miércoles, 27 de abril de 2016

SOBERANÍA: CUESTIÓN DE TIEMPO

Son muchas cosas las que nos unen a la gente de los pueblos europeos (proximidad, cultura, religión, costumbres, moneda, modelo democrático, instituciones, derechos humanos,…) para poder hacer de Europa una nación de naciones con plena soberanía sobre el conjunto de todas ellas. Para ello, nos falta, sin embargo, lo más importante que ya se intentó: la Unión política. Un poder real con un Gobierno real que pueda dirigir y estar por encima de los poderes políticos de las naciones que, a través de sus ciudadanos, lo deleguen. La acusadas desigualdades sociales (económicas y políticas) que existen en la actualidad entre los distintos Estados miembros deberán irse aligerando a medida que la pérdida de soberanía de cada uno de ellos se vaya transfiriendo en favor del Gran Estado Europeo. ¿Por qué no imitar a EEUU en esto? Adiós a los poderes hereditarios, a los distintos gobiernos nacionales, a ejércitos y culturas encontradas. Las revoluciones, sublevaciones, guerras sufridas de antaño serán posos  pasados para superar dificultades y eludir nuevos sufrimientos. El bienestar ha de imperar venciendo obstáculos con los medios adecuados que la fuerza de la unión proporcionará.
Aquí, en España, hay verdaderos paraísos fiscales, instrumentos y personas, donde ocultar dinero. Pensemos en las personas físicas y jurídicas, en sus actividades y derechos. Imaginemos aquellas que gozan de ingresos en efectivo ¿cómo pueden ser controladas sus ventas, sus servicios? Parroquias, mercadillos, tiendas al por menor… En aquellas cuyas mercancías tienen valores incontrolables, intangibles... Subastas de arte, fundaciones, asociaciones recreativas, sociedades patrimoniales… En las contabilidades fantásticas con errores entre proveedores y clientes, movimientos en cuentas de caja, efectos a pagar,  depreciaciones, provisiones… Reales mafias pululando como intermediarios y adelantándose a los hechos que van a suceder.
Muchas son las cosas despreciables que el hombre ha hecho y, aun hoy, se dan por buenas e, incluso, continuamos haciéndolas  incrementando su perversión. Recordemos que antaño era necesaria la autorización del esposo para que una mujer casada pudiera disponer de sus propios bienes, que muchos premios Nobel se otorgaron a personas que por comercio atentaron contra la humanidad. Se envenenó con plomo, se defendieron los pesticidas, la trata de personas, la venta de armas. Mientras, la fortaleza espiritual y los designios divinos se apoyan en manos sin escrúpulos, emitiendo juicios sumarísimos contra ideas, creencias o intereses lícitos y los ejércitos, los nobles y los poderosos exentos de pagar impuestos pese a ser  unos asesinos aupando a caudillos o a dictadores que imponen leyes injustas o doblegan a pueblos enteros a la oscuridad y al atraso.

La soberanía ha de cambiarse. No es sino un orgullo, un ego sin sentido.  El hombre es lo principal. Hay quien basa sus derechos fundamentales en dos principios: la vida y la libertad. Algunos los han ampliado a tres incluyendo la propiedad privada.  Ello sugiere preguntarse: ¿qué es la propiedad privada? Antes de contestar me imagino un Planeta exento de amos y cuyos moradores no necesitan de ley alguna para la vida y su libertad. Debió existir un tiempo en el cual la norma o la ley se efectuaran por necesidad para entenderse. En ellas, implícitamente, surgiría el tercer principio fundamental: el respeto y, ¿cómo no?, la propiedad privada. Pero la muerte existe y con ella debió, además del individuo, desaparecer sus derechos, bienes y obligaciones. Se creó, sin embargo, otra clase de propiedad: la herencia. ¡Craso error!  No obstante, nos consta que hay marcha atrás y es realizable, replanteándose el hecho y aplicando fórmulas adecuadas para el bienestar del hombre. Esta clase de soberanía también ha de cambiarse y que cada hombre se valga por sí. Cuestión de plazos en el tiempo.

martes, 19 de abril de 2016

COMO FORMAR GOBIERNO Y NO IR A NUEVAS ELECCIONES

Hoy que veo irremisiblemente nueva consulta general, con los gastos y demás perjuicios que eso conlleva, me he preguntado:

¿CÓMO FORMAR GOBIERNO Y NO IR A NUEVAS ELECCIONES GENERALES?

Dado que los señores diputados del Congreso, a través de las representaciones políticas de sus partidos, no han sido capaces de nombrar un Presidente que pueda formar Gobierno, antes de recurrir a las urnas y dar cumplimiento al mandato que las mismas decidieron, propongo a continuación una fórmula simple y rápida que poder llevar a cabo.

El Congreso de los diputados está formado por 350 escaños, cuya composición es conocida. El Gobierno puede constituirse, supongamos, por 14 personas (trece ministros y un presidente).

Bastaría con hacer:

      1 -   Un reparto proporcional entre los escaños de cada partido y el número de personas del gobierno.
2    2  - Las personas del Gobierno serían las indicadas por cada uno de los diferentes partidos.
3    3 -  El Presidente de Gobierno sería designado a resultas de la decisión que tomaran las personas designadas para gobernar.
4    4 -  El Presidente elegido nombraría los cargos ministrables para cada uno de ellos.
5    5 -  En caso de empate en los votos para nombrar Presidente, éste sería elegido al azar entre los miembros que se postulen para ello o bien se establecería un número impar para el reparto proporcional indicado.

Sobre las bases expuestas y realizados los pertinentes cálculos, saldría la siguiente composición de Gobierno:

5 PP – 3 PSOE – 3 PODEMOS – 2 CIUDADANOS – 1 GRUPO MIXTO O PSOE

Es indudable que para poderse realizar la presente solución u otra parecida, la Cámara debería reunirse en pleno y decidir por mayoría simple, tal como ocurre para que determinado diputado pueda ser investido en segunda convocatoria.

El Gobierno resultante respondería a un equilibrio de fuerzas tal, que las decisiones de los Consejos de Ministros tendrían que estar muy bien documentadas, razonadas con esmero y respondiendo al sentir ciudadano, al igual que el Legislativo surgido de las urnas en rechazo a las perniciosas y partidistas mayorías absolutas.


Me viene a la memoria la cantidad de veces que mi mujer, profana en mi actividad profesional, me ha sacado de atolladeros que, a veces, no me dejaban dormir.


Desdeñar una idea sobre cualquier materia, puede suponer no encontrar su solución. No sé si acabo de inventarme la frase o se lo he oído decir a alguien. Que cada cual piense lo que quiera ¡Faltaría más!

viernes, 15 de abril de 2016

VOCES COMPROMETIDAS

Me gusta escribir y lo hago, pero hay días que no sé qué comentar, cómo transmitirlo o, simplemente, mi ánimo está ausente. Leo en la prensa infinitud de noticias que iluminan mi caletre y me abrumo con tanto por elegir; sin embargo, la idea que bulle de continuo en mí, es el proceso de cambio a mejor de nuestra sociedad: España/CEE (una de las comunidades que goza de un desarrollado bienestar, envida de la mayoría de gente que no la habita) y, en la búsqueda por lograrlo en armonía, al margen de ideologías y creencias, transito por determinados caminos que considero los más adecuados que, en definitiva, son los que nos separan y distancian, dado que las inquietudes que padecemos, en general, son uniformes; homologas al dolor traumático no eludible que nos causa un sufrimiento que sí lo es.
Tal vez, la dirección no tenga que ser unidireccional (vertical-derecha u horizontal-izquierda); tal vez, deba ser transversal, sí, pero combinando alto con ancho en mayor o menor largo. Trataré de explicarme, ahora que queda demostrado, con los “papeles de Panamá”, que las leyendas urbanas no son pura entelequia, sino que corresponden a realidades donde se ve, claramente, la diferencia entre ricos y pobres, que no son sino resortes de los primeros en su propio beneficio traspasando sus cargas a los demás, para contribuir en menor medida a la sociedad de todos. A propósito, me viene a la memoria, la filípica inmisericorde de Imanol Arias (un aparecido sospechoso) arremetiendo contra una mujer/cooperante que tildó de ladrones, abiertamente, a los dirigentes de todas las ONGs (7ºFestival de CIBRA 2015 en Toledo). Él, ensalzando su vanidad, se hizo con un público crédulo. ¿Cómo concebir que alguien se pueda aprovechar de unas organizaciones benéficas? Sentí vergüenza ajena por ella que me pareció una persona bondadosa y confieso que estuve de parte de él; pero la Ley de la gravedad (lo que yo llamo causa/efecto) es igual para todos y me retracto al no haber puesto en cuestión sus palabras, hoy vergonzantes y sin crédito alguno.
 “No importa que los demás no cumplan las reglas establecidas, yo sí”, me dice alguno.” Y lo hago convencido de que es en mi propio beneficio”. Otros se miran en el espejo de los que se saltan las normas, argumentando las injustas leyes instauradas en favor, especialmente, de los de arriba: ricos y poderosos. Cabe, participo yo, poner los medios para que, en todo caso, sean disposiciones cabales e ineludibles. Pero, para ello, toda persona ha de tener la misma igualdad de oportunidades y ser igual ante la ley. Y eso, hoy por hoy, igual que la transparencia de la que tanto se habla, es utópico. Utópico se considera el compendio de 5 Fórmulas para el bienestar de España (obsequio al adquirir la novela ESCAPE)  cuando en él se nos muestra la regulación del Sistema económico/político actual que nos lleva hacía un adarve, y nos indica no permitir trampas de evasión de riqueza e impuestos… ocupar a los desempleados… crear estímulos personales precisos para que la codicia tenga freno… limitar rentas… luchar por cuestiones evidentes en una Naturaleza generosa de la que formamos parte… evitar desde la cuna la desigualdad  para iniciar la vida desde el mismo punto de salida… taponar herencias… tiempo habrá para que destaquen unos sobre otros, en la seguridad de que nadie quede desamparado, sin confundir posibilidades con igualdades…  

“Siempre hay una salida. Siempre se tienen fuerzas. Siempre hay una mano amiga. Hay que amarse a uno mismo y también a los demás. Nadie es superior a nadie. Nadie es propiedad de nadie. Sólo cada uno puede decidir sobre su vida. Y si queremos cambiar el entorno, hay que empezar por cambiarse uno mismo”.  La existencia de estímulos superiores al poder y al dinero los hay a cientos (educación, familia, investigación deporte, ejemplo, orgullo, arte…) y no hay más remedio que potenciarlos.

lunes, 11 de abril de 2016

MEDIOS DE VIDA

La intuición del hombre, en la primera impresión que percibe consciente,  adjetiva lo que ve ignorando cuál es su razón e, independiente, a cómo pueda ser. Tal calificación la irá modulando a medida que su conocimiento o trato sean más precisos. Es, sin duda, una señal innata de defensa, semejante a los colores que la Naturaleza muestra, para indicar lo que representa o no un peligro. La Naturaleza, por tanto, protege a sus moradores, aunque el llamado libre albedrío de éstos lo entiendan como decisiones que sólo a ellos compete. El hombre acierta en su percepción la mayoría de las veces, condicionado por sus propios deseos vehementes que le manipulan y falla o se confunde en menos ocasiones. Tal vez, por eso, se diga que la cara del hombre es el espejo del alma. No obstante, tales apreciaciones se mantienen calladas aguardando una relación que las ratifiquen o desmientan con las máximas cautelas. No ocurre lo mismo con  personas públicas, ajenas a tratos y amistades, que suscitan opiniones controvertidas de acuerdo con el carácter de cada cual y con la forma diseñada, en la mayoría de los casos, por un asesor de imagen especializado en armonizar su compostura.
 Algunos de ellos son descritos por Ignacio Sánchez Cuenca de la siguiente manera:
 “Lo que sí es cierto es que ninguno de ellos tiene crisis, ni pasan hambre, ni conocen el paro. Todos duermen confortablemente soñando con la mentira qué decir al día siguiente. Pensando  cómo engañar a unos tontos del culo que les defienden que ríen sus ocurrencias y lamen las sobras que tiran, es decir, sus babas. Se irán de rositas, indemnes sin que nadie les corte sus atributos. A muchos eso no les pasará porque les inflarán a bofetadas, les cortaran las pelotas y los lincharan para que la historia hable de los salvajes españoles que pegan, trocean y sacrifican a los mayores mangantes políticos de toda la historia, que en lugar de dedicarse a limpiar botas (para lo que servirían) les ha dado por limpiar bolsillos de la gente confiada”.
¿Alguien duda a quiénes se refiere?
Palabras que suscitan otras cuestiones contradictorias a las manifestadas por Antonio Banderas en las que venía decir: 
“En España todos quieren ser funcionarios, pero para vivir hay jugársela”.
¿Son compatibles ambas opiniones?
Sin duda. Sin embargo,  nadie debería confiar en un Sistema no solidario, no regulado, que deja que sea la caridad (limosna arbitraria al albur de un mecenas o altruistas de turno) el remedio para cubrir la más importantes deficiencias de la sociedad. Nadie disfruta viendo pedir limosna a la puerta de su casa, al mendigo durmiendo en su portal o la miseria que producen la falta de trabajo, la nula educación o el exceso de avaricia. Prefieren, no obstante, al ladrón de guante blanco que no hiede, al bandido simpático que los toma por ingenuos, al corrupto que mata su moral en beneficio propio y de su herencia, al que exige cumplir la ley que él no cumplió, al que pasa por benefactor de pobres a los que esclavizó, a la hipocresía.
Efectivamente, lo que no cuesta no se valora. Por tanto, la Administración, ha de proteger a sus administrados al igual que lo hace la Naturaleza. El Sistema debe procurar el mínimo de supervivencia a sus moradores, en libertad, con un trabajo con el que  ganarse la vida, además de permitirles la aventura que los encumbre y los haga ricos, si es lo que desean.

Líbrese a mecenas y altruistas, a ONGs y Fundaciones, y asegúrense medios para una vida digna.

lunes, 4 de abril de 2016

EUROPA

No sé sabe si Dios existe, si espíritus o energías lo abarcan todo, lo mueven todo y todo les pertenece; ahora bien, lo que sí está claro es que ningún humano, una vez muerto, ha regresado a contar nada. Nadie ha mostrado señales u orientaciones en ningún sentido (religiones aparte). Al aparecer, el ser humano presa del miedo, hastiado de injusticias, falto de consuelo… acude a la voluntad divina que hace vivir a los hombres en una oscuridad absoluta, tanto como al propio Más Allá de los muy vivos especuladores que con Él negocian. Entonces, resulta fácil agarrarse a una fe, no pensar o guillotinar cábalas que, nadie jamás, puede resolver. Sin embargo, pese a todo adoctrinamiento, uno mismo es capaz de desasirse de trolas y creencias. Basta con humanizarse, tratando ser buena persona y poner algo de su parte leyendo, simplemente, la Declaración de derechos humanos.
¿Cuánto tiempo hace y cuántas esperanzas fueron las depositadas al entrar en Europa? Existía en España el resquemor de un enano mental que con su dictadura, en un bar o en otro lugar público, en voz alta, sólo de toros y fútbol se podía hablar. En aquel tiempo se leían libros prohibidos, se conectaban emisoras clandestinas y los enchufes eran la vasta espesura del territorio, aunque la luz se fuera cada dos por tres, a cada instante. Felipe González vino a sacar a la población del engaño en el que estaba sumida y, con su inteligencia, quitó del PSOE las siglas del marxismo para que las conciencias ciudadanas se quedasen tranquilas y pudieran votarlo sin reparo. Y ahora pasa que Europa comienza a identificarse con aquélla España donde la gente vomitaba con Franco o es similar al rodillo de las mayorías democráticas que hicieron y hacen de la corrupción bandera aunque la escupan con mentiras. ¿Dónde está la ayuda para los miles de personas que mueren de frío y hambre dentro y fuera de sus fronteras?
La esperanza en los hombres dignos de Europa se emborrona cuando se esquivan los derechos humanos, maltratan a los que huyen de la guerra (de la que Europa en gran medida también es culpable), dejan morir a seres inocentes que no tienen más culpa que la de haber nacido fuera de sus límites. ¿Son sus dirigentes capaces de vislumbrar a sus familias en las pieles de éstos?
El modelo económico actual del crecimiento especulativo, capitalista y azaroso, no tiene mucho recorrido. Dependerá del agotamiento del suelo, de los acuíferos y de la resistencia del Planeta o de la revolución de los hambrientos. Nadie confía en un sistema no solidario que deja a la caridad (una lacra social) el remedio. Existen fórmulas para acoger con los brazos abiertos a seres semejantes: limitando las rentas a la altura que se pacte y mientras el hombre viva. Innóvese el proceso económico sustentado en una base material, sin olvidar lo más preciado del ser humano: sus virtudes. Y como el paro es otra lacra, permítase que la administración local ocupe a la gente y ayude a erradicarlo: su esfuerzo los alimentará. Nada se crea ni se destruye sino que se transforma; y así sucederá con los patrimonios que Europa se arroga consumiéndolos desaforadamente, si antes no cambia su modelo productivo: caerá como un castillo de naipes sin darse cuenta; con los ojos cerrados y la boca abierta.

¿Alguien se preguntó cómo llegan los sistemas sociales que nos dominan? Surgen de las revoluciones contra las enormes injusticias: personas cultas moviendo masas para derrotar la codicia y el abuso. Y mañana harán lo mismo. La ciencia y la tecnología no lo puede todo. La lucha contra la desigualdad o el reparto de la riqueza será la excusa, y la gente retrocederá hacía un modelo de vida sano y natural que muchos ansían, mientras tanto, la democracia no pasa de ser una entelequia amparando la corrupción y a los poderosos que la practican.

lunes, 28 de marzo de 2016

VERGÜENZA

Son infinitos los caminos que nos llevan a la desgracia, a la corrupción, al delito y sólo una senda por donde evitarlos. La sociedad se mueve por placer o dolor, orientada en la búsqueda material de las cosas más que en su espiritualidad. Poco son los méritos, bienes y derechos que se consiguen con esfuerzo y  sacrifico y excesivos los valores que se asignan a las riquezas y prestigios que acunan a un heredero, a un acertado en el sexo, a una mordida o, a una propicia ocasión. Delinquir es cosa fácil  cuando a ello uno se acostumbra. Ya, desde el nacimiento, el instinto de conservación se crea para la defensa a través del engaño y la mentira. Un instinto que se  crea e incrementa con la domesticación que se recibe desde la más tierna infancia y que nos acompañará toda la vida como el método más eficaz de protección, formando parte de la piel del alma, arraigado y entumecido en ella. Erradicarlo supondrá un riesgo enorme (salvo para un gran hombre voluntarioso, culto y responsable); la mayoría de las veces, compensa silenciar la voz antes de articular mentira, pero a nadie se le escapa que la práctica de ésta, propicia una gran ventaja (cuyo descubrimiento se castiga) y más si se fortalece con el condimento de la impunidad que se obtiene en determinadas circunstancias. Son muchos los políticos, abogados, empresarios, altos cargos… que, además de engañar, están cobijados con el paraguas del aforamiento, su profesionalidad, los dineros que lo representan, el prestigio adquirido… Pese a todo, la sociedad no ha de resignarse contemplándolo como una normalidad, si no, al contrario, combatirlo hasta defenestrarlo.
¿Cuántos son los miedos que han gobernado, que aún gobiernan, la vida de los hombres? Menos mal que muchos dioses, tabúes y supersticiones ya han perecido, que el tiempo de la historia, la ciencia y la cultura los han ido eliminando y que, poco a poco, lentamente, desaparecerán para siempre. Será conveniente ir desenmascarando a tanto representante divino, a tanto elemento oculto que no son sino tapaderas o pantallas de organizaciones secretas, opacas y privadas que trasgreden aquello que atenta o impida sus intereses.
La novela de ficción escrita por un servidor, titulada Escape, sobre sexo y corrupción, simbolizados por el amor y la incertidumbre, el dinero y el poder,  describe hasta qué extremo se puede llegar por justificar medios criminales para alcanzar determinadas metas. Menos mal que éstas, generalmente, se transforman por inanición (salvo negocios de mercaderías eternas) y sus patrocinadores fallecen como todo hijo de vecino. No obstante, en la novela hallaremos que, para combatir la corrupción, es necesario abolir el dinero, regular las rentas, liberar al hombre de cargas que la sociedad le demanda…, anteponiendo los medios.

Los españoles formamos parte del Club de los afortunados habitantes del planeta. Europa mantiene su espíritu asesino con el que siempre ilustró su historia: sexo, perversiones, guerras por religiones, intereses. No es extraño que, de una u otra forma, la corrupción resida en la piel de sus dirigentes. Avanzó en temas que afectan al bolsillo para unir a países en sus comunes provechos, generando insolidaridad hacía el resto de las naciones. No existe acción política alguna que libere a los europeos de la hecatombe hacía la que los conduce el capitalismo. Nada se ha avanzado en cultura o en hacer un territorio con una sola voz. España, como otros países, mantiene diferencias abismales entre sus habitantes. Europa es su modelo. Lamento significarme contra la ilusión que me causó entrar en Club tan distinguido pensando que se acabarían los enchufes y las injusticias; sin embargo, los cobardes que dirigen los designios de Europa mantienen la barbarie de la corrupción sin escrúpulos en todos sus sentidos. Nada hacen en favor de los desfavorecidos y sí en pro de ellos y los poderosos.

martes, 8 de marzo de 2016

UNA RAZÓN SIN PALIATIVOS

Nadie sabe a la larga las consecuencias de una determinada acción de hoy. Tan pronto sucede o se ejecuta, todo lo que se diga no será más que una opinión acertada o un pronóstico incierto. Hay que dejar pasar el tiempo para saberlo y, por supuesto, para enmendarlo (aún colea el golpe de estado de hace ahora, exactamente, 80 años) se transitará por muy diversos avatares. Un tren al que se debió subir y no se hizo.  La pelota de tenis que se devuelve pensando que iba fuera y, cuya duda, nunca se será aclarada. La palabra pronunciada que no tiene marcha atrás. La papeleta metida en la urna de un sufragio que no  puede recuperarse. Son ejemplos que nos valen para reflexionar sobre lo que actualmente acaece en la política española de importancia capital, aunque a largo plazo, en un futuro, se relativice y, tal vez, se pueda evidenciar sus resultados.
A mi juicio, Podemos debió permitir la investidura de Sánchez y hacerlo presidente con sus votos, pero eso no tiene ya vuelta de hoja. A veces, los deseos no hay que retenerlos, ni tampoco sugestionarse con ellos, dado que, quiérase o no, salen a la luz a estrellarse ante un muro opaco que los mata o, a expandirse ante una transparente valla que nos los detiene. Lo cierto, es que el anfitrión, el protagonista, el señor Sánchez, partía con una substanciosa ventaja sobre los demás y eso (sin pero alguno) lo ha perdido. Únicamente a él corresponde la culpa; ahora deberá comenzar de cero y renunciar a la tarima sobre la que estaba asentado y hacer oídos sordos a los deseos de algunos.  
La gente está desencantada,  especialmente con Podemos, aunque suya no sea la falta. Y es que era una ocasión única (y aún puede serlo) para que sus votos, en el primer encuentro con la realidad legislativa, decidieran no sólo que el PSOE gobernara, si no sobre las leyes que los mismos quisieran decretar. El PP rara vez daría sus votos al PSOE por mucho que la propuesta viniera de Ciudadanos.
La culpa, repetimos, es del candidato, al que Dios le vino a ver facilitándole la desidia de Rajoy; el error del PSOE que, con el menor número de escaños conseguidos nunca, lo que supone una reducida confianza de la población, pidió crédito a Podemos (porque lo necesitaba) sin aportar ningún tipo de garantías a cambio. Una petición que, por muy factible que sea, por muy bien documentada que éste, por excelente la causa a la que se destine el proyecto, jamás se facilitará si adolece de la fianza imprescindible que avale una posible pérdida o deterioro. Rajoy, que ni se molestó en intentarlo porque eso lo sabía (como cualquiera que haya pedido una financiación), ahora se estará destornillando o flotándose las manos con nuevas elecciones que se avecinan.

¿Qué cabe hacer todavía? Desde luego, no llegar a nuevas elecciones. Pese a que el PSOE vaya a la deriva, si es que no está varado. Y, pese a todo, Podemos no debería esperar  más tiempo y otorgar la facilidad que le han pedido, sin imponer condiciones,  manteniendo el acuerdo con Ciudadanos e, incluso, sin exigir garantías.  A nadie se le pasa, salvo a los mercaderes, que un crédito no se agradece si el peticionario para obtenerlo, se ha visto obligado a tener que aceptar condiciones leoninas y, al contrario; una franca facilidad, además de devolverla, con generosidad se paga. Podemos no depende de esta transacción, pero su continuidad si puede resentirse y además de paralizar el avance del PP y evitar nuevas elecciones, sobre todo, dará pábulo al dicho de coge fama y échate a dormir, que vaya renovando la tierra con la que quieren enterrarlo. Nadie pasa por primo o pringao cuando se hace por un bien general y más elevado que el del propio partido, y, ya se sabe, amor con amor se paga.