viernes, 28 de mayo de 2021

LA ENFERMEDAD MÁS PELIGROSA

 

Desde que el mundo es mundo, el peor padecimiento, el mayor castigo que se infringe al ser humano, es y será la pobreza. Ser pobre es una enfermedad. Convive con nosotros y para ella, aun conociéndola, carece de medicinas,  remedios o fórmulas con la que poder superarla. Es una pandemia maligna que nos persigue desde siempre, sin que nadie sea capaz de dar con una vacuna que la erradique. Es tan execrable su mal, que se multiplica en silencio y sin piedad, sin que nadie pueda controlarla o detenerla. Quien la sufre no es capaz de levantar la vista del suelo, destrozada su dignidad (si es que alguna vez la tuvo), para desaparecer en el anonimato cuando el día y la noche se juntan con los tormentos del hambre, del frío, de la lluvia o del calor en la soledad de un callejón intransitable, allá donde las ratas campan a su antojo entre suciedad, orines y  vómitos, donde los invisibles, desarrapados y míseros de la creación se encuentran.

“¡Bienaventurados los pobres de espíritu…!”.

“! Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia…!”.

Jesús nunca citó a los pobres de solemnidad que por entonces también los había. Estaba al corriente que para ellos no tenía solución y se abstuvo de nombrarlos. Así “Su Iglesia” (prescindiendo de ellos y sin dar cuentas del  resultado de sus negocios) puede que sea la más opulenta y poderosa empresa jamás creada.

Facilitemos una ocupación y un cobijo a todo el mundo. Que el inicio de la pobreza llega con el paro y el desamparo. Hay ríos, tierras, mares, montañas, hogares, dependientes, necesitados, empresarios, cursos, iniciativas, libros… que aguardan a los que están en el desempleo. A jóvenes y gente que desean poder emanciparse, seguir siendo útiles, sabiendo con seguridad que siempre tendrán un trabajo que les permita comer y un refugio donde guarecerse sin importarles el contrato laboral que puedan firmar. Un contrato (el peor de todos) a suscribir con LA GRAN EMPRESA que, cumpliendo con su obligación, se alejarán de la miseria y tendrán aseguradas la estabilidad y la esperanza de vida. Esta es nuestra vacuna. La fórmula incipiente (ya muchas veces escrita) para acabar con la lacra del paro y la enfermedad o “pecado” de la pobreza.

Hoy, todavía, hay muchos que se preguntan: ¿Y cómo pagarles? ¿De dónde sacar el dinero? La respuesta es amplia y fácil a la vez. El dinero se sacará de donde ahora se saca para pagar el paro. No aportando ayudas innecesarias (fiestas, deportes, acontecimientos superfluos…). Con los rendimientos que generan los trabajos (cuidando enfermos, limpiando jardines…).No exonerando a nadie de pagar impuestos, ni a las multinacionales, ni  a la Iglesia…. Y, sobre todo, reduciendo gastos. Nada de subvenciones. Nada a  quien pudiendo trabajar no trabaje. Nada a quien no lo precise. Rentabilizando las empresas públicas en competencia con las privadas. Acabando con la sangría de la corrupción y los pagos en negro y con aquellos que no rinden cuentas.

jueves, 6 de mayo de 2021

LA GRAN EMPRESA II

 

Oficialmente, toda clase de vida humana comienza tan pronto se produce el nacimiento de una persona. Esta, se inscribe en el Registro Civil, dando comienzo al devenir activo e inactivo de la misma y, desde ese instante, queda anotada fecha, lugar, nombre y otros datos relativos al ser vivo recién nacido.

En un imaginario contable, que denominaremos Balance Vital, LA GRAN EMPRESA (nuestro Estado social y público dedicado a proporcionar igualdad de oportunidades a sus ciudadanos con los posibles y mejores servicios y productos) prestará al nacido, como primera partida, x unidades de valor (igual para todos), suficientes para el desarrollo de su vida.

Supongamos la cifra de1.000.000 de euros, derechos, puntos…, que cada uno de nosotros tendremos en nuestro Activo Vital… Supongamos también, que LA GRAN EMPRESA (nuestra sociedad) contará con un índice de productos y servicios con sus costes correspondientes. Un catalogo de actividades funcionariales como la seguridad, la sanidad, la educación, la política, la justicia, la gestión administrativa… que se contrarrestarán con el pago de impuestos, el voluntariado, las donaciones altruistas… La cifra, pues, de cada cual irá disminuyendo con la valoración de los productos y servicios que el mismo reciba de LA GRAN EMPRESA e irá aumentando con las contribuciones que aporte y el pago de impuestos que realice.  Su contabilidad acabará cuando finalice su vida y el resultado, sea cual sea, puede servir para orientar a LA GRAN EMPRESA a equilibrar las funciones económicas de los ciudadanos españoles y poder ser más ecuánime a la hora de legislar sobre herencias, jubilaciones y otras de índole arbitrario, así como resarcirse o cobrar los recursos prestados o proporcionados a ciudadanos extranjeros, en régimen de reciprocidad.

Año tras año se irán regularizando cuentas con sus resultados. Se supone que en la infancia, en la juventud y en la adolescencia (hasta los 25 años) estos serán  negativos y que, con seguridad, se irán compensando en la adultez (hasta los 72 años), hasta conseguir el equilibrio que finalice con el devenir, hasta ahora, jamás precisado.

Servirá también para valorar cada una de las partidas manejadas, por ejemplo, por la Sanidad Pública, asignando un valor dinerario a cada uno de sus servicios. Así, esta, será creadora  de riqueza  y no, como actualmente, generadora de gastos. Lo mismo se hará con la Escuela Pública (acreedora de un precio que no se le reconoce) las guarderías, colegios, universidades y un sinfín de asistentes más: las Artes y las Ciencias, la Tecnología y los Servicios Públicos, las Instituciones, Empresas públicas o Entes como el Ejército, la Fuerzas de Orden Público, la Clase Política, Judicial  y demás productos y servicios universales y  gratuitos para los contribuyentes, aunque costeados por LA GRAN EMPRESA con los impuestos recaudados o el déficit producido. Todo ello se cuantificará, en base al valor que se establezca, para que, individual y anualmente, se pueda conocer un detallado Balance Vital de cada habitante y de las partidas utilizadas. Sus saldos nos darán idea de la conveniencia e idoneidad de su uso y provecho por parte de los beneficiarios.

Capítulos aparte merecerán el Sistema Fiscal y el relativo al Mundo Laboral y Empresarial. De hecho los desarrollaremos hablando de los mismos y, en especial, de la ocupación, la contratación de todos los parados por parte de LA GRAN EMPRESA a fin de lograr el Pleno Empleo y Evitar la Pobreza. Dos retos que, si nos lo proponemos, dejarán de considerarse imposibles.