domingo, 31 de agosto de 2025

UNA CUESTIÓN PARTICULAR

 

Hoy, si cabe, estoy más convencido que nunca de poder afirmar que tanto lo público como lo privado son compatibles con la mayor parte de la actividad social que desarrollamos. En económica, compitiendo; en política, aunando voluntades; en otras, como la seguridad, la educación, la sanidad y el cobijo, lo público ha de ser la excelencia; ni que decir de la justicia y la igualdad de oportunidades.

Trataré de explicarme.

Bajo la idea de ánimo de lucro funcionan las entidades privadas basándose en la oferta y la demanda, aunque éstas, por si solas, no se armonicen el mercado existiendo, como existen, poderes ocultos y sigilosos, oligárquicos e interesados, delictivos y ... No obstante, bienvenida sea la libre competencia, el respeto por las ideas personales, la toma de decisiones, el emprendimiento, las ganancias y otras cuestiones de carácter lícito.

Por el bien común de todos, lo público ha de equilibrar y regular el fiel de la balanza de aquello que lo privado no nivela, o tarda en hacerlo, o no es de su competencia; en especial las necesidades imprescindibles para la vida de los seres vivos como ya hemos citado: sanidad, educación, seguridad, alimentación, vivienda y otros indispensables para que los valores humanos, sus derechos y obligaciones funcionen correctamente, pues son tan esenciales como la libertad y el respeto, la responsabilidad e igualdad de oportunidades, la cooperación y el bienestar, el desempeño de las leyes y otros.

Lo público, tengámoslo en cuenta, es de todos. Lo privado es de uno o de unos pocos. Ni mejor ni peor. No cabe insuflar o desinflar, prestigiar o desprestigiar lo uno o lo otro, ambas cuestiones son ponderables por lo que, cada cual, con su criterio, abogará por su interés personal y/o general, determinando sus preferencias sin que para ello deba emplear la violencia, el engaño u otras prácticas indecentes.

Socialmente, en política y economía, respetando la democracia, se deberá ir dando pasos para igualar derechos y obligaciones en todos los sentidos. ¿Cómo? Habilitando consultas por nuestros representantes políticos donde los representados pudiéramos aportar ideas y sugerencias, preguntas y quejas u otras cuestiones que respondan a asuntos como los que siguen o parecidos:

a)       ¿Todos los españoles somos iguales ante la ley?

b)       ¿Se podrían unificar los diferentes tribunales existentes en uno solo?

c)  ¿Por qué no eliminar cargos, títulos, prebendas, aforamientos, privilegios… y revisar injusticias cometidas y resarcirlas, si es el caso?

d)   ¿Por qué no efectuar consultas a la gente sobre temas decisivos y, con la mayoría de las respuestas, confeccionar un programa para que se lleve a cabo por el Gobierno del Estado, las Autonomías, los Municipios?

Recordemos que, ¡nuestros gobernantes han de saberlo! el mercado y las rentas en manos de plataformas digitales y en los más ricos y/o poderosos respectivamente, no aseguran ni nuestro bienestar ni nuestra continuidad. La riqueza ha de distribuirse limitando herencias y repartiendo dividendos por igual entre el capital y el trabajo, pues las actuales diferencias económicas, tan abismales, nos conducirán a una época feudal, eso sí, con tecnología de la que antes se carecía o, como diría Yanis Varoufakis, nos han llevado al Tecno-Feudalismo.  

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