sábado, 18 de febrero de 2023

F R A S E S

 

Lo que sabemos realmente no nos puede hacer daño. Tendemos a aprender lo preciso, no lo general. Compramos un libro porque otros lo compran. El futuro será cada vez menos predecible.

Hablar es barato, pero puede resultar extremadamente caro.  

Al que es tonto, tonto tonto, se le nota en la mirada y al falso, con mala sangre, no le acierta la jugada ni su puñetera madre. Ya los conocéis, pero hoy os lo recuerdo.

Si tienes sangre de obrero no votes al capital, mientras manden los banqueros, habrá hambre y no habrá paz, ni aquí ni en el mundo entero.

El fracaso no existe sino en el corazón de quien lo siente. El éxito, sin embargo, se lo apropia el narcisista y el envidioso, aunque ambos ignoren que es efímero como la pasión o, como el trueno y relámpago de una tormenta.

La excitación del grupo anula al individuo, el miedo a la autoridad y la sensación de peligro.

Aprende de memoria estas siglas A M P. Quieren decir Actitud Mental Positiva. Cuando te sientas triste, cuando la ansiedad te pueda, cuando quieras pasarlo bien, cuando pretendas superarte, cuando quieras triunfar… recuerda: A M P

Si anulas tus sentidos, no verás, ni oirás, ni olerás, ni palparás, ni saborearás y, en ese caso, ¿gozarás o sufrirás? Una imagen, por ejemplo, te podrá hacer vomitar o tener pesadillas. El olor de un animal quemado o el aullido de un gato pueden marcarte para siempre; la suave piel que acaricias o el dulce sabor a nata y chocolate te vuelve loco; sin embargo, cuando alcanzas el clímax en un orgasmo el placer es tan grande que se nublan los sentidos. Hasta que eso llega, el camino que recorres es sumamente intenso y agradable, por tanto, ¿con qué te quedas?: ¿con los sentidos agresivos del sendero o con la felicidad final a la que se llega?

La sencilla satisfacción del rico, que a todas horas piensa que lo es, presume que no carecerá jamás de nada ignorando que todo tiene un final.

Ojo al corazón y al pericardio que lo envuelve. Este, cataliza las emociones y protege al primero; ambos se paran cuando morimos. No lo olvides y toma conciencia de ello. Procura, pues, evitar el miedo que es el peor enemigo que tenemos. Confía en ti mismo. Se alegre. Toma aire, respira lentamente y, sobre todo, recupera la vitalidad que es la energía de la vida.

“Las religiones son un insulto a la dignidad humana”, así como el amor propio es un estafador que nunca abandona a su víctima.

viernes, 3 de febrero de 2023

CON DIGNIDAD Y RESPETO

 

Me considero un ser afortunado por haber nacido en España. Reconozco, no obstante, que eso  responde a un hecho casual, toda vez que mi madre podía haberme parido en otro lugar, del cual, posiblemente, me sentiría igual de orgulloso. Lo cierto, es que me alegro y me jacto de ser lo que soy: español. Un español criado y adoctrinado con una educación silenciosa y única en la “democracia orgánica” de Franco. Un español que está convencido de que España no “se rompe (*), salvo fenómeno geológico de naturaleza extraordinaria que lo provoque, ni desaparecerá por mucho que les pese a una buena parte de compatriotas que lo vienen vaticinando. Estos, afirman igualmente que, excepto ellos y los de su cuerda, los demás somos ocupas, ladrones y asesinos, cuando no golpistas, anormales y subvencionados que tratamos de imponer un  pensamiento único (1) de izquierdas, ignorando el refrán que dice: “piensa el ladrón que todos son de su condición”.

No consigo entender ese ego empecinado que mantienen por el apego a un orden franquista, el rechazo a la democracia actual y la ignorancia de la historia. Cada uno de los españoles, igual que el relieve, el clima y el paisaje de los territorios de España, somos diferentes y, para mí, eso es una gran virtud. Una diversidad que nos enriquece y nos beneficia. Distintos puntos de vista de una misma realidad que la razón, el sentido común y el reconocimiento social así nos lo demuestra. Alejémonos, pues, de dogmas; utilicemos la libertad de expresión; opinemos y critiquemos, en especial al poder, pero todo ello hagámoslo con dignidad y respeto.

¿Qué credibilidad nos pueden merecer quienes insultan, despotrican, se alegran de que España vaya de mal en peor sin, ni siquiera, aportar solución alguna? ¿Qué confianza nos pueden inspirar aquellos que recurren a la violencia, a la fuerza, para imponer sus leyes?

De poco sirve airear pendones, himnos o banderas nacionales (que son de todos) cuando por un determinado grupo, asociación o partido reivindica un asunto o malestar particular. De nada sirve los nacionalismos cuando cada uno de nosotros somos de diferentes camadas y pueblos. Menos, todavía, ser más patriota que nadie, si todo nos fue inculcado. Además, como la generación espontanea no existe, para cuanto nos propongamos (que encontraremos sobrados motivos) los demás, seguramente, tendrán otros e, incluso, opuestos. Un mundo de hechos e ideas en una democracia, necesariamente nos obliga a ponernos de acuerdo y someternos al criterio de la mayoría, nos guste o no,  arbitrando formulas de consenso o puntos de encuentro que no convencerán en su totalidad a ninguna de las partes.

(*) Ya que todos los españoles hemos contribuido a formar España, se me ocurre pensar la conveniencia de un  refrendo a nivel nacional, para decidir se independice o no tal o cual sitio, una vez, la amplia mayoría de la gente nacida en ese lugar, en sus tres cuartas partes, así lo soliciten al resto de españoles. Nada de guerras, presiones o castigos. La regulación se ha de imponer siempre.

(1) Pensamiento único es el establecido por las creencias y religiones, aprovechadas por infinidad de gobernantes, que nos han tocado en suerte. En nuestro caso, fue la religión Católica, Apostólica y Romana, hoy convertida en un gran negocio, la que nos impuso tradiciones y costumbres, hábitos y conductas, santos y dogmas, adquiridos desde nuestra infancia de forma silenciosa y de difícil erradicación, que ya perduran mil y pico años determinando nuestra forma de ser, identidad e idiosincrasia, de la que gozamos o sufrimos, según se mire.