos duden si la pena mereció. No obstante, en XXI, sin haber aprendido la lección, seguimos padeciendo a bandos políticos diferentes enfrentados, que continúan velando por los mismos intereses.

Y a nivel mundial, como aquí en España, sucedieron también cosas trágicas como la Primera y Segunda Guerra Mundial o la implantación de Sistemas políticos nacionales y ultra radicales. Todas después de crisis, hambrunas y miserias en diversas sociedades en las que se creó un caldo de cultivo propicio a ideas dementes de signos desiguales, aprovechado por caudillos cautivando las emociones de la gente, sin necesidad de argumentar razones o remedios.

Actualmente, el mundo entero pasa por momentos delicados con el Coronavirus. Unos y otros buscan sacar rendimientos a su costa, mientras las tumbas se llenan y el miedo no cesa. España no es una excepción. Es un campo de batalla donde los gerifaltes quieren mandar. Son momentos favorables para sacar tajada, para que sus Partidos Políticos realicen sus proclamas. Culpan de las muertes a sus contrarios con descaro. Denuncian desbarajustes y una pésima organización. Y como la Iglesia ya no puede obrar prodigios, ni introducir ideas en cabezas humanas, ellos lo hacen enarbolando banderas de España como si fueran suyas y no solo a ellos los representa, ya que son de todos los españoles. Se parecen a sectas ofreciendo lo que la gente no puede rechazar, abonando el campo para llevar a cabo su estrategia con mensajes y calumnias repetitivas, con ideas venenosas que se asimilan inconscientemente, poco a poco, sin que las personas se percaten que son reclutados para su causa, ni que son sometidos a las maquinaciones de quienes, desde la sombra, les dirigen para hacerse con el poder.

Personalmente, estoy harto de la España de las voces, los insultos y la incultura. Harto de la gente que no decide por sí misma y sigue las consignas de dirigentes políticos que viven de eso y de estómagos agradecidos. Harto que la historia se repita sin haber aprendido nada de ella. Harto de ignorar a los vivos y honrar a los muertos. Harto  de la codicia, soberbia y maldad de afiliados y seguidores de los partidos que arremeten a sus contrarios y prometen lo imposible sin aportar soluciones ni llegar a acuerdos, ya que su único fin es someternos a su antojo. Y lo grave es que apelan a los sentimientos y no a las razones para que la discordia cunda entre nosotros y nos peleemos.

Oí gritos y voces de “libertad, libertad”. ¡Qué extraño cuando los Antitodo la desprecian! Desean volver a otra dictadura y eso no lo debemos permitir por mucho que les prive o, con ella, les vaya muy bien. Son momentos delicados, peligrosos. Tendremos que ir con ojo. Las Cortes y la Democracia han de ser mantenidas y respetadas. Mientras... ¡qué peleen sus padres!