martes, 1 de mayo de 2012

DINERO SOCIAL


Ya en anteriores entradas cité que nuestro primer enemigo era el paro (una cuestión de Estado) y sugerí algunas formulas de cómo obtener dinero para comenzar a paliarlo. Hablé que cada español diéramos una aportación y que se nos descontara un porcentaje simbólico de cada nómina. Que el Gobierno iniciara una campaña de ayuda en tal sentido; eliminara la cruz de la renta a favor de la iglesia u otros terceros, supliéndola en beneficio de los desempleados, y terminara con los dispendios, ayudas sin sentido, gastos superfluos, derroches, delitos, duplicidad de cargos, subsidios, subvenciones, etc. [1] y que toda ayuda es poca y bienvenida sea. Hoy añadimos incrementar (o crear), un par de euros, las loterías, juegos de azar, tabaco, bebidas y demás consumo yermo.
Apunté, que a la cabeza de la iniciativa por el trabajo debe de estar el Gobierno sin escatimar esfuerzo alguno, hasta lograr el pleno empleo. Y, si éste no se consigue, que los desempleados no se hallen abandonados a su suerte y se sumen al Plan ocupacional (propuesto en la entrada anterior) para sentirse útiles y poder alimentarse con los suyos. Tal vez mañana, sean los que tengan que solidarizarse con otros que lo precisen.
Sí. Es mucho el dinero necesario para cubrir tal contingencia, pero bastante menos de los que se puede obtener. Además de los ya mencionados, reparemos en otras medidas:
1) El Apagón económico (descrito en el P.C.O.) instando al aplazamiento de la Deuda soberana y su extinción y otras minucias que parecen no considerarse.
2) Utilizar otros medios de cambio (trueque) que un Gobierno, en un Estado de derecho, puede utilizar y, máxime, en tan critica situación. Me refiero a retribuir con Efectos a pagar a toda persona que acuda a trabajar, conforme al Plan ocupacional citado.
Tales Efectos a pagar (Dinero Social) serán a la vista, con una caducidad o plazo a veinte años (por ejemplo), por cifras redondas y al portador. Emitidos por el Banco central para el territorio nacional, pasando a formar parte de la circulación fiduciaria del sistema. Su vigilancia (canje antes del vencimiento, etc.) dependerá del Ejecutivo y, en su caso, podrá limitarse su uso en varias direcciones: a) No serán aceptados (menos aún descontados) por el sistema bancario y/o  b) De exclusiva utilización para bienes necesarios de consumo. Se conseguirá, desde un punto de vista tributario, limitar rentas, contener la sangría de la huída de capitales,  permitir recortes selectivos y otros.  
Esto no supone dejar de estudiar convenientemente: Uno.- Importe del salario de supervivencia con qué compensar a los parados que se ocupen. Dos.- Servirá para que determinada gente, siendo útil, pueda  ganarse la vida  honradamente. Tres.- El dinero social será el arma necesaria, temporal, a un plazo posible de amortización, para ganar la batalla al desempleo. Cuatro.- Evitará paro camuflado y empresarios desaprensivos. Cinco.- Las personas no estarán al amparo de la caridad (que debe ser ciega e impartir ayuda indiscriminadamente) sino del Estado del que forman parte. Seis.- Se reconocerá que el valor del esfuerzo funciona: No a holgazanes, cuentistas, enfermos o drogadictos. Siete.- Se cumplirá con parte de la Constitución, sin que se coaccione la libertad de aquellos que quieran otra clase de vida. Ocho.- Las iniciativas de crear nuevas empresas, aprender nuevos oficios, surgirán más fácil, espontáneamente, debido a la unión de ideas y mejoras por conseguir. Nueve.- Los empresarios optarán por colocar a los mejor preparados (legalmente). Diez.- La Administración puede ser el perfecto regulador del mercado laboral, en el cual no se han de permitir especulaciones, abusos,  intimidaciones, chantajes, enchufes o prebendas. Once.- Aumentará el consumo interior.



[1] Me refiero, salvo excepciones, y por supuesto, a toda clase de privilegios para la Monarquía, Iglesias, Partidos políticos y Sindicatos (de los que me ocuparé en otra ocasión), Deportes, Toros, Televisiones, Cocinas, Cine, Profesores de religión, Fundaciones, Grandes empresas y demás personas que los ostenten; verbigracia, los políticos: sus sueldos, complementos, pagos de impuestos, actividades extras, dietas, comidas, viajes, automóviles, escoltas, regalos, descontrol, irresponsabilidad, enchufes, descontrol, complementos, planes de pensiones, seguros de vida, empleo, dobles retribuciones, etc.. 

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