jueves, 9 de junio de 2016

PODEMOS GANARÁ

Todo cambia y es inestable e inseguro. Nada permanece igual y nadie vive que pueda augurar lo que sucederá; sólo el tiempo inexorable perdura por mucha fe que se tenga en el futuro o se vomite raudales de confianza en un más allá o en una tecnología que pueda reunirnos.

Con los pies firmes en nuestra España podemos asegurar que, entre pasos hacia adelante y pasos hacia atrás, nunca vivimos mejor que ahora. Reyes, caciques y poderosos del pasado, crueles, déspotas o virtuosos de nuestra historia, omitían el empleo de los medios básicos a su alcance para el desarrollo elemental del que hoy disfrutamos. No comían, ni se lavaban, ni defecaban adecuadamente arriesgando la salud que a muchos no respetó pese a su vigorosa edad. Tampoco otros estamentos influyentes  (religiosos, militares, académicos, artesanales) pudieron gozar de las asombrosas tecnologías de hoy. Esperamos que mañana se pueda decir lo mismo de nosotros, si bien, que la causa no sea la ignorancia de la que acusamos a aquéllos, nuestros antecesores. Son muchos, sin embargo, los que hoy nos gobiernan empleando fórmulas, como aquéllos, fustigando al miedo y manteniendo al pueblo en la oscuridad.

La gente no hemos de resignarnos,  ni acatar por norma lo que se nos promete. Que nadie arrebate nuestra decisión y, peor aún, sospechando que mienten por conseguir sus objetivos.

El Partido Popular desde que gobierna ha logrado hacer tantos independentistas en Cataluña  como votos, ahora en campaña, proporcionará a Podemos, instigando al miedo. A éstos los asedia y denigra advirtiendo que si ganan llegará la hecatombe, el día del juicio final. Y los tilda de populistas cuando, además de lo Popular de su nombre, no hay nada más populista que prometer una bajada de impuestos para hacerse con el Gobierno como hicieron, para luego realizar lo contrario. Ellos saben, que lo verdaderamente importante es lo que la gente cree, su última impresión, y nos bombardean para repetir el triunfo con el mismo argumento: “que viene el coco” (asustándonos como a niños), “bajaremos los impuestos” (tratando de engañarnos como a pardillos), “con nosotros hay estabilidad” (cuando eso, como se dijo al principio, ni existe ni nadie puede asegurarlo).

El Partido socialista obrero español se mueve en la indefinición como siempre hizo, como siempre fue. El propio González se alzó al poder con la promesa de no a la OTAN y Pedro, el candidato, dejó la posibilidad excepcional de ser Presidente del Gobierno atacando a Podemos igualmente. El cambio del que alardean está agotado como el maná del pueblo elegido.

Ciudadanos no defrauda, ni convence, a medias tintas con lo que la gente no entiende. No es tiempo todavía para moderadas conductas que al bueno lo hacen tonto y de astuto al ladrón.

Podemos ganará. Criticado por todos, pero poseedor de un mensaje y objetivo claro: gobernar. Representa la indignación popular sin achantarse ante la mala fe de infundados voceros que lo elevan al contrario de lo que pretenden. Echo en falta, sin embargo, que no se atrevan a quitar el paro de una vez (que sí se puede), algo que, en numerosas ocasiones, hemos aclarado. Que no anulen el dinero físico (dejando a lo sumo la calderilla) y sirva de eficaz medio contra la corrupción. Que no copien algunas cosas más de este blog o de la novela de ficción Escape.

Podemos ganará, sin duda.

Sueño (y por ello clamo) que ningún partido obtenga jamás la mayoría. Que no hagan impune lo que les dé la gana como han hecho los dos partidos que, hasta ahora, nos han gobernado.


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