sábado, 9 de septiembre de 2023

ACABEMOS CON EL MAL VI

 

El verbo distingue al hombre de los demás seres vivos. Da origen a entenderse con los demás y, lo que es más importante, sus sonidos, en nuestro interior, dan pie a imaginar, pensar, sentir, desear, enardecerse, emocionarse, inmolarse, desaparecer, tener fe o carecer de esperanza, entre otras muchas opciones más, por lo que puede suponer un serio peligro para cautivar, convencer, acordar, conseguir cualquier cosa, por difícil que parezca. Un verbo fácil y afilado, cualquier dirigente lo tiene bien aprendido. Una lección para, sin que nada cueste, criticar, mentir, opinar,... y obtener sueldos de escándalo sin más responsabilidad que la palabra. Me vienen a la memoria el argüir de algunos políticos alardeando  que trabajan para servir a España, callando lo que cobran y su beneficio. También tres efes fuleras acuden raudas a mi mente: funcionarios, fundaciones y federaciones de las que cito habladurías.

F1. Resulta inconcebible que un trabajador público no cumpla, o no se le exija, lo que a un trabajador privado. De ellos se dice que dejan mucho que desear cuando han de ser ejemplares, modelo para los demás.

F2. Tendríamos que conocer las retribuciones de los altos gerifaltes de ciertas asociaciones benéficas, sin ánimo de lucro. Hay quien asemeja sus pagas a las de consejeros de las empresas privadas cuando su función (la que sea) debería rallar el altruismo.

F3. Organismo híbridos, ni público ni privado, ni chicha ni pescado, sin apenas responsabilidad y, al parecer, se lo llevan crudo.  

No quiero olvidar a los cientos de asesores de los políticos que desconocemos;  enchufados y amigos de estos; promesas y ayudas a los ciudadanos que llegan cuando llegan (a veces, cuando los beneficiarios han fallecido); denuncias a personas de partido, importantes e influyentes, que gozan de prestigio o tienen dinero, que apenas si prosperan o, si lo hacen, pasa tanto tiempo que, antes de ejecutarse, prescriben, se olvidan o, se recurre y recurre hasta convertirse en venganza lo que tuvo que ser modélico. Habrá que acláraselo a la gente.

Es el día a día, el presente, el que interesa. Que nadie nos endulce con promesas o nos asuste con lo qué va a pasar. No necesitamos ni  adivinos ni profetas y si de gente que haga lo que hay que hacer, a poder ser, sin triunfalismos ni alharacas, con menos verbo y más acción.

¿Para cuándo afilar gastos? Instituciones públicas que no sirven si no para gastar. Duplicidades de cargos y funciones. Dinero que se tira. ¿Para cuándo resolver estos problemas que nos acucian?

Tiene que desparecer todo tipo de autarquía y dictadura. Ya no cabe la discriminación positiva. La libertad, el respeto, la igualdad de oportunidades han de prevalecer en democracia. Ya sé y me consta, que es difícil mantenerla y estar muy expectantes para cumplirla. Decidamos dejar de subvencionar y liberarnos de las religiones y su Dios o dioses (de los que tanto hablamos, nadie ha visto ni tienen pruebas) que no son superiores a  otros colectivos y menos a los humanos que no tienen por qué tutelar, respetando la igualdad de hombres y mujeres, negros y blancos, ricos y pobres y, por supuesto, a la mierda todas las dictaduras: la del proletariado, la capitalista, la religiosa, la nacionalista, la revolucionaria, la de cualquier sátrapa que la imponga. Hay que avanzar en humanidad, en igualdad de oportunidades, en el buen hacer. Por último, comparemos lo Público y lo Privado. Convenzámonos que el cuerpo y la mente (alma o espíritu) son parte de un único organismo o estado. Se comportan de distinta manera aunque dependa el uno del otro, dado que cualquier irregularidad de alguno afecta a los dos. Su sincronización en armonía es vital para el cuerpo y la economía.

 

 

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