Entre jugar a no perder o jugar a ganar, hay una
profunda diferencia. Algo similar ocurre entre ser empleado público o privado. Será
cuestión de análisis y obrar en consecuencia: Seguridad y dependencia. Riesgo y
rentabilidad. ¿Se debería tender a que ambos empleos fueran lo más equiparables
posible?
España es, según nuestra Constitución, en su
artículo primero, un Estado social y democrático de Derecho, que propugna la
libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político…
Es cuestión vital, por consiguiente, que la
población alcance o se aproxime a los valores citados. Por ellos, velará LA
GRAN EMPRESA, con estabilidad y respeto, proporcionándoselos a todos los
ciudadanos con:
-
Unos derechos a la vida con los que acceder a la igualdad ante la ley
y de oportunidades; a la libertad de expresión y de reunión; a la propiedad y…
- Un trabajo digno que les permita ganarse la vida y gozar de un
domicilio inviolable donde residir y refugiarse.
-
Una sanidad y educación de calidad, universal y gratuita.
En España se podrá saber al detalle si “hay (o no) pan para tanto chorizo” y
desatascar cualquier desacuerdo político que afecte a la ciudadanía, con el
simple hecho de privar de sus sueldos y prestaciones a las tres personas
responsables y/o a las entidades que los originen, hasta que el acuerdo se
alcance.
Modificar, actualizar, cumplir LA CONSTITUCIÓN
que nos hemos dado, vigilando que la avaricia individual no malogre el bien
general a través de un Despido Libre, por ejemplo, que, como otras cosas, se
puede arbitrar en la Carta Magna (no inmutable) en defensa de intereses
empresariales legítimos.
Que los que se arrogan estar por encima del mal y
del bien; los no llamados al orden cuando incumplen las normas de juego establecidas;
los que esquivan sus obligaciones de ciudadano (políticos, aforados, artistas, nobles,
clero y…) no son dignos de formar parte de un país libre y democrático. Son
muchos los que se llenan la boca de patriotismo y aluden a la libertad, a la
bandera, a su honor, cuando su única Patria la tienen en sus propios intereses.
Son peces grandes que se comen al chico denigrando la pobreza y con capacidad
de vilipendiar, matar y arruinar a su país si no se siguen sus consignas o caprichos.
¿Por qué no cuestionar las ayudas públicas a Iglesias, O.N.Gs., a particulares, sin antes potenciar
el conocimiento, la educación y el respeto a todos los niveles?
No hay comentarios:
Publicar un comentario