viernes, 30 de septiembre de 2022

AUNEMONOS EN DEMOCRACIA

 

¿España es un país democrático?

El Reino de España se rige por una Constitución que no se cumple. Ni siquiera los altos mandatarios, los máximos poderes, nos dan ejemplo respetándola.

El Rey emérito tuvo que dimitir.

Los tres poderes independientes, de los que nos habla la Carta Magna, se la saltan a la torera.

La ley no es igual para todos y lejos queda del bien común o del trabajo para todos.

¿Merecerá la pena tenerla en cuenta si es así, si esto es cierto?

Si con ella no se funciona adecuadamente ¿para qué considerarla democrática?

El papel podrá decir lo que quiera, pero si quienes han de dar ejemplo cumpliendo lo que a todos nos es obligado cumplir lo contravienen, cómo puede ser España una democracia?

Su Rey, hoy emérito, tuvo que dimitir y continua por algún juzgado requerido. ¿Eso es ejemplaridad? El Poder Judicial sigue en manos de quien incumple la Constitución sin renovar sus cargos como es preceptivo. ¿Eso es ejemplaridad?

Son dos ejemplos significativos, pero para el común de los mortales la democracia no se puede dar mientras haya guerras y pobreza, injusticias y desigualdad, la corrupción campe por sus despechos y la arbitrariedad sea el eje de la sociedad regida por un sectarismo de partidos, sindicatos y otros colectivos que nunca se ponen de acuerdo.

Y qué decir de las religiones? ¿De la religión que nos guía y se lleva crudo una pasta gansa?

Son muchos los enigmas que los hombres nos procuramos ideando una vida después de la muerte, los secretos del espiritismo, el fenómeno los ovnis, la reencarnación, el fin del  mundo, sin poder demostrar científicamente la telepatía, la clarividencia, el ocultismo, la astrología, la ufología, la existencia de Dios y olvidamos que somos cuerpo y alma, de carne y hueso y con los pies en el suelo. Ignoramos o no queremos saber, sin embargo, que cuando el cerebro se estresa la concentración del glutamato aumenta, que las emociones son la mayor causa de las enfermedades y los colores del arco iris son rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta.

Determínese que quien o quienes originen y ordene las guerras deben mandar a sus hijos a las trincheras acompañados por ellos mismos. Que comprendan lo que puede la ausencia, la distancia y la ignorancia. Que los uniformes den respetabilidad, pero a quienes lo porten gritando o vociferando, les sea retirada su autoridad. A los especuladores del hambre y la pobreza les deseo que la sientan como suya: prescindan de casa y comida y merodeen la caridad de quienes no la padecen. Y, por favor, hagan igual, para todos, la sanidad, la enseñanza y la justicia. Y, por concluir, que se sepa que no siempre las creencias y las conductas van juntas o de la mano. Ya pasó el tiempo de la magia y la mitología, ya va siendo hora de la ciencia y la tecnología, de que la religión permita a las personas recobrar su libertad.

La Constitución ha de imponerse modificada con muchas de las variantes que se citan, avalada por cada uno de nosotros con miles de ejemplos para que haya plena democracia.

viernes, 23 de septiembre de 2022

NO CONFIEN. CUESTIONAR ES LO PRECISO.

 

En caso de que exista Dios, no necesita de vigilarnos. Ni tampoco castigarnos con condenas siniestras mandándonos al infierno. Y menos todavía felicitarnos, dándonos la enhorabuena en el cielo por haber sido una persona buena.  ¿No lo cree? Dios, en su caso, se limitaría a crear todo cuanto existe partiendo de uno de sus minúsculos e invisibles suspiros. Y todo ello sin esfuerzo ni pesar, sin molestarse siquiera seis días. Dios es Algo ilusorio que rige en el corazón humano o emerge de su interior para que reine el entusiasmo o la melancolía, el júbilo o  el arrepentimiento, sin que tales sentimientos fueran creados específicamente.

Todo, pues, está desde el inicio de ese soplo divino. Puede que sea la duda más asombrosa a dilucidar, carente de respuesta por parte de los seres inteligentes conocidos. Todo surgió de la Nada aunque de la Nada, según nuestro entendimiento y comprensión, nada se pueda obtener. Así que deberemos hacernos a la idea de que la Nada no existe por dos razones. Una, porque es nada y, otra, porque su significado se puede transformar imaginándonos creyentes del poder de la Nada, como yo mismo me considero.

No solo Dios puede crear. Todos y cada uno de nosotros podemos hacerlo ya que, por muy disparatadas que creamos que son ciertas invenciones, nunca podrán igualar a las razones imprevisibles que se esgrimen para justificarlas. Lo real va siempre por delante de  lo que podemos suponer y cualquier cosa, por absurda e impredecible que parezca, puede suceder en un instante, en cualquier momento. Piensen en la inmensidad del miedo. En las historias de las mitologías y las religiones. En aquello que carece de sentido o ignoramos, aun sabiendo que todo está relacionado entre sí. Vivimos en una burbuja cristalina, llamada Tierra, que camina incansable hacia su destrucción sin más, sin hacerse preguntas, y que, como los humanos, no encontrará más respuesta que su muerte, el final de su destino.

Si la idea, hasta aquí formada, nos es entendible: ¿Qué necesitamos saber más? ¿Acaso los hijos demandan saber quiénes son sus padres? Solo nuestro amor y compresión les importa. Ocupémonos siempre de hacer el bien siendo honrados. Eso es lo único importante.

Seamos prácticos. Velemos por sí mismos, sin ocupar nuestro tiempo en cosas que solo a otros interesan. Más aún, cuando y de momento, poco podemos hacer contra quienes con ciertos poderes, los emplean jugando impunemente con las palabras, las emociones, los sentimientos. Léase:

Las religiones que relegan a las mujeres y  tratan de someternos a todos con sus creencias y dogmas. Los charlatanes que nos dicen estar en posesión de la verdad augurándonos dones y castigos con sus mensajes que ni ellos mismos se creen. Las predicas  inverosímiles y ridículas  en beneficio de alguna causa espuria o desconocida que nos separan y enfrentan. Los indolentes parásitos que, conocedores de que no hay una verdad universal, nos exponen a la guerra, a la pobreza, a la miseria o a la estupidez, sin comprometerse ellos ni a los suyos. Los expertos que vaticinan y pronostican lo que va a suceder, pese a que nunca habrá manera de saber lo que hubiera sucedido. Las asociaciones que reclaman derechos sin soltar los que ya tienen guardados, silenciando a quienes de verdad los necesitan. Los políticos que prometen y no cumplen, siendo la parte canalla y emergente de un colectivo que miente sin parpadear. Las consideraciones gratuitas que acabamos de fabricar si previamente nos las piensan o no las meditan.

No confíen. Siempre es conveniente dudar, poner todo, incluso la Nada, en cuestión.

sábado, 10 de septiembre de 2022

UN PLANTEAMIENTO A CONSIDERAR

En España apenas si se aportamos soluciones a las dificultades y problemas. Se buscan culpables, cuando no se formulan continuas críticas sin argumentación alguna.

Fijémonos en jueces, políticos, empresarios, particulares que se atreven a realizar cualquier barbarie sin medir consecuencias de antemano, sin importarles aquello que  no sea su propio ombligo. Por esto, confiar en alguien resulta un acto de fe, un salto al vacío. Entre otras cosas, porque somos poco dados a preguntarnos antes si lo que se dice y percibe es verdadero, bondadoso o de utilidad como haría el filosofo Sócrates en uso a su razón. Ya va siendo hora de pensar que caminamos erguidos, de comprender que utilizamos herramientas complejas porque nuestro cerebro es mayor de lo que era, que los consensos son de vital importancia para un futuro que no precisa de guerras  ni disputas sin sentido, cuando únicamente la paz y una equidistante razón entrambos, son los necesarios.

Sugiero, por tanto, que un programa económico, político y social de actuaciones se discuta y concrete por hombres apropiados, sabios y entendidos, para que el Gobierno,  democráticamente constituido, una vez elaborado, lo lleve a cabo al margen de la ideología e ideas que sus hombres tengan y con las que pueda ser complementado. Que se modifique sin miedo la carta magna, que se prescinda de la hetero fobia (miedo al otro), evitando sucedáneos o trivialidades, estableciendo afinidades en las diversas direcciones, sin preguntarse el porqué unos lo quieren u otros lo odian, el qué dirán o cómo actuaran los demás, siempre que España no sea un Madrid que se ensancha y haya ciudades fuertes y libres en concordia con los campos sanos, ricos y anticlericales que se identifiquen con el bien general.   

Y una cosa más, soy partidario de que sean los impuestos el medio legal para igualar las abismales diferencias económicas existentes, aún siendo consciente que ello es virtualmente imposible de momento y, más aún, cuando se han de regular los impuestos, no solo de las personas física sino también de las jurídicas. No obstante, y considerando que la vida de los humanos es lo más importante, la referida igualdad a la que aludo, ha de partir de la mínima renta necesaria para que una persona física pueda sobrevivir. Esto supone un concienzudo esfuerzo para desarrollar en qué consiste o cómo se concreta, más o menos parecido a la puesta en marcha del programa político (elaborado por un grupo de sabios que cito) conocido con anterioridad por los electores para que por él decidan sus votos.

Considerémoslo.