jueves, 6 de noviembre de 2025

Un folio de pensamientos (veintiuno)

-            La paciencia lo es todo. Esto lo aprendo yo cada día, y lo aprendo entre dolores a los que, por ello, les quedo muy agradecido. Rilke.

-            No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no os condenarán. Lucas 6.37

-            Cuando puedas resolver las cosas sin complicaciones hazlo, para tu propio beneficio. Vive con simplicidad. T. Pastorino.

-            Los de la generación joven tienen desde luego el respeto por la ancianidad, por lo menos en los que se refiere a vinos, whisky y muebles antiguos. Anónimo.

-            El amor es una luz que todo lo ilumina irremediablemente. En él caben no solo el tu y el yo y el nosotros, sino ellos también. Antonio Gala.

-            El malvado tarde o temprano la paga: la descendencia de los justos se salvará. Proverbios 11.21.

-            Sustituir el amor propio por el amor a los demás es cambiar un tirano insufrible por un buen amigo. Concepción Arenal.

-            La vida es constitutivamente un drama, porque es la lucha frenética por conseguir ser de hecho lo que somos en proyecto. Ortega y Gasset.

-            Las flores deben ser arrancadas a tiempo, no esperes arrancar la rama desnuda cuando ya hayan desaparecido las flores. Lyn Yulang.

-            Más hace quien quiere que quien puede. G. Meurier.

-            Temed al que os teme. Proverbio persa.

-            Con nadie tengáis deudas a no ser el amor mutuo. Romanos 13.8

-            El deseo vence al miedo. Mateo Alemán.

-            Hijo fuiste, padre serás; cual hiciste, tal habrás. Proverbio.

-            Tres facultades hay en el hombre: la razón, que esclarece y domina, el coraje o ánimo, y los sentidos que obedecen. Platón.

-            La existencia es esfuerzo, es deseo, es dolor, G. Papini.

-            La conversación nos enseña más que la meditación. Henry G.Bohn.

-            Solo la violencia ayuda donde la violencia impera. Bertolt Brecht.

-            Olvidamos nuestras faltas con mucha facilidad cuando solo las conocemos nosotros mismos. La Rochefoucauld.

-            ¿Queréis saber lo que piensan los hombres? No escuchéis lo que dicen, examinad lo que hacen (E.P. Beauchene).

 


domingo, 2 de noviembre de 2025

DESCONFIAR DE LOS RELATOS

 

Los humanos somos únicos: obramos, pensamos y hoy es día último hasta este instante leyendo este escrito, mañana Dios dirá. ¿Quién sabe lo que puede pasar? No nos preocupemos en exceso, la historia la cuentan los vencedores no los vencidos. No es extraño, por tanto, que muchos capítulos de ésta no respondan a la realidad, llamen poderosamente la atención o sean una patraña, por lo que, además de poner en cuestión algunos sucesos, deberíamos de acudir a fuentes irrefutables para contrastar los relatos. Pongamos por caso “La Batalla de Covadonga”. En ella, no se inició, como se nos ha dicho, la famosa “Reconquista”, fue un enfrentamiento entre astures y omeyas (718/722) que ganaron los primeros y, a partir de 1492, con la toma de Granada, los Reyes Católicos obligaron a todos los habitantes de España a profesar la religión católica, cuando desde siempre toda la población gozó libremente de culturas romanas, visigodas, judías y cristianas. Se produjo entonces la expulsión de aquellos que no acataran la fe cristiana y volverían a ser desterrados por Felipe III, en 1609, los que, a escondidas, practicaban otra.

Esto, afortunadamente, sin que se nos expulsen, sigue pasando: “25 años de paz” publicitó el régimen franquista; “la OTAN, de entrada, no”, decía el PSOE; “hay misiles de destrucción masiva en Irak”, aseguraba el PP, ambos ya en democracia. Son muestras inocuas que nos lanzaron y seguiremos oyendo a los políticos por sus mezquinos egoísmos, aunque nos prometan y juren decir la verdad.  Cuando se trata de creencias, tan sumamente influyentes en la especie humana, el peligro es bastante peor, toda vez que el poder religioso consigue imponer una forma de vida general, mediante hábitos, dogmas, leyes, miedos, imposiciones o siendo ellos el propio poder político. Y es que no es lo mismo predicar que dar trigo, y menos, cuando los relatores no son objetivos ya que, en ello, les va su beneficio.

Mentir es desafinar y crear ruido hasta extremos inimaginables. Se dice que de la mentira se saca la verdad, pero no es menos cierto que, de repetirla una y otra vez, llega a ser considerada una verdad. Creo que el hecho de mentir propicia más mentiras y las voces embusteras se propagan como la pólvora comenzando con un contacto, un amigo, un conocido o no, a los que por costumbre se les dice: “me han dicho”; “sé de buena tinta”; “no puedo revelar mis fuentes, pero son tan fidedignas que no te las vas a creer” y otras muy parecidas. Son, a veces, tan descaradas que producen vergüenza ajena, crean la duda, son medias verdades y se multiplican entre mentes incapaces de demoler el bulo, causando consecuencias irreparables.

Copio parte de un texto de Elisa Beni, que dice: “Bienvenido sea el disidente, el que no comulga, el que tiene ideas propias y está dispuesto a defenderlas, el que no cambia de principios según cambia el panorama, el que está dispuesto a arriesgar por ser consecuente, el que da la cara y no se arruga, el que no se doblega, el que no se adocena, el que está dispuesto a argumentar y a debatirlo todo, el que incluso contempla la posibilidad cierta de haberse equivocado honestamente”. Sugestivo, ¿no? Pero lo último, es verdaderamente importante: reconocer el error y enmendar. 

jueves, 30 de octubre de 2025

UN FOLIO DE PENSAMIENTOS (veinte)

 

-            Las preocupaciones ligeras suelen hablar; las excesivas quedan mudas (Seneca).

 

-            Alma de niebla dulce, suspendida sobre su ayer amante, cuerpo inerme que pálido se enfría con las nocturnas horas y queda quito, solo, dulcemente vació. Alma de amor que vela y se separa vacilando, y al fin se aleja tiernamente fría. (Vicente Aleixandre).

 

-            Como los entomólogos cazando mariposas de vívidos colores, mi atención perseguía en la jungla de la materia gris células de delicadas y elegantes formas, las misteriosas mariposas del alma, cuyo batir de alas quién sabe si un día revelará el secreto de la vida mental. (Santiago Ramón y Cajal).

 

-            Somos nuestra memoria, somos ese quimérico museo de lo dejé unas cien formas inconstantes, ese montón de espejos rotos. (Jorge Luis Borges).

 

-            Un hombre que es dueño de sí mismo pone fin a un pesar tan fácilmente como inventa un placer. No quiero estar a merced de mis emociones.

Quiero usarlas, disfrutarlas, dominarlas. (Oscar Wilde).

 

-            Cuando me interpreto, estoy implicado: no puedo interpretarme a mí mismo. Solo quien asciende a su propio camino conduce mi imagen hacía una luz más clara. (Friedrich Nietzsche).

 

-            Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo dejé unas cien veces. (Mark Twain).

 

-            No hay mortal que sea cuerdo a todas horas. (Plinio el viejo).

 

-            Seré como ese árbol. Moriré (empezando) por la copa. (Jonathan Swift).

 

-            ¿Intelectual? Sí. Y no renegar nunca de ello. Intelectual = aquel que se desdobla. (Albert Camus).

 

-            No exijas demasiado del hombre caído. (Shakespeare).

 

-            Siempre nos teme el que está seguro de que no puede engañarnos. (Benavente).

 

-            Puesto que no podemos substraernos al dolor común, no lo hagamos mayor con nuestras quejas sin fin. (A De Vigny).

domingo, 26 de octubre de 2025

ESTAMOS PERDIDOS, EN MANOS DE...

 

Estamos perdidos, dominados, a merced de las grandes compañías que logran, a través de nuestra debilidad y las políticas de los gobiernos, lo que quieren, con el fin de tener más y más beneficios y pagar menos impuestos: son insaciables. Ellas, las empresas, no piensan, ni sienten, ni les preocupa la educación o la salud de la gente; lo suyo es hacer negocio para que sus ejecutivos y accionistas “se lo lleven crudo”, alaben su gestión y las publiciten como si fueran los más listos de la clase.

Sí. Las multinacionales son grandes entes de un capital potente y salvaje, regido por unos pocos a los que se le atribuyen excepcionales cualidades cuando son opresores de la humanidad con un insaciable ánimo de lucro. Antes, cooperaban y se solidarizaban para, colectivamente, optimizar con sus productos y servicios al bien común de la gente. Ahora, todo informatizado está en manos de máquinas que, por mucho que nos digan lo contrario, no recibimos una atención personificada ni de coña. Y no solo eso, alcanzan ya dimensiones tan importantes que pueden con los gobiernos, desprecian a la gente, la ridiculizan, abusan de ella y la dominan. La persona de a pie a nadie puede reclamar un mal trato, una falta de atención, un trabajo mal hecho y, como fieles vasallos, rinden pleitesía a unos dueños o entes que ni dan la cara ni responden, ni nadie sabe quiénes son: únicamente, a través de dividendos, se embolsan el dinero. Bancos, compañías de seguros, constructoras, plataformas digitales, (ojo a estas últimas, de las que hablaremos en otra ocasión, pues distorsionan y contaminan a la juventud) explotando a humildes y emigrantes, limitando sueldos y potenciando la esclavitud para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.

Un siglo XX que todos conocemos: La primera guerra mundial (1914), la revolución rusa (1917), el fascismo de Italia (1922), la depresión económica en EE. UU. (1929), el nacimiento del nacismo (1933), la guerra civil española (1936), la segunda guerra mundial (1945), las Yugoslavas (1991) …, son hechos acaecidos que mejor no repetir. En las guerras, todos perdemos, pero, aun así, seguimos sin aprender que la pobreza y la riqueza nos distancian y que, si en un punto medio está la virtud, queda muy alejada del modelo social comunista tan salvaje y radical como el capitalista que lo provocó. Modelos políticos, sociales y económicos donde las abisales diferencias fueron (y son) irreconciliables: bancos embargando la tierra a campesinos que no sabían a quién matar; obreros trabajando de sol a sol que no lograban alimentar a su familia; señoritos feudales viviendo de rentas y herencias para pagar a sus siervos solo con comida y alojamiento; asociaciones religiosas, creadoras de costumbres, manteniendo su poder con bulas y miedos, aliadas y servidoras de las clases poderosas…

Hoy, no hay mano de obra apropiada porque su esfuerzo no les compensa para llegar a final de mes. Están muy mal pagados por un monstruo insaciable que solo deja migajas para sus mastines ejecutivos, que les exonera de problemas. La economía se infla como un globo hasta que estalla y los magnates desaparecen, dejando a los trabajadores a dos velas. Todos moriremos, sí, pero volverán los ricos lebreles sucesores para hacer lo mismo que hicieron sus padres: abusar de la gente, aunque con medios más sofisticados, ahondando las diferencias hasta que la economía vuelva a colapsar.  A la mierda los ricos herederos, consejeros y demás potentados que no saben lo que es trabajar a diario para poder llegar a fin de mes. La mayoría son mentirosos, embaucadores, ladrones de postín, estafadores, asesinos de vidas inocentes… creyéndose dioses intocables, pero que morirán por mucho que se hormonen o modifiquen sus cromosomas. Por el éxito y la avaricia, por la excesiva confianza y comodidad cayeron ciudades e imperios y, ¿cómo no?, España colapsará porque el turismo, su motor, se gripará y volveremos a tener que emigrar a otros lugares para que la rueda de la fortuna caiga en otro lado si no se acortan las diferencias abismales entre la riqueza y poder y la pobreza y miseria. 

Reconozco mi radical imaginación del porvenir cuando observo que el dinero suple, como objetivo, a todo lo demás;  cuando la gente mayor, de mi edad, no puede desenvolverse por sí misma, necesitada de una atención personal como la que se ha de facilitar;  cuando los políticos prometen, con palabras ostentosas y  vanas, lo que nunca podrán cumplir;   cuando la juventud mal informada  y nada respetuosa se torna agresiva y violenta; cuando una gran mayoría de la gente, olvida que “la avaricia rompe el saco” y, ante su impotencia, estalla con furor …

¿Sucederán otros episodios históricos tan lamentable como algunos de los que hemos citado? Crucemos los dedos para que la fortuna nos acompañe mientras ganemos tiempo para sustituir la intuición por la razón.

 

viernes, 24 de octubre de 2025

Un folio de pensamientos (diecinueve)

 

Anotaciones aleatorias adquiridas (AAA), no sé de qué manera.

-            El ignorante con poder es una fatalidad y, además, ni te cuento, si es un corrupto.

-            Todo líder es amado por unos y odiado por otros. Éstos últimos son miserables escondiendo su odio con insultos y mentiras, sin reconocer que sus palabras venenosas se revolverán contra ellos.

-            El problema más grande que tiene España está creado por la mayoría de los políticos de los diversos partidos. Saben hablar, pero se empecinan en rebuznar como borricos cuando, para entenderse, deberían hacerlo como respetables personas.

-            Que los curas voten a Vox para prohibir el aborto es su decisión. Pero que recen también por los crímenes que pergeñan contra pobres emigrantes. Si examinaran nuestros orígenes descubrirían que todos procedemos de los negros chimpancés del Congo.

-            ¿Queréis saber lo que piensan los hombres? Pues no escuchéis lo que dicen y examinar lo que hacen.

-            La paz no se consigue con las armas porque estás son medios para matar.

-            En las guerras nadie gana, ni siquiera aquellos que las han iniciado o se proclaman vencedores. Reponerse de la mismas, si será un triunfo.

-            No es bueno el empobrecimiento. Tampoco lo es estancarse o no salir de él y, lo diga quien lo diga, no puede haber prosperidad sin democracia.

-            La gente ávida de comida está harta de cuentos exóticos.

-            El Congreso de los Diputados está especialmente diseñado para que sus integrantes vuelvan, a quienes los eligieron, turumbas.

-            En España estamos llegando a situaciones rocambolescas por las que la gente de a pie estamos llegando a creer que jueces y magistrados, integrantes del poder judicial, son dioses intocables a los que ni siquiera se les puede criticar, cuando en realidad son seres humanos como los demás, no exentos de cometer delitos o de llevar sus dineros a paraísos fiscales...

-            En la Tierra, no hay vida si no seres vivos. En ella, y en el Cosmos también, nada se crea ni se destruye: como la energía, todo se transforma.

-            Las emociones se alojan en un lugar físico (las neuronas) desempeñando, para bien o para mal, nuestro carácter, formando nuestro juicio u opinión.

-            Los humanos somos capaces de pensar, hacer y sentir. No nos extrañe que eso muchos lo ignoran.

-            Si se instala un silencio, nunca seas el primero en romperlo. El silencio incomoda a la gente, así que sigue mirando y espera que se revuelva, sin decir nada.

-            ¿Cómo dar mi voto a un partido o a otro si todos los postulantes políticos me convencen con sus discursos? Decide no por lo que digan sino por el silencio de lo que han hecho.

domingo, 19 de octubre de 2025

LA DICTADURA QUE LOS JÓVENES NO CONOCEN

 Afortunadamente, los jóvenes de hoy no han conocido la dictadura de Franco: me alegro de ello. Sin embargo, eso no les ha de servir para malgastar su libertad actual y no interesarse por quién, en un futuro, les puede gobernar.

A los veintiocho años de mi vida murió el dictador. Un “Caudillo” que dirigía todo, absolutamente todo. España era suya y con ella mi destino y el de todos los españoles. Años más tarde y de manera civilizada, la férrea, cruel y sanguinaria dictadura dejaría de existir para que sus habitantes no sintiéramos el orgullo patrio y vergonzoso de haber nacido en un imperio en cuyos territorios, como nos dijeron, “no se ponía el sol”. Mi infancia y juventud, no obstante, fueron dos etapas maravillosas de mi vida, testigos ciegos, mudos y sordos de acontecimientos de una España en luto y callada, triste y ennegrecida, pobre y beata, apartada del resto de las naciones.

Desde el Golpe de Estado de 1936, provocador de una Guerra Civil (la peor de las guerras en la que, de una misma familia, existían combatientes en ambos bandos), jamás nadie se atrevió a contradecir a su triunfador (salvo su mujer, su hija o su nieta, supongo) gobernando con mano de hierro, condenando a muerte a todo bicho viviente, incluso hasta días antes de su muerte en 1975, ya que temía por su vida y no se fiaba de nadie; síntoma inequívoco que su conciencia no la tenía tranquila por mucho que los mandamases de la iglesia católica le pasaran bajo palio en sus templos y bocas agradecidas le adularan a más no poder.

Fui educado por una familia prudente, respetuosa y católica, en un pueblo que, como en toda España, de lo único que se podía hablar era de fútbol, toros y cotilleos. Luego, cuando llegué a la capital, comencé a sentir inquietudes de las que antes, por la edad, carecía. Madrid me abrió los ojos para saber que todo estaba controlado por un “Orden público” dirigido con el dedo menique de su excelencia el jefe del Estado al que debíamos nuestras vidas. No se sorprendan si les digo que, en mi bachiller, en la que fue la Casa del Pueblo y pasó a ser el Frente de Juventudes, hacíamos gimnasia y al entrar debíamos unir nuestros tacones y con brazo en alto hitleriano saludar a José Antonio Primo de Rivera, a Cristo en el centro y a su excelencia el Generalísimo Franco e invocar a Dios nuestro Señor para que, a este último, el liberador de España, le conservara su vida durante muchos años.

La libertad de la que gozábamos entonces, como no podía ser de otra manera, era absolutamente nula. La censura, prohibiciones y límites a los que estábamos sometidos hoy serían inconcebibles. Bastaba una esquiva mirada, una palabra mal entendida dirigida a un “servidor público”, con uniforme o sin él, para que te metieran en “chirona”, algo que hacían con aquellos que alguna vez, por “causas políticas” habían sido detenidos. A estos, el día antes de alguna manifestación, sobre la media noche, se presentaban en su casa para encerrarlos en la Dirección General de Seguridad, sita en la Puerta del Sol, y evitar que fueran a la convocatoria anunciada. Todo lo tenían previsto, salvo la muerte y, menos mal, porque si no el Generalísimo no hubiera muerto. Entonces, poco a poco, las desdichas fueron disipándose: se acabó la prensa del Movimiento, el No-Do, los sermones sectarios, para que la mayoría de los españoles pudieran respirar y otros volver de su exilio, confiados en que el régimen asesino no continuara. Unos terceros, sin embargo, se llevarían un botín suculento, conseguido con la sangrienta guerra y los cuarenta años posteriores. Pese a todo, hubo una soterrada resignación y cierto miedo para establecer una amnistía general que a nadie convenció, pero que todos aceptamos. Una mal llamada Transición no olvidada, porque todavía duran rescoldos de los callados, cuyos familiares continúan buscando sus restos en cunetas sepultados.

Es bueno perdonar, aunque el olvido no se borre o una cicatriz nos marque de por vida. Deseo que no vuelvan más “salvadores de patrias” y mis temores no se cumplan. ¡Ay de mis temores! Me conformo con que los jóvenes sepan que lo relatado puede suceder, pues hay partidos políticos que mienten y dicen ser democráticos cuando no lo son.  Esto es muy serio. Que nadie se equivoque tomándoselo a risa. Antes de confiar en algún líder o entregar su voto a un partido político, piense, razone, moléstese en averiguar la historia que tienen y…, no nos pasemos de listos.

La ignorancia, el no querer saber nada, el desentenderse de algo tan importante como la política, que marca el futuro de la gente de por vida, es jugarse el devenir dejándolo al albur de la suerte o de algún aprovechado que así espera que actuemos. Te lo está diciendo alguien que no ha tenido percance grave alguno al respecto, si bien, al haberlos conocido, no se los desea ni al peor de sus enemigos.

En otra ocasión, tal vez tenga otros folios que rellenar con anécdotas curiosas de aquella horrible dictadura, engrandecida y alabada por bocas agradecidas; por personas físicas y jurídicas a las que les dio mucho dinero a ganar y que hoy son, en democracia, grandes personalidades o instituciones quitando yerro e importancia a lo sucedido, justificando a un régimen despótico y criminal que, casi durante medio siglo, fue una aberración, impuesto sin ningún tipo de escrúpulos.

 

 

UN FOLIO DE PENSAMIENTOS (diecisiete)

 

-            “El hombre es la única criatura que se niega a ser lo que es” (Albert Camus)

-            “Un acreedor dura siempre, mientras no se le paga. Un amigo, no. Si conviertes a un acreedor en amigo, pagándole, te expones a perderlo. (Noel Clarasó).

-            “El delito de los que nos engañan no está en el engaño, sino en que ya no nos dejan soñar que no nos engañaran nunca”. (Ruíz Iriarte).

-            “Todo hombre alimenta un secreto sueño, que no es la bondad ni el amor, sino un desenfrenado deseo de placer y de egoísmo”. (Gabriel d’Anunzio).

-            “El deber del escritor es reflejar su vida, aportar su experiencia, todo lo que ha aportado, toda su pequeña aventura humana, todo lo que Dios ha querido hacer de él”. (Faulkner).

-            “La fama trae la soledad. El éxito es tan frio como el hielo y tampoco hospitalario como el Polo Norte”. (Vicki Baum).

-            “Los genios son peligrosos para los talentos jóvenes, pues no hacen más que reproducirlos creyendo reproducirse a sí mismos”. (Goethe).

-            “El amor es en la vida del hombre una cosa aparte; en la mujer forma toda su existencia”. (Byron).

-            “No existe oca que sea tan gris que no encuentre tarde o temprano un bello ganso por compañero”. (Alexandre Pope).

-            “Cuando discutimos con una mujer bonita no nos sentimos estar equivocados, sino que lamentamos tener razón”. (Marcel Achard).

-            “Es más fácil escribir diez volúmenes de principios filosóficos que poner en práctica uno solo de estos principios”. (Tolstoi).

-            “¿Por qué buscáis la felicidad, oh mortales, fuera de vosotros, cuando la tenéis dentro de vosotros mismos?” (Boecio).

-            “Somos vencidos cuando nos estimamos tales”. (Paul Brulat).

-            “El soberano que se sirve de la razón para gobernar a los hombres no recurre al empleo de las armas contra sus súbditos”. (Lao-Tse).

-            “La contemplación es un lujo; la acción, una necesidad”. (Thomas Carlyle).

-            “El mayor delito es el suicidio, porque es el único que no da lugar al arrepentimiento”. (Alejandro Dumas).

-            “La paciencia es virtud vencedora. La impaciencia es vicio del demonio”. (Francisco de Quevedo).

-            “Hablar durante un concierto es inútil, siempre que no se grite lo bastante para ahogar la música”. (Noel Clarasó).

-            “La gran astucia de uno consiste a menudo en la inmensa imbecilidad de los otros”. (Hughes-Bernard Maret).

-            “La medicina es el arte de disputar los hombres a la muerte hoy, para cedérselos en mejor estado, un poco más tarde”. (Noel Clarasó).

-            “Conoce tu obra y llévala a cabo”. (Unamuno).