jueves, 28 de junio de 2012

LIBERTAD


Hablar de libertad es fácil. Gozar de ella, en la práctica, es difícil.
Las personas físicas somos unos animales más en la escala biológica correspondiente. Nos consideramos libres, pero nuestra libertad no es posible. Está sujeta a las exigencias naturales por respirar, por comer, por reproducirse y, para ello, necesitamos de elementos, substancias y otros congéneres del sexo opuesto respectivamente.
En la sociedad emergente, personal y colectivamente, estamos condenados a mantener el respeto hacía los demás. Esto tiende a caracterizarnos y nos ennoblece del resto de los seres vivos.
Dentro del contenido del presente blog, la palabra prohibido ha sido desterrada. En su lugar encontraremos los usos de los vocablos limitado, regularizar, abolir, modificado o adecuado, pero lo que suponga matar la libertad quedará lejos de mi diccionario
Nada puede estar prohibido y sí penado. Nada puede ser libre sino no lo es con respeto. Con penas y respeto se ha de actuar, no de otra manera. Por tanto, no se puede actuar con libertad si algo está prohibido o se desacata. Es una reflexión a tener en cuenta.
Las leyes pues, han de implementar las conductas tanto económicas como políticas.
Cuando en el blog hablo del DESPIDO LIBRE es innegable que lo preconizo como tal, para el normal desenvolvimiento económico. No obstante, igualmente debe ser incuestionable, que el despedido del trabajador ha de producirse cuando las exigencias básicas de éste, estén a salvo para que pueda continuar viviendo. El Estado debe procurar a todos la libertad. A la empresa para que actúe sin prohibiciones. Al empresario y trabajador, ante coyuntura desfavorable, para no carecer de los medios que les haga sobrevivir (comida, vestido, salud, educación, refugio).
Si hablamos de HUELGA nos referimos a una conducta general en pro o en contra de algún hecho relevante al que no se ha de minimizar importancia. Detrás de cada uno de los supuestos sociales expuestos, políticos o económicos, está el hombre, su criterio, su decisión, su voluntad, su interés. Por consiguiente, hablar de responsabilidades políticas o de otra naturaleza es ausentarse de las mismas, esconder la cabeza bajo el ala y guarecerse cobardemente de una actitud deplorable.
La causa - efecto queda sólo para las reparaciones utópicas que las justifican. Es cierto que las desigualdades son y serán evidentes, pero no sistemáticas ni garantistas para el todo vale, el  avasallamiento, la desproporción, el abuso o el privilegio. Lo más conveniente sería no tener que legislar lo indiscutible, pero lo indudable no existe en el corazón de los hombres que no dan su brazo a torcer, ni creen en el respeto a los demás, ni se equivocan o se consideran en posesión de la verdad.
Según para quién, el contenido de este folio dará para muchos más. Toda opinión es cuestionable y no hay ninguna que sea una excepción.
 Que la Paz y el Amor nos unan a los hombres.




No hay comentarios:

Publicar un comentario