viernes, 1 de enero de 2016

UN BUEN 2016

PAZ Y FELICIDAD EN 2016 PARA TODOS LOS HOMBRES HONRADOS
Con el deseo de que los pobres, que somos más en La Tierra, no seamos idiotas y que de ellos no se aprovechen los listos, comienza el año y mi mayor aspiración.
Mi primer anhelo será para que seamos conscientes de que hemos de educarnos, cultivarnos y estar informados, cueste lo que cueste. Que no hagamos el primo lamiendo el culo a los ricos.
¿Qué algún pobre quiere hacerlo? Allá él, pero no hay hambre en el mundo que lo merezca.
Ansío, en segundo lugar, mandar al carajo a las Monarquías, a las Iglesias, a los poderes y a cuantos no dejan de reírse de la pobreza desde su posición más absolutista. Gracias a ella hacen sus campañas de caridad falsa que nadie merece, porque para nada sería necesaria si los bienes y dones existentes estuvieran medianamente repartidos entre todos los hombres.
Cabe destacar, en este comienzo de año, que suspiro por mantear y de palos llenar a los chorizos que se lo llevan crudo; a los políticos, empresarios, famosos y demás getas que estorbando, ni dimiten ni se van a sus casas. A la gente de arriba que hacen daño: ignorantes, vanidosos, capullos que no saben que la pobreza ni se pega ni se transmite como una enfermedad, pero que en ellos puede aparecer de improviso como surge una catástrofe
Avisemos por último a los de arriba que son crueles y hacen daño, que comprendan que parte de mis ambiciones pueden hacerse realidad, si algunos de los partidos nuevos en España se unen para poner en marcha dignamente sólo algunas de sus anunciadas políticas: poner la economía al servicio de los hombres, remediar a los pobres lo imprescindible, evitar las prebendas y privilegios de unos pocos, cortar radicalmente los lazos con que se unen los poderes que nos sustentan, aligerar de gastos superfluo y tantos chocolates del loro, dejando atrás lo que les separa.
Les puede ayudar la lectura del compendio 5 Fórmulas para el bienestar de España.
 “Los seres humanos somos víctimas de una asimetría en la percepción de los sucesos aleatorios. Atribuimos nuestros éxitos a nuestras destrezas y nuestros fracasos a sucesos externos que no controlamos, concretamente a la aleatoriedad. Nos sentimos responsables de todo lo bueno, pero no de lo malo”.
Para esto último que, a toro pasado, siempre tenemos justificación, un llamamiento final a los diputados recientemente elegidos: no dejad pasar la ocasión política que brinda el momento actual para otra coyuntura, las circunstancias son propicias si se olvidan egoísmos personales u objetivos imposibles.
Nada existe que los hombres no puedan conseguir, sólo depende de las personas honradas. Juntos se creará una tierra diferente, aislando a mandatarios, obispos, empresarios y demás gentuza corrupta, desgraciados y miserables ladrones que merecen cárceles de terrones de barro ni no de azúcar como ahora para ellos se construyen. 

Un buen 2016.

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