sábado, 21 de octubre de 2023

NO ES MÁS QUE...

 

LA VIDA (no es más que…) un conjunto de reacciones químicas. EL COMPORTAMIENTO (no es más que…) la respuesta a un estímulo. El CEREBRO (no es más que…) un ordenador, un hológrafo con capacidad de almacenamiento. LA MEMORIA (no es más que…) un proceso de adaptación a nuevas necesidades y medidas. EL MALESTAR (no es más que…) un incentivo de la vida. LA INTUICIÓN (no es más que…) un inmenso número de combinaciones posibles. LA EVOLUCIÓN (no es más que…) una mutación natural de selección compleja. LA RAZÓN (no es más que…) un convencimiento propio. EL VINO (no es más que…) el contenido de una candiotera.

NO ES MÁS QUE..., son simples palabras que despiertan emociones, sentimientos o formas de pensar. Pero considerablemente es mucho más. Distinto a cuanto nos imaginamos que es. Todo es algo más. Por ejemplo, este zumo o caldo último (el vino), por más de cuarenta clases conocido, es: bebida medianamente tóxica. Integrante de la vida cotidiana. Acompañante de comidas. Propiciador de compañías y cordialidades. Bálsamo que alivia fatigas e inquietudes. Afrodisiaco de deseos eróticos. Mareante, reconfortante, querido e idolatrado a través de dos dioses,  Dionisio y Baco, según cual cultura. Es decir, nada es una sola cosa, es algo más.

La nostalgia, los  recuerdos y sus evocaciones, no son más que vivencias pasadas que no volverán. No importa la añoranza, el cariño con el que las conmemoremos, todo pasa como no puede ser de otra manera, pues el tiempo todo lo transforma, la memoria olvida y la vida continúa como si nada pasara a nuestro alrededor.

Quedan y quedarán huellas e improntas una vez anulados sus efectos dulces y amargos, sus fortunas e infortunios, sus amores y odios… Historias que, rotundamente, no se repiten, que no llevan a ninguna parte e inquietan bien poco. Solo conmovedoras de amargados que no miran hacia adelante; de melancólicos que la ignoran; de agoreros que se aferran a burdas creencias; de los que no quieren reconocer que, salvo excepciones, cada día, se progresa más en bondad y sabiduría (menos religiones e intolerancias y más letras, técnicas y ciencias), para procurarnos una vida mejor.

Eso sí, solo una vida, por profusa fe o mucho interés que pongan en hacernos creer  lo contrario. Una única vida que, desgraciadamente, aún no es ajena a supercherías e interesados fraudes. Por tanto, será necesario vivirla con la ilusión de la infancia, con los vigores y entusiasmos de la adolescencia, con la plenitud de fuerzas de la juventud, con la templanza de la adultez en plena consciencia y con los consejos de la ancianidad antes de quedar inertes con la muerte.

Desde una de esas fases, en la que me hallo, me permito asegurar que nunca nada es igual por mucho que así se parezca o haya quien diga: “Las mismas guerras. Los mismos horrores. Todo sigue igual”. Pero no. Los cambios se mueven muy lentos porque así lo quieren los poderosos: políticos y magistrados que dictan e interpretan la ley; quienes dicen representar a Dios en la tierra y nos dirigen con sus normas; los predicadores e influyentes de noticias con las que se benefician y nos enfrentan; sus vulgares palmeros que mendigan las sobras que estos tiran...

¡Qué poco ha descendido la barbarie desde nuestra existencia!

NO ES MÁS QUE…, esclavitud, crueldad, violencia… encerradas en el círculo de la humanidad, del que no podrán salir, salvo que se corten de raíz las alas del mal con el que se sustentan. Maldades originadas por el miedo, la ignorancia y la creencia, imbuidas a la población por intérpretes de dioses tribales, mensajeros y profetas, autores y exegetas de una fe monoteísta, que, para sus fines, los más poderosos aprovechan sin compasión, porque no la conocen. Apresan y subyugan a las personas (hombres y mujeres esencialmente) con inverosímiles premios y castigos, tanto en el cielo como en la tierra, creando sus propias comunidades y organizaciones (fundaciones, ong’s, sociedades benéficas…) que se sustentan a través de nuestros impuestos. NO ES MÁS QUE… una broma de mal gusto que, aunque nos desagrade, todos sufrimos cuando no tenemos que soportarlo.

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