Nuestro comportamiento y forma de
pensar son efectos de la expresión de muchos genes que se expresan o reprimen y
de nuestras experiencias de las que hablamos o silenciamos; es decir, la
genética, el ambiente y la rutina nos marcan la vida.
¿Somos y actuamos como nuestros
genes lo imponen o porque no nos queda otro remedio? Esto último no influye, pero sí las sinapsis
que lo provoca.
¿Existe margen para actuar
independiente, al margen de lo que dictan nuestros genes? Naturalmente, que sí.
La sinapsis de nuestra razón ha de prevalecer.
Nuestros cromosomas son
centenares de genes. Una célula humana contiene 23 pares de cromosomas con 55
genes cada uno: XY (macho), XX (hembra). Al margen de las diferencias
anatómicas y fisiológicas obvias entre machos y hembras, la diferencia
cromosómica tiene influencias en los cerebros y, por tanto, en su forma de
comportarse. El sexo influye en el cerebro posiblemente de manera doble: por
mecanismos hormonales y por la expresión de determinados genes: estrogénicos
femeninos y androgénicos masculinos.
“Las drogas crean dependencia
física por oposición a la dependencia psicológica porque ambas están
relacionadas totalmente entre sí”. Y ¿por qué se consumen drogas? Porque los
individuos tratamos de obtener algún tipo de recompensa que, a medida que esta
decae, se necesita mayor consumo.
He oído decir, y parece estar
claro, que todo se ha formado a partir de la energía y que esta ni se crea ni
se destruye, sino que se transforma. Ya un gran científico, Einstein, nos
indicó la fórmula de que la energía es igual a la masa por la velocidad de esta
al cuadrado.
¿Usamos solo un bajo porcentaje
de nuestra mente? ¿Se puede no pensar nada o dejar la mente en blanco? No,
radicalmente imposible, en ambos casos.
El miedo es enemigo del
conocimiento porque el propio conocimiento destierra al miedo. Ante una
situación de ese tipo: párate, abre los ojos, respira y reflexiona.
En una enfermedad siempre
pregunta por las causas de su aparición. Tú, mejor que nadie, que eres ese
cuerpo viviendo, posiblemente, sabrás cómo mejorarlo.
Hay emociones básicas (miedo,
furia, alegría, tristeza, disgusto, sorpresa…) y emociones complejas (ansiedad,
envidia, vergüenza…). Somos como somos y hacemos lo que hacemos tratando de
describir los aspectos íntimos del alma humana o de nuestra mente, siendo
capaces de reconocerlos: ellos nos confieren la individualidad.
La consciencia es un fenómeno de
la percepción y el motor de nuestra conducta. La autoconsciencia es la
capacidad de saber quiénes somos, por lo quel acuerdo de voluntades es
imprescindible para ser auténticos humanos y vivir en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario