lunes, 29 de mayo de 2023

LIBERTAD

“El fin justifica los medios". "Ser o no ser, esa es la cuestión”. La libertad, después de la vida, es el derecho más importante del hombre. ¿Qué objetividad hay en cada una de las tres citas anteriores?

Difícilmente hallaremos libertad y objetividad en estado puro. Son esencias volátiles, efluvios pasajeros, diamantes sin tallar. Nadie, absolutamente nadie, es libre ni objetivo. Infinidad de condicionantes (intereses, obligaciones…) lo impiden desde que nacemos, manteniendo una mente vacía hasta que el hombre tapa con la muerte su desnudez. Una simple palabra nos predispone a pensar (imaginar, dudar, sentir) e, incluso, a actuar de determinada manera constriñendo la imparcialidad y el libre albedrio con hipótesis o suposiciones, especialmente, cuando la información o el conocimiento son insuficientes.

Durante las dictaduras, porque alimentan en la población un sentimiento de miedo a base de imponer un acatamiento a leyes injustas, emitidas arbitrariamente por un poder único, y donde  la miseria y la pobreza se ocultan (o están ausentes), al representar una lacra que desean evitar. No obstante, cientos de hechos delictivos se realizan aunque estén prohibidos, y las injusticias, las inmoralidades y otras muchas conductas deleznables se manifiestan continuamente condicionando libertades y objetividades.

Esto último se da en democracia también, ya que la libertad no solo consiste en hacer lo que uno quiera sino ejercerla respetando la decisión mayoritaria de la población, aunque se considere ilícita o indebida, subjetivamente. Por tanto, la libertad ha de pulirse, seleccionarse, dirigirse, regularse…en base al bien común y general; ya sea imponiendo vetos individuales (por  fumar, no ponerse el cinturón en los coches, mascarillas…) o, evitando los bulos, promesas e improperios que perturben la libre decisión personal.

Existen además otras circunstancias en las que la gente es incapaz de desasirse de compromisos sociales, laborales, económicos…que condicionan la libertad. Ni qué decir de las sectas, asociaciones, religiones o ciertos regímenes políticos que dominan la vida de cada cual, inmiscuyéndose en su libre albedrio por mucho que su independiente pensamiento (si es que lo es) comprenda que no todas las citadas pueden ser autenticas. Tal vez su religión no sea la verdadera y su dios, si solo hay uno, tampoco lo sea.

La Libertad es el mayor bien que el hombre puede poseer. Sin embargo, la pura libertad es una entelequia, una ilusión, la sublime idea que nos asiste para confortarnos. ¡Qué nadie con ella -¡esa es la cuestión!- trate de engañarnos.