domingo, 7 de diciembre de 2025

ABCD: Afines. Buenos. Canallas. Diferentes

 

Nuestro comportamiento y forma de pensar son efectos de la expresión de muchos genes que se expresan o reprimen y de nuestras experiencias de las que hablamos o silenciamos; es decir, la genética, el ambiente y la rutina nos marcan la vida.

¿Somos y actuamos como nuestros genes lo imponen o porque no nos queda otro remedio?  Esto último no influye, pero sí las sinapsis que lo provoca.

¿Existe margen para actuar independiente, al margen de lo que dictan nuestros genes? Naturalmente, que sí. La sinapsis de nuestra razón ha de prevalecer.

Nuestros cromosomas son centenares de genes. Una célula humana contiene 23 pares de cromosomas con 55 genes cada uno: XY (macho), XX (hembra). Al margen de las diferencias anatómicas y fisiológicas obvias entre machos y hembras, la diferencia cromosómica tiene influencias en los cerebros y, por tanto, en su forma de comportarse. El sexo influye en el cerebro posiblemente de manera doble: por mecanismos hormonales y por la expresión de determinados genes: estrogénicos femeninos y androgénicos masculinos.

“Las drogas crean dependencia física por oposición a la dependencia psicológica porque ambas están relacionadas totalmente entre sí”. Y ¿por qué se consumen drogas? Porque los individuos tratamos de obtener algún tipo de recompensa que, a medida que esta decae, se necesita mayor consumo.

He oído decir, y parece estar claro, que todo se ha formado a partir de la energía y que esta ni se crea ni se destruye, sino que se transforma. Ya un gran científico, Einstein, nos indicó la fórmula de que la energía es igual a la masa por la velocidad de esta al cuadrado.

¿Usamos solo un bajo porcentaje de nuestra mente? ¿Se puede no pensar nada o dejar la mente en blanco? No, radicalmente imposible, en ambos casos.

El miedo es enemigo del conocimiento porque el propio conocimiento destierra al miedo. Ante una situación de ese tipo: párate, abre los ojos, respira y reflexiona.

En una enfermedad siempre pregunta por las causas de su aparición. Tú, mejor que nadie, que eres ese cuerpo viviendo, posiblemente, sabrás cómo mejorarlo.

Hay emociones básicas (miedo, furia, alegría, tristeza, disgusto, sorpresa…) y emociones complejas (ansiedad, envidia, vergüenza…). Somos como somos y hacemos lo que hacemos tratando de describir los aspectos íntimos del alma humana o de nuestra mente, siendo capaces de reconocerlos: ellos nos confieren la individualidad.

La consciencia es un fenómeno de la percepción y el motor de nuestra conducta. La autoconsciencia es la capacidad de saber quiénes somos, por lo quel acuerdo de voluntades es imprescindible para ser auténticos humanos y vivir en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario