jueves, 6 de mayo de 2021

LA GRAN EMPRESA II

 

Oficialmente, toda clase de vida humana comienza tan pronto se produce el nacimiento de una persona. Esta, se inscribe en el Registro Civil, dando comienzo al devenir activo e inactivo de la misma y, desde ese instante, queda anotada fecha, lugar, nombre y otros datos relativos al ser vivo recién nacido.

En un imaginario contable, que denominaremos Balance Vital, LA GRAN EMPRESA (nuestro Estado social y público dedicado a proporcionar igualdad de oportunidades a sus ciudadanos con los posibles y mejores servicios y productos) prestará al nacido, como primera partida, x unidades de valor (igual para todos), suficientes para el desarrollo de su vida.

Supongamos la cifra de1.000.000 de euros, derechos, puntos…, que cada uno de nosotros tendremos en nuestro Activo Vital… Supongamos también, que LA GRAN EMPRESA (nuestra sociedad) contará con un índice de productos y servicios con sus costes correspondientes. Un catalogo de actividades funcionariales como la seguridad, la sanidad, la educación, la política, la justicia, la gestión administrativa… que se contrarrestarán con el pago de impuestos, el voluntariado, las donaciones altruistas… La cifra, pues, de cada cual irá disminuyendo con la valoración de los productos y servicios que el mismo reciba de LA GRAN EMPRESA e irá aumentando con las contribuciones que aporte y el pago de impuestos que realice.  Su contabilidad acabará cuando finalice su vida y el resultado, sea cual sea, puede servir para orientar a LA GRAN EMPRESA a equilibrar las funciones económicas de los ciudadanos españoles y poder ser más ecuánime a la hora de legislar sobre herencias, jubilaciones y otras de índole arbitrario, así como resarcirse o cobrar los recursos prestados o proporcionados a ciudadanos extranjeros, en régimen de reciprocidad.

Año tras año se irán regularizando cuentas con sus resultados. Se supone que en la infancia, en la juventud y en la adolescencia (hasta los 25 años) estos serán  negativos y que, con seguridad, se irán compensando en la adultez (hasta los 72 años), hasta conseguir el equilibrio que finalice con el devenir, hasta ahora, jamás precisado.

Servirá también para valorar cada una de las partidas manejadas, por ejemplo, por la Sanidad Pública, asignando un valor dinerario a cada uno de sus servicios. Así, esta, será creadora  de riqueza  y no, como actualmente, generadora de gastos. Lo mismo se hará con la Escuela Pública (acreedora de un precio que no se le reconoce) las guarderías, colegios, universidades y un sinfín de asistentes más: las Artes y las Ciencias, la Tecnología y los Servicios Públicos, las Instituciones, Empresas públicas o Entes como el Ejército, la Fuerzas de Orden Público, la Clase Política, Judicial  y demás productos y servicios universales y  gratuitos para los contribuyentes, aunque costeados por LA GRAN EMPRESA con los impuestos recaudados o el déficit producido. Todo ello se cuantificará, en base al valor que se establezca, para que, individual y anualmente, se pueda conocer un detallado Balance Vital de cada habitante y de las partidas utilizadas. Sus saldos nos darán idea de la conveniencia e idoneidad de su uso y provecho por parte de los beneficiarios.

Capítulos aparte merecerán el Sistema Fiscal y el relativo al Mundo Laboral y Empresarial. De hecho los desarrollaremos hablando de los mismos y, en especial, de la ocupación, la contratación de todos los parados por parte de LA GRAN EMPRESA a fin de lograr el Pleno Empleo y Evitar la Pobreza. Dos retos que, si nos lo proponemos, dejarán de considerarse imposibles.

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