La Gaceta Nacional, en su
última edición, informa que tan pronto
cambie el Gobierno actual y, en su caso, éste sea del PP (a fin de continuar la
alternativa entre los dos partidos de siempre), los españoles, al entrar en
algún organismo público (escuela, juzgado, sanatorio…) o casa privada que se
precie, en vez de saludar como en la época de Franco con las voces de “Ave
María Purísima” y responder “Sin pecado concebida”, deberán, en voz alta,
decir: “Viva el Rey” para siempre ser contestados con: “Viva”. Eso sí. No será
necesario saludar con el brazo en alto, ni mantener adherido a la pared ningún cuadro con su esfinge o
imagen.
La misma Gaceta nos avanza que, a
partir del año próximo, ningún español deberá darse de alta en los canales
privados de televisión. Al contrario, habrá de rescindir o no renovar sus
contratos, a fin de preservarse de enfermedades físicas y psíquicas que los
canales de pago producen. Se han detectado numerosos dolores de cabeza, perturbaciones
y otras anomalías, principalmente, de carácter crematístico (incluso ictus, anginas de pecho, trombosis, cuando no la
muerte) causadas en el seno familiar por un tóxico, hasta la fecha desconocido,
pero atribuible al importe de las facturas mensuales a pagar. Se ha formado una
plataforma en defensa de los consumidores afectados y de aquellos que aun están
a tiempo de evitar las pandemias de miseria, imbecilidad y tontuna que dichas cadenas
de televisión provocan. Se trata de dar al traste con tanto camelo para que se
potencie la TVE que ya pagamos todos.
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El Diario Miscelánea, en su
página de Interés Nacional, anuncia que desde primeros de Enero del próximo año,
todo rico o con medios económicos suficientes, podrá independizarse de la
comunidad donde resida. Él interesado, se hará cargo de los gastos que le
correspondan, siempre y cuando le convenga, acogiéndose al derecho a decidir
que le asiste. La Comunidad podrá imponerle sanciones administrativas tales
como la de no ostentar cargo alguno en la Junta Directiva, o no tener derecho a
voto en las asambleas, pero el impago de su cuota, que en nada le perjudica,
será prorrateado entre todos vecinos pobres, que para eso lo son.
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El Semanario La Verdad de Calatañazor,
en su número 13457 de la primera semana de Diciembre, nos informará que el Poder
político no manda: algo hasta la fecha nunca visto. Que quien manda es el Poder
del dinero: algo sumamente novedoso. El rico capitalista (empresario,
terrateniente, religioso) que tiene a su cargo al cura, al gobernante, al
cacique…, mandará, en base a su interés, lo que tienen que hacer; de tal forma
que “la sociedad del miedo y la sociedad del odio se promoverán y enriquecerán
mutuamente” y la “amabilidad que signifique libertad o reconciliación” quede
rota. Afirmaciones que suscitan preguntarnos el porqué.
El citado Semanario habla de que “quien
no tiene dinero no tiene nada, ni identidad, ni seguridad”. Y que “lo único que
por sí mismo puede forzar a instaurar la paz es el poder del dinero” o la
ausencia de él, ¿no? (todos pobres); ya que “es irracional aquel sistema que
solo domina el espíritu comercial y el poder del dinero: éste no defiende
valores universales como la dignidad humana”,
pero, eso sí, los compra.
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