martes, 30 de julio de 2019

Savia nueva y experiencia


Hace unos días, una mayoría de españoles se entristecieron al ver cómo dos políticos (Iglesias y Sánchez) no se ponían de acuerdo para gobernar España. Entrambos, desde una posición social de progreso, podían haber beneficiado a la gente menos favorecida. A una clase menesterosa y  media (esta a punto de desaparecer) que siempre son los paganos de las facturas de las crisis económicas que ellos no provocan y más todavía, a raíz de las radicales medidas tomadas por el gobierno anterior que dejó numerosos muertos en el camino creando más ricos y más pobres que nunca, al contrario de lo que sería razonable para que las diferencias económicas cada vez fueran menos acusadas: Se esfuma, pues, la idea de favorecer a los más necesitados para que básicamente puedan vivir. Ni siquiera será menester ensayar con los que más tienen, a ver cómo responden si han de ceder una mínima parte, que en poco puede afectarles.

Hace unos días, cada uno de los líderes políticos en el Congreso de los diputados se esforzó por tratar de impresionar a los españoles con sus discursos responsabilizando al otro sin asumir ellos parte alguna de culpa, atacando a los demás, celebrando sus aciertos y proezas, pero ninguno se refirió a cómo se suben sus sueldos, conservan sus pagas y privilegios, mienten y engañan, se sienten impunes y beligerantes con insultos, descalificaciones e incitando al odio. Y nada, por supuesto, de las contradicciones en las que, de continuo, se ven envueltos, de las promesas que incumplen, de los gastos que originan.

¿Para cuándo disminuir asesores, cargos a dedo, enchufados y correveidile de los partidos? ¿Para cuándo eliminar instituciones obsoletas, duplicadas o vacías de contenido o, en su caso, facultarlas de actividad productiva? Senado, Diputaciones, Tribunal de cuentas, Empresas paraestatales, Consorcios y otros organismos a cargo de los impuestos de los españoles. ¿Para cuándo innovar la Constitución que, parte de su contenido, deje de ser una aspiración o simple ficción para que todo su articulado se cumpla?

Señor Iglesias reflexione el porqué se está quedando solo en el camino que iniciaron un Quince M. y le indico: Ignoró que más vale pájaro en mano que no ciento volando y despreció la ocasión que ha tenido de demostrar su valía (cosa que hizo echándose a un lado)  no apoyando a Sánchez. No obstante, aún está a tiempo y no defraudar a tanta gente. Sea generoso con los suyos aunque no obtenga nada a cambio, demuestre su inteligencia elevando sus dotes de estadista y no permita que los conservadores tengan la posibilidad de gobernar. Eso sería cavar su tumba y multiplicar las existentes suspicacias por las que de usted desconfían.

Señor Sánchez, su cerrazón no siempre le va a salir bien. El señor Iglesias (Podemos) y la oposición le están pagando con su propia moneda. Usted es el responsable. No  eluda su obligación culpando a los demás de lo que usted siempre ha hecho: mantenerse en una postura que precisamente no hace amigos y, menos aún, cuando unas veces dice unas cosas y, en ocasiones,  las contrarias. Y, por favor, sin ánimo ahora de recriminarle, no prometa lo que no es capaz de cumplir. Entérese de que el egoísmo o los principios a los que muchas veces alude, no son inmutables: nada es para siempre. No defraude a los suyos permitiendo unas nuevas elecciones y olvídese de las encuestas.

Señores: demuestren ambos que son capaces de compartir. Los conservadores son más pragmáticos que ustedes y ejecutarán aquello, no lo duden, de que al enemigo ni agua.

La fuerza de savia nueva suple la experiencia, a veces, marchita; a veces, ineficaz.

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